Este pasado miércoles los restos mortales de Mila Ximénez fueron trasladados al tanatorio madrileño de la M-30 para ser velados tras su fallecimiento. Hasta allí, además de su hija, Alba Santana (37 años), y sus hermanos, Manolo, Concha y Encarna, se han desplazado en las últimas horas familiares, amigos y compañeros de la profesión. Ha sido un multitudinario último adiós para la colaboradora de televisión y, como pudo corroborar JALEOS, que estuvo presente, también muchos ciudadanos quisieron arropar a la familia desde la lejanía con aplausos y mensajes de ánimo.
En la difícil tarde de este pasado miércoles, fue Manolo Ximénez quien se detuvo unos segundos ante la prensa para agradecer tanto cariño y respeto: "Son momentos difíciles y la verdad que os agradezco el detalle". Este jueves por la mañana ha sido Alba Santana la que, a su llegada al tanatorio, no ha dudado en atender a la prensa, con la educación y la exquisitez que siempre la han caracterizado. Con gafas de sol que ocultaban un rostro adolorido y cansado, y minutos antes de la incineración de su madre -Ximénez se irá con su hija a Ámsterdam como era su deseo-, Alba ha controlado su emoción para dar las gracias.
"Gracias por vuestra atención, por el cariño, por el respeto", ha afirmado a las puertas del tanatorio. Haciendo, de seguro, un ímprobo esfuerzo por no derrumbarse, Santana ha recordado a su madre: "Sabéis que aunque a veces se enfadaba os quería mucho en el fondo. Me quedo con todos los buenos recuerdos de todo lo que me contaba de vosotros". Emocionada pero muy entera, Alba ha confesado sentirse "muy acompañada" en estos durísimos momentos: "No me quita la pena, pero me siento acompañada, incluso por el dolor de gente que ni siquiera la conocía". Y ha añadido: "Me gustaría que la recordarais riéndose, como era ella. Creo que ella era única. En eso estamos todos de acuerdo, no habrá otra igual para lo bueno y para lo malo, pero yo la recuerdo con una sonrisa, que era una sonrisa que nos cautivaba a muchos". En un momento dado, las lágrimas han aparecido en su rostro, y la voz se le ha entrecortado, cuando la prensa ha comentado lo orgullosa que estaba su madre de ella: "Y yo orgullosa de ser su hija. Espero continuar haciéndola lo más orgullosa posible el resto de mi vida. Me vais a permitir, pero me voy a despedir otra vez de ella, gracias".
Siguiendo la voluntad de Mila Ximénez, su cuerpo ha sido trasladado al cementerio de la Almudena, donde ha sido incinerado a las 12 de la mañana de este jueves 24 de junio. Este pasado día 23 fue el más duro para los Ximénez de Cisneros. "Están rotos y destrozados, han pasado una semana durísima, pero ahora les queda lo peor", aseguraba Antonio Rossi (52), gran amigo de Mila Ximénez, a su llegada al tanatorio.
Además, confirmaba la actitud guerrera de Ximénez hasta el final: "Ella ha luchado hasta el último día, y eso es una gozada". Otra de las grandes amigas de la colaboradora, Eugenia Martínez de Irujo (52), no podía este miércoles ocultar su tristeza en su despedida: ""Esta enfermedad es muy cabrona y lo importante es que ha muerto en su casa y rodeada de los suyos". Además del último adiós, el Padre Ángel (84) ofició una misa en memoria de la colaboradora. El sacerdote fue quien confirmó que la misa se iba a celebrar a petición de la propia Mila.
Mila Ximénez fallecía este miércoles 23 de junio en su domicilio de Madrid, rodeada de sus seres queridos. Lo cierto es que desde la semana pasada la salud de Mila Ximénez comenzó a preocupar, justo después de recibir su última alta hospitalaria y trasladarse a su casa junto a sus hermanos. Entonces, su hija Alba también voló desde Ámsterdam para estar a su lado. Han sido días complicados y difíciles para la familia, la cual ha tenido que atender a los medios de comunicación. En concreto, ha sido el hermano de la periodista, Manolo, quien ha ejercido de portavoz. No ha querido entrar en ningún tipo de valoración sobre la salud de Mila, hasta que finalmente ha perdido la vida.
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