“Mis motivos son dramáticos, llevo más de 40 años luchando para conseguir lo que millones de personas tienen: un padre”. Pero no uno cualquiera, Julio Iglesias (73 años). Javier Sánchez Santos (41), el presunto hijo del cantante, anuncia que pedirá una audiencia al Papa Francisco (80) en busca de “ayuda y aliento” en su cruzada por demostrar que es descendiente del artista latino que más discos ha vendido en la historia.
En un comunicado, a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, el presunto hijo del cantante explica que pese a ser “muy complicado, casi imposible, por la difícil agenda de Su Santidad” quiere que el Papa Francisco le de audiencia para poder explicarle el calvario por el que lleva atravesando toda una vida. Al fin y al cabo, según razona Sánchez Santos, “nada se pierde escribiendo una carta al Vaticano pidiendo esa cita y comentando las motivaciones por las que se desea ese encuentro personal con el Papa”.
El caso de Javier Santos, de profesión DJ, ha dado un nuevo giro después de que el abogado Fernando Osuna, y su equipo de detectives desplazados a Miami, recabara una prueba genética que, según la tesis del letrado, tendría un 99,99 por ciento de coincidencia con la de su defendido.
La prueba cosechada por el letrado, en cualquier otro caso, sería suficiente para que un juez admitiese a trámite la demanda de filiación. Algo exactamente igual sucedió con el juicio de El Cordobés, también llevado por Osuna, y en el que por ese mismo procedimiento quedó demostrado que Manuel Díaz (49) es hijo de Manuel Benítez (81).
La diferencia entre ambos casos estriba en que el del supuesto descendiente de Julio Iglesias ya es un hecho juzgado, eso sí, a principios de los años 90 y cuando no se disponía de una prueba con tantas garantías como la que el presunto hijo del cantante esgrime en la actualidad. Por eso, para conseguir que la justicia española reabra su caso Javier Sánchez Santos ha decidido enviar cartas a distintos organismos, desde el Defensor del Pueblo al Ministerio de Sanidad, y, ahora, el que intentara hacerse un hueco en el mundo de la canción en los 80 y 90, al Papa Francisco.
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“Nuestro Papa es una figura carismática y es la cabeza visible de la Iglesia Católica —explica el presunto hijo del cantante—, como cristiano que soy busco su ayuda y aliento. Aunque no consiga ser reconocido como hijo de Julio Iglesias, me sentiré enormemente confortado en mi dolor al ver que me oye Su Santidad. El desahogo es muy importante para mí”.
En su argumentación, Javier Sánchez Santos, de 41 años, hace referencia a los “muchísimos pasajes bíblicos y evangélicos dónde sale la relación padre e hijo”. “Igualmente —añade— las normas eclesiásticas recogen la figura de los padres y la de los hijos”.
Además, justifica el presunto hijo del cantante, la “Iglesia defiende a la familia”. “Entiendo que este tema que me afecta entra de lleno en la doctrina del cristianismo”, razona. “También sería importante que tantas mujeres y hombres no reconocidos por sus padres hallaran consuelo al ver que un personaje, de tanta relevancia mundial, se acuerda de nosotros los marginados y olvidados por nuestros progenitores”, apunta el escrito.
Un largo litigio para conseguir el apellido
Fue a principio de los 90 cuando tomó aire la demanda pública de paternidad de Javier Sánchez Santos, al que se pudo ver en varios platós de televisión acompañado de su madre, la bailarina portuguesa María Edite Santos. En los tribunales consiguieron una sentencia favorable, no firme, que fue recurrida por el cantante. En el juicio pesaron las pruebas que la bailarina consiguió reunir, testificales, cartas y fotografías. Además de la nula colaboración de Iglesias, que se negó a someterse a un análisis de ADN.
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La fama granjeada por el joven, que apenas tenía 16 años en el inicio del litigio, le catapultaron a los escenarios de España. Eso sí, sin el apellido Iglesias. Se llamó Javier Borja, no funcionó y lo cambió por Santos. Llegó a grabar un disco. Pero su éxito distó con creces del que consiguió su supuesto hermano Enrique, que por aquellos años subió a lo más alto de las listas de éxitos con su ‘Experiencia religiosa’.
Ahora, varias décadas de silencio después, el caso ha caído en las manos del abogado sevillano Fernando Osuna, famoso por los litigios de filiaciones. Según su consejo, el presunto hijo de Julio Iglesias, cita el artículo 39.2 de la Constitución: “La ley posibilitará la investigación de la paternidad. Por eso, debería prevalecer la investigación de la paternidad sobre la cosa juzgada”.
La identidad —argumenta Sánchez Santos en la misiva que enviará al Papa Francisco— “es un derecho que todos tenemos por ley, es un derecho, irrenunciable y que no prescribe nunca”.
Esta es la ley natural, quién sabe si la divina…