Natalia Lacunza (21 años) es una de las concursantes más recordadas de Operación Triunfo 2018. Su particular estilo y su carácter espontáneo se ganaron pronto a un público que, ávido de contenido más allá de lo musical, no tardó en fantasear con una posible historia de amor entre ella y Alba Reche (22), su compañera de Academia.
Cuando están a punto de cumplirse dos años de la final de aquella edición, Natalia sigue recorriendo su camino profesional con tesón y optimismo, cualidades que le hacen ver como una oportunidad el haber publicado un EP un "fatídico 13 de marzo", el mismo día en que España anunciaba la paralización de la vida por el coronavirus.
La artista, que el próximo 6 de septiembre abrirá el ciclo de conciertos matinales Madrid Brillante de la mano de Vibra Mahou en el Teatro La Latina, atiende a JALEOS para analizar con perspectiva estos dos años de éxitos.
¿Cómo ha llevado el confinamiento?
En realidad mi balance es positivo porque, a pesar de que ha habido muchísimas cancelaciones y cambios de planes, nos hemos tenido que parar todos y me ha venido superbien para reencauzar muchas cosas y tomar decisiones importantes. Me ha servido para redirigir mi proyecto en todos los niveles. Además, me siento muy afortunada porque he tenido la oportunidad de tocar, aunque sea en un formato más reducido, pero he tocado por primera vez en directo con mi banda y mi repertorio.
Su primera gira en solitario ha sido en plena pandemia, ¿cómo lo ha vivido?
Ha sido un poco raro. Pero la sensación ha sido muy buena. Cantar por primera vez tus canciones y ver que la gente se las sabe está muy guay. Cuando me va a petar la cabeza será cuando vuelva la normalidad (ríe).
¿Le han servido las redes para seguir conectada con su público?
Creo que las redes han tenido un papel fundamental este año. Yo al principio tenía una relación rara con ellas, porque cuando sales de OT y ves toda esa masa de comentarios y de gente diciéndote cosas que igual no te apetece oír, crea un poco de rechazo. Pero este año he conseguido arreglar eso y aprender a hacer caso a lo importante. Cada vez me siento mejor con las redes y tengo más cercanía con los fans.
¿Cómo recuerda su experiencia en la Academia?
La experiencia dentro fue increíble, lo recuerdo como los tres meses más divertidos de mi vida. Fue desconectar de todo y dedicarme a aprenderme canciones, a dar clases, a entrenar, a convivir... Además tuve mucha suerte, porque todos mis compañeros son muy buena gente y mi edición fue muy guay en ese sentido. Me lo pasé muy bien.
¿Qué pensó al salir después de tres meses y encontrarse con la realidad?
Fue un golpe bastante fuerte. Pensaba "¡Madre mía! ¿Qué ha pasado? ¿Cómo encajo todo esto?", pero me centré mucho en el trabajo, que creo que es lo que hay que hacer, me uní mucho a mi gente de siempre y eso fue lo que me salvó de no volverme loca.
¿No entraron influidos por el éxito de OT 2017?
La gente tenía el prejuicio de que veníamos muy curtidos de ver la edición anterior, pero eso en cuanto pones un pie dentro desaparece. Vives la experiencia como si fueras un bebé, no ves el feedback de la gente y no te queda otra que comportarte de manera natural. En mi edición fuimos muy naíf en ese sentido, estábamos viviendo la experiencia y sin pensar en lo de fuera. Esa es la clave del programa, no estar sugestionado por lo del exterior.
¿Cómo fue su primer día fuera del programa?
Al principio fue muy raro. Miraba el móvil y no era consciente de que eso era real, tampoco tuve tiempo para asimilarlo. Depende del tipo de personalidad de cada uno, pero yo no me lo creía, encendí el móvil esa misma noche y me petó, se apagaba por la cantidad de notificaciones que tenía. Fue bastante loco. Al salir hay que hacer un ejercicio de despersonalización, centrarte en lo real, en el trabajo y en la gente que ha estado siempre contigo, intentar bajarte los pies y mantenerlos en la tierra.
¿Le generó inseguridades esa fama repentina?
Sí, porque salí y me sentí superexpuesta. Intentaba despersonalizarlo pero hay veces que es imposible. Notas muchísima tensión, vas a una firma de discos y hay 2.500 personas que quieren darte su energía y tú tienes que responderles con la misma energía cuando ni siquiera te sientes representado por lo que estás firmando, porque no es un trabajo tuyo personal.
Con el tiempo, ¿desaparece el fenómeno OT de su público?
Ahora estamos en ese punto. Yo siempre voy a estar agradecida al público de OT porque es lo que me ha hecho estar donde estoy, pero sí siento que con la evolución que estoy teniendo estoy ganando público externo a eso y es genial, porque siempre gusta que la gente te siga por lo que haces y no por el hecho de haber estado en un reality.
¿Se ha sentido libre para labrar su carrera tras el concurso?
Totalmente, no he tenido en ningún momento nadie que me diga lo que tengo que hacer. Todo ha sido cuestión de ir probando, buscando un equipo con el que sentirme cómoda... OT te da la oportunidad, pero después nadie te da nada, no sales siendo David Bisbal desde el primer momento.
Entonces, ¿cree que lo que venga después es únicamente responsabilidad suya?
Solamente depende de mí el resto. Lo más fuerte de OT ha sido sentir la responsabilidad tan grande que tenía al salir de ahí para labrarme mi dignidad, mi independencia como artista y mi personalidad.
¿Tenía miedo a que OT le pudiera cerrar puertas?
Eso ha sido lo que más inseguridades me ha dado. Pensaba que igual no había tanta gente que quisiera trabajar conmigo por haber salido de OT, porque hay un prejuicio que existe, aunque se va rompiendo poco a poco. Creo que Amaia Romero (OT 2017) abrió la puerta a que OT no sea solo un producto prefabricado.
¿Cree que antes sí lo era?
No minusvaloro a los artistas de las primeras ediciones, pero tenían menos libertad. La gente ya no se lo come todo con patatas, hay mucha oferta, muchísimos artistas supervariados, géneros nuevos... Ahora hay que hacer un trabajo más intenso de buscar la personalidad de uno más allá del éxito post OT.
¿Con qué compañeros de la Academia tiene más contacto?
Hablamos todos mucho, el grupo de OT 2018 sigue bastante activo. Justo ha sido este viernes el cumpleaños de Julia, pero yo no he podido ir. Nos llevamos todos muy bien, vamos a cenar, tenemos nuestros temas de conversación...
¿Cómo se tomaron Alba Reche y usted los comentarios sobre su complicidad en la Academia?
Fue un poco chocante. Yo me considero una persona cariñosa con la gente, lo fui con todo el mundo, pero supongo que al final la gente ve lo que quiere ver. Al principio fue incómodo porque era lo único que nos preguntaban, la gente es muy pesada (ríe). Éramos buenas amigas y punto, no había nada más allá de eso, si la gente quiere ver otra cosa no me puedo responsabilizar de ello.
Aunque solo haya amistad entre ustedes, el fenómeno 'Albalia' sigue uniendo a los fans de ambas.
Están unidos, pero también confrontados, ha habido de todo. Los fans que más nos quieren son mutuos, pero los que más nos odian también. Muchos fans de Alba me odian a mí y muchos de mis fans odian a Alba.
¿Y cómo llevan eso? ¿Lo hablan entre ustedes?
Sí, es como ya de risa. Ambas pensamos "madre mía, que me dejen en paz". Por suerte, eso no nos ha afectado a nivel personal y eso es lo importante.
En OT hubo polémica por su supuesto boicot a la candidatura a Eurovisión. ¿Se sintió incómoda con su tema?
Lo del boicot me parece una locura. A mí ir a Eurovisión me parecía una oportunidad increíble, pero también sentía que era una responsabilidad enorme. Estás exponiendo un trabajo y creo que tiene que ir alguien con una carrera un poco labrada, no alguien que acaba de empezar. Yo sentí mucho agobio ensayando para la gala de Eurovisión, me curré muchísimo la canción y el baile, pero creo que todo el mundo tiene derecho a expresar lo que sienta en todo momento, y es perfectamente entendible que una niña que no va a llevar algo que realmente le represente no quiera enseñarlo delante de toda Europa. Aún así, no hubo boicot, todos trabajamos mucho en nuestras actuaciones.
Si le propusieran ir al Festival con un tema propio, ¿cambiaría de opinión?
Claro, si dentro de cinco años estoy haciendo una música que encaja con ese festival y me proponen ir con mi trabajo, sería otra circunstancia. Me lo plantearía, porque sería una situación muy diferente.
[Más información: Mireya Bravo (OT 2017): "No me molesta que me llamen 'triunfita', se lo debo todo al programa"]