Canta, baila, actúa... Ricky Merino (34 años) es lo que los americanos llaman a triple thread (una triple amenaza). Su figura dio el salto a la vida pública de manera masiva a finales de 2017 por su participación en la edición más exitosa de Operación Triunfo en la última década. Llegó y vino para quedarse.
Entre sus últimos proyectos musicales hay uno del que se encuentra especialmente orgulloso. Se trata de una flamante colaboración que ha realizado con Tom Neuwirth -cuyo alter ego es Conchita Wurst: Smalltown boy, una versión del clásico de Bronski Beat de 1984 y cuya historia tiene en común con él más de lo que todo el mundo cree. JALEOS se ha citado con el artista y con él ha hablado sobre música, amor e identidad de género.
Un fuerte golpe esto de la pandemia al sector, ¿verdad?
Evito tener pensamientos pesimistas porque realmente no es algo que me toque a mí de manera individual. Justamente dentro de mi sector, de la industria del espectáculo, se nota mucho. Tengo la suerte de que justo en este 2020 no me puedo quejar porque he tenido muchos proyectos. Dentro de lo que cabe, soy uno de esos afortunados y el año no me ha tratado del todo mal. Lo que he podido perder por culpa de la pandemia lo he podido compensar con otras cosas. Me ha dolido más por la parte de no ver tanto a mi familia. Cada vez que voy a Mallorca me hago una PCR, intento no tener mucho contacto con ellos... Pero me afecta en eso, en toda la parte más de tocarnos, como somos nosotros los españoles, lo llevo un poco mal. Pero bueno, como todo el mundo.
¿Qué tal está funcionando Smalltown boy con Conchita Wurst?
Va muy bien. Estoy muy contento. A ver, yo soy un artista español que me dedico a un mercado español. No pienso en un mercado más allá de nuestras fronteras porque primero que te vean en tu casa y ya luego más allá. Pero lanzamos este tema sin ningún tipo de pretensión y está funcionando mejor de lo que pensaba.
Una canción con un mensaje importante
La importancia de la canción es el mensaje de Bronski Beat. Un chaval que sale de una ciudad pequeña porque se encuentra a sí mismo y en su orientación sexual no ve referentes, y le hacen bullying, lo acosan... A día de hoy todavía tenemos noticias de chavales y chavalas a los que les dan palizas por su orientación sexual. Es muy importante lanzar este tema, este mensaje, y he contado con un gran apoyo y altavoz. Tom era perfecto para ello. Tom es un referente a nivel europeo bestial desde que en 2014 arrasó en Eurovisión con su alter ego de drag Conchita Wurst.
¿Qué tal la experiencia de colaborar con Tom Neuwirth -Conchita Wurst-?
Superguay, megafácil, o sea, me lo pone too tan fácil... Yo iba con los ojos de admirador, de haberlo visto en Eurovisión 2014, un tío con tantísimo talento... Yo iba con ese miedo, con esa barrera, pero al final me encontré a un tío supercampechano normal, es un currante. Para mí es un sueño hecho realidad. Yo, que soy un seguidor de Eurovisión y que veo todas las ediciones, si me lo dicen hace cuatro años o en 2014 cuando ganó él, no me lo hubiera creído.
¿Tiene algo de autobiográfico lo que cuenta Smalltown boy?
Sí, a mí me pasó de pequeño. Por eso me siento tan identificado con el tema. A mí de pequeño, cuando empecé a crecer y cuando todavía no sabes qué te gusta, no sabes ni quién eres, empiezas en ese proceso de conocerte a ti mismo... Cuando empecé a tener mis dudas, fue cuando empecé a recibir insultos de 'maricón', 'mariquita'. Yo crecí con una gran falta de referentes. Mi referente en ese momento era el caso Arny, yo crecí creyendo que ser gay era algo malo. Era como todo negativo y te insultaban por maricón. Mi adolescencia y mi infancia es los 90. Y no hace tanto de esto... Lo que veo es que a día de hoy hemos mejorado, pero sigue ocurriendo. Lo ideal sería que no ocurriese. Sigue pasando. Hace dos meses una chica en Galicia se quitó la vida debido al bullying que recibía por su condición de bisexual. En Cartagena, un niño de 11 años recibió una paliza por ser gay. Esa canción de los 80 a mí me sirvió en los 90. Y todavía ahora en 2020 sigue siendo necesario que ese chaval la oiga y que vea que la historia se repite y que no está solo.
¿Es importante entonces que en estos momentos los jóvenes también tengan en la música a un referente abiertamente gay como lo es usted?
Yo creo que tiene que ser en la música y en todos los sectores. Yo, en mi juventud, no tenía referentes. Los referentes que tenía eran escándalos. No había un referente normalizado de alguien que se dedicara a lo que fuera y que fuese homosexual. Tiene que haber referentes LGTBI igual que referentes mujeres en distintas posiciones. Todavía no tenemos una mujer presidenta de Gobierno ni en España, ni en Estados Unidos... Lo necesario es que haya diversidad en cuanto a las referencias que podamos tener. Que un chaval se pueda ver reflejado en un hombre homosexual, en una mujer lesbiana, una mujer hetero. Aún no hemos llegado a ese punto.
Hace poco dio unas declaraciones que levantaron cierta polvareda... Afirmaba que de haber sido heterosexual, le habría ido mujer en la música, ¿quiere matizar eso?
A ver, fue una polémica de Twitter. En Twitter parece que una polémica es muy grande, pero luego no es tanto. Lo que pasó es que recogieron un vídeo con una frase mía sacada de contexto de una conversación de 40 minutos... Era la conclusión de una conversación muy larga en la que hablábamos de que, dentro de la industria musical, un artista LGTBI reconocido desde el primer día tiene más trabas a la hora de convertirse en un artista mainstream. Yo me basaba en un dato objetivo. En las listas de los artistas más escuchados todos son artistas heterosexuales que le cantan al amor heterosexual. Llevamos décadas escuchando esa música. Yo he crecido escuchando música de un hombre cantándole a una mujer y una mujer a un hombre. Es una cuestión de reeducar y de costumbre. Yo dije que a día de hoy, como todavía no hemos llegado a un punto de normalizar, yo como artista homosexual, noto ciertas trabas... Entonces me preguntaron: "¿Te habría ido mejor como heterosexual?" y dije "sí". Claro que si se coge la frase aislada puede parecer más tremendista de lo que era.
¿Cree que artistas como Pablo Alborán o Ricky Martin han hablado de su orientación libremente porque sus carreras ya están afianzadas?
Cada uno tiene su mundo y tiene sus fantasmas y su propia vida. Cada uno decide cuándo se libera y cuándo lo dice. Hay un documental muy interesante de Tiziano Ferro en el que habla de cómo sufrió en los inicios de su carrera por tener que ocultar su homosexualidad. Antes de criticar, lo que hay que hacer es pensar que qué putada haber tenido que vivir esos años. Menos mal que al final luego llega un momento de su vida en el que se liberan y que lanzan un mensaje como Pablo, que con lo que nos quedamos es que Pablo Alborán ha salido del armario, que tampoco me gusta mucho esa expresión, pero como le sigue tanta gente, ha hecho más bien que mal. Es positivo.
Canta, baila, actúa, presenta... ¿Qué proyecto le apetece hacer en 2021?
Este año me he quedado con ganas de la parte musical de hacer conciertos. Era el año que iba a hacer festivales y al final no he hecho ninguno. Tengo ganas de pensar que en 2021 ya estará la vacuna y que podremos volver a la normalidad de verdad de antes: retomar los conciertos, los festivales... Me apetece eso.
Aunque ya hace tiempo de esto, ¿ha sido capaz de digerir cómo ha cambiado su vida en los últimos tres años? Operación Triunfo 2017 tuvo muchas semejanzas con aquel fenómeno OT1.
En la academia ya te preparan, ellos lo intentan. Te dicen que cuando sales hay una burbuja enorme, que es la del fenómeno del programa, que te acompaña durante un tiempo, pero que luego se va desinflando. Cuando a mí me pilló ese momento tan bestia, ese primer año, ese segundo año, ese auge en el que hacíamos la gira del programa -llenamos el Palau Sant Jordi cuatro veces, hicimos el Bernabéu- intenté vivirlo como una experiencia que sabía que no se iba a volver a repetir. Lo viví como una experiencia que no se iba a volver a repetir -en ese contexto y de esa manera-. Yo ya sabía que, desde entonces, tenía que empezar a trabajar también de manera individual para encontrar mi hueco. No dejábamos de ser 16 nuevos artistas y, al final, lo que hay que hacer es trabajar cada uno con lo suyo para buscar su hueco. Esa burbuja de OT ayuda, pero luego ya es trabajo de cada uno.
¿Sigue habiendo contacto entre los compañeros?
Con algunos más y con otros menos. Hay gente con la que conectas muchísimo, pero tres años después influye si vivís en la misma ciudad, si tenéis un contexto parecido... Todos nos guardamos un gran cariño, pero es inevitable que yo tenga más contacto con los dos o tres que viven cerca de mí y nos veamos a menudo porque somos casi vecinos que con los que viven fuera. Tenemos un grupo de WhatsApp que sirve para ponernos al día de lo que hacemos. Juan Antonio, por ejemplo, acaba de ser padre y ha compartido fotos de su bebé.
¿El grupo de WhatsApp del que expulsaron a Amaia?
¡Es mentira! (Risas) Mira que dijimos, "vamos a colgar que no es así". Lo que le pasó a Amaia es que la metieron en un grupo de Roi con los amigos de Roi de Galicia y la echaron de ese grupo porque no hablaba. Entonces ella, que no tiene ni idea de dónde está, dijo "me han echado del grupo". Pero no es así. Se confundió. Estamos los 16.
¿Quiénes son esas personas a las que dice que ve a diario?
Pues contacto directo del día a día, por ejemplo... Veo muchísimo a Ana -Guerra- y a Roi. Son los dos que tengo al lado. Nos vemos prácticamente cada día. Eso es una amistad que ya va más allá del programa, es gente con la que conectas por tu manera de ser. Sí, el programa es algo que te ha unido, pero lo nuestro es una amistad corriente como si te hubiera conocido a ti un día por la calle. Y luego al resto les tengo mucho cariño pero como no tenemos el contacto diario, pues no tenemos el mismo tú a tú que tengo con ellos dos.
¿Le puedo preguntar si está enamorado? Todos sus compañeros de promoción de OT evitan responder a esas preguntas a la prensa. ¿Por qué?
¡Ah! Sí, sí, yo tengo pareja y estoy enamorado, pero ¿por qué no te lo quieren decir? ¡Si eso es muy normal! ¿Por qué no quieren responder a eso?
Su amiga Ana Guerra, por ejemplo, en su relación con Miguel Ángel Muñoz evita siempre pronunciarse.
No sé. A lo mejor cada uno lo vive a su manera y es más protector de su intimidad. A mí es que me parece muy natural. Todos nos enamoramos y si no todos, al menos muchos, y me parece muy normal emparejarse, enamorarse y hablar de eso. Si me preguntas si estoy enamorado, pues sí, llevo dos años y medio con la misma persona, claro. Tengo mi pareja y estoy muy feliz.
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