Mila Ximénez (68 años) ha confesado que padece cáncer de pulmón. Después de 10 días desaparecida de televisión, la colaboradora ha entrado por teléfono en Sálvame para confesarlo entre lágrimas: "Estoy jodida, asustada y tengo ganas de contarlo. Tenía muchos dolores en el programa de La ultima cena. Me dolía mucho la espalda, fui al Deluxe y me tuve que poner una inyección. El lunes me dijeron que tengo un tumor, un cáncer de pulmón, ese es el diagnóstico. Tengo un cáncer. Me lo van a tratar, vamos a hacer quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia. Me lo estoy tratando en la clínica La Luz".
Además, ha explicado el motivo por el que ha estado en silencio todos estos días: "Necesitaba hablar con mi hija Alba antes de contarlo. Saber qué nombre tenía, qué tratamiento tenía. Ya los sabemos. Me hice una resonancia, fui con la neuróloga de María Teresa Campos (78). Cuando me dieron los resultados de la resonancia, me dijeron que me esperara un momento. Mi oncóloga me dijo que tenía cáncer. Estaba muy claro, de ahí venían los dolores. Sentía dolor en la espalda. Está localizado, pero no se le puede pegar un tiro porque hay ramificaciones que no están muy controladas. A veces cuando me despierto de la siesta pienso que lo he soñado y que no es verdad".
Pese a que en todo momento lo ha anunciado con la voz rota, Mila se muestra fuerte: "Vamos a salir de esta y lo único que pido es que no me agredan los compañeros de trabajo porque sé que no voy a estar bien. Me dicen que vamos a conseguirlo, aunque me han dicho que es difícil. Haré lo que los médicos quieran, estoy absolutamente dispuesta a hacerlo. Estoy fuerte. Mi hija es fuerte y no estoy sola. Esta semana ya tengo una prueba para ver qué movimiento tienen las células cancerígenas. No están muy localizadas todavía y la semana que viene haremos la quimio".
Confiesa que solo le ha pedido un favor a su doctor, "que las tres semanas de verano pueda estar con mis nietos en Marbella". El tratamiento durará unos seis meses, pero asegura que desea volver al trabajo en septiembre: "No quiero que me miren como una enferma, me vendrá bien trabajar. Iré un par de días probablemente. Me daré el tratamiento los viernes para poder descansar los sábados y domingos. No es un tratamiento muy agresivo. Me siento muy bien, muy acompañada por los míos. De esta salgo, no va a poder conmigo este bicho ni de coña. A mí un tumor no me va a parar la vida. Esto es un reto que me ha puesto la vida y también un obstáculo, pero lo voy a ganar. ¿Quién ha dicho que la vida era fácil?".
Duro confinamiento y un herpes zóster
Esta mala noticia ha llegado a la vida de Mila justo después de haber pasado un duro proceso de confinamiento. Además, el pasado mes de abril entraba en directo en su programa para anunciar que tenía un herpes zóster que le provocaba grandes dolores. En ese momento, Mila hablaba de "un bucle de tristeza": Un día estábamos en plató y tenía como media barbilla dormida. No iba a más, pero llevo dos noches que me duele muchísimo y se me sube al ojo y a la cabeza. He llamado a mi dentista y parece ser que he incubado un herpes zóster. Estoy soportando un dolor tremendo con el herpes que no se va. Empiezo a tomar analgésicos y me olvido del mundo. Es un alien que me está arrancando las muelas, es tremendo lo que siento en la boca".
Ese día se confesaba una vez más: "Yo me hago la dura cuando hablo con mi familia o con amigos, porque no quiero preocuparles, pero estoy muy perdida. Tengo mucho miedo al coronavirus porque ya tengo el herpes y ahora una infección podría ser gravísima. No me atrevo ni a cruzar a la calle. Tengo miedo a que me pase algo". No obstante, estos no han sido los únicos baches de salud de Ximénez. En 2015, la colaboradora se enfrentó a un tumor en el útero de más de ocho centímetros, que le habían detectado en una revisión para ir a Supervivientes. La operación, aunque difícil, afortunadamente arrojó buenas noticias. "Era un tumor benigno. Estoy limpia"., anunció.
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