Ha pedido audiencia con el Papa (80 años), ha escrito al Defensor del Pueblo, al Ministerio de Sanidad y a una retahíla de organismos. Ahora, Javier Sánchez Santos (40), el presunto hijo ilegítimo de Julio Iglesias (73), ha anunciado que empezará una campaña de recogida de firmas para cambiar las normas que "dificultan la verdad biológica".
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En total, Javier Santos necesita recoger 500.000 firmas para presentar una Iniciativa legislativa popular en España con la que modificar la norma. "Es otra forma de participar el pueblo en el Parlamento", explica el abogado del presunto hijo de Iglesias, el sevillano Fernando Osuna.
Según su estimación, siguiendo esta estrategia podría ser más rápido y más fácil lograr su objetivo: conseguir judicialmente la condición de hijo de Julio Iglesias. Toda vez que con las leyes actuales, la demanda de Santos se considera ya un cosa juzgada, al llevarse a los tribunales a principio de los años 90.
"Solo hace falta modificar un par de artículos de la Ley de Enjuiciamiento Civil", detalla Osuna a EL ESPAÑOL. "En un caso de flagrante evidencia científica, debe prevalecer ésta ante la postura obstruccionista que impide repetir el juicio", resalta.
En los años 90 tomó aire la demanda pública de paternidad de Javier Sánchez Santos, al que se pudo ver en varios platós de televisión acompañado de su madre, la bailarina portuguesa María Edite Santos. En los tribunales consiguieron una sentencia favorable, no firme, que fue recurrida por el cantante. En el juicio pesaron las pruebas que la bailarina consiguió reunir, testificales, cartas y fotografías. Además de la nula colaboración de Iglesias, que se negó a someterse a un análisis de ADN.
El caso se cerró en 1999 cuando el Tribunal Supremo dictaminó que Julio Iglesias no era el padre del valenciano. El alto tribunal entendió que la negativa del cantante a hacerse la prueba no era suficiente motivo para declararlo padre del joven valenciano.
Ahora, gracias a las pesquisas del abogado Osuna y de su equipo de detectives privados, Santos ha conseguido una prueba de ADN que, según defiende, evidencia una coincidencia del 99.99 por ciento, la máxima posible. Según explicó el propio letrado a EL ESPAÑOL, dicha prueba fue conseguida en Miami y cuenta con todas las garantías para reabrir el caso. "La prueba está ahí para quien quiera verla", insiste Osuna.
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Al entenderse cosa juzgada, los tribunales no admiten a trámite una nueva demanda. A pesar de las nuevas pruebas halladas. Por eso Santos recurre al Papa, al Defensor del Pueblo o, en este caso, al pueblo, al que le pide 500.000 firmas para cambiar la normativa existente en materia de filiaciones.
"Hay que modificar la normativa que regula la cosa juzgada, la prohibición de repetir un juicio y la seguridad jurídica", explica Osuna. "Este caso es muy excepcional y merece tal modificación legislativa. No es admisible que científicamente sea hijo de Julio Iglesias y judicialmente no lo sea. Genéticamente ya tiene la seguridad de que es hijo del cantante, ahora le falta el respaldo judicial", confirma el letrado sevillano.
A juicio del abogado de Santos, solo el altísimo valor de las nuevas pruebas conseguidas deberían servir para reabrir el caso. Y cita la Ley 11/1981, de 13 de mayo, de modificación del Código Civil en materia de filiación, patria potestad y régimen económico del matrimonio, que establece que "las sentencias firmes sobre filiación no impedirán que pueda ejercitarse de nuevo la acción que se funda en pruebas o hechos sólo previstos por la legislación nueva".
Osuna zanja: "La propia legislación se recoge la posibilidad de reabrir un caso con sentencia firme, siempre que se funde en nuevos hechos o pruebas, como podría ser como en este caso la prueba biológica que durante el proceso anterior no se pudo realizar ante la negativa del progenitor".
Ahora que existe la prueba, con un 99,99 por ciento de coincidencia, Javier Santos se agarra a ella. Es su única forma de que un juzgado dicte que es hijo de Julio Iglesias. Antes necesita 500.000 firmas, que el propio Santos irá pidiendo a sus "conocidos y amigos por toda España", desvela Osuna. También al ciudadano de a pie, gente anónima. "Hay —zanja el letrado— mucha gente solidaria".