El rey Felipe VI (49 años) lleva años evitando los encuentros con su cuñado Iñaki Urdangarin (49), condenado a seis años y tres meses de prisión por el caso Nóos. Pero esta vez, no ha podido evitar coincidir con él en la fiesta organizada por su primo Pablo de Grecia y su mujer Marie Chantal en la villa de los Cotswolds en Reino Unido.
El rey acudió este domingo a la fiesta sin la Letizia, mientras que su hermana, la infanta Cristina, fue con sus hijos y su marido. Todos fueron invitados por Pablo de Grecia, primo hermano y gran amigo del rey, que se muda en agosto de Londres a Nueva York y quiso despedirse del país rodeado de sus amigos. Además, también celebraba su 50 cumpleaños y el 21 cumpleaños de su hija Olympia.
Según han contado algunos de los invitados a la revista Vanity Fair, el encuentro entre Felipe VI y su cuñado fue frío y distante, prueba de la relación enquistada que existe entre ellos: "No los vi conversar en ningún momento de la noche. El señor Urdangarin permaneció pegado a su mujer y a sus hijos durante gran parte de la velada", ha contado un invitado a la revista. Tan discreto quiso ser el exduque de Palma que algunos invitados ni siquiera se dieron cuenta ni de que estaba.
El rey, sin embargo, sí que conversó animadamente con los invitados y se mostró "encantador", contó la misma fuente. A la fiesta también estaban invitados Máxima de Holanda, Haakon y Mette-Marit de Noruega o el príncipe Kyril de Bulgaria. Toda la realeza europea se dio cita en el encuentro, en el que la etiqueta fue de lo más "revolucionario". Los anfitriones pidieron a los invitados que llevaran algo subversivo y rompedor, y los estilismos fueron de lo más curioso.
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LA INFANTA CRISTINA VUELVE, POCO A POCO, A LA CASA REAL
En febrero de este año, la infanta Cristina respiró tranquila tras conocer la sentencia del caso Nóos: quedaba absuelta, aunque su marido era condenado a 6 años de prisión. Después de ser apartada de la agenda oficial de la Casa Real, volvió poco a poco a los encuentros familiares íntimos. Pero después de la sentencia, ese acercamiento ha sido mucho más visible.
El punto de inflexión fue el funeral de Alicia de Borbón, en mayo de 2017, cuando la infanta Cristina coincidió por fin con los reyes Felipe y Letizia, los reyes eméritos y la infanta Elena. Antes, en Semana Santa, pasó unos días con sus hijos y su marido en la finca La Toledana de su primo Pedro Borbón dos Sicilias en Retuerta del Bullaque (Ciudad Real).
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