Ha sido un verano de novias, encajes, colas y velos. Y entre entre todas las que se han celebrado, muchos consideran que la boda del año ha sido la de Gabriela Palatchi (25 años) con el turco Ediz Elhadef (39). Si la boda de la hija de Alberto Palatchi, presidente de Pronovias, fue pomposa y lujosa, la luna de miel no podía quedar atrás. Emulando a Willy Fogg en La vuelta al mundo en ochenta días de Julio Verne, los novios partieron tras la fiesta de su enlace, celebrado el sábado 16 de julio en La Cerdanya, hacia las Antípodas, en un viaje, eso sí, que de momento les dura algo menos de la mitad que la famosa novela.
Australia fue la primera parada de la pareja. Fue casi técnica, porque el destino era Nueva Zelanda. Pero aprovecharon su estancia en el país y a la heredera de Pronovias le dio incluso tiempo de ir a la peluquería –ahora luce un favorecedor flequillo-. En Syndey se alojaron en un hotel en la playa de Bondi, enclave favorito de los surfistas. Esta larga playa, alejada del centro financiero, no suele estar muy llena en agosto porque es invierno en la zona.
Aunque no hace frío, al contrario de Nueva Zelanda, que fue el siguiente destino, donde estos días la pareja ha tenido que vestirse de abrigo en muchas ocasiones por las bajas temperaturas. En Queenston han disfrutado de una de las atracciones más 'salvajes' del país: el Nevis Arc, el columpio más grande del mundo. Con una caída d 160 metros, 70 de caída libre, se balancea en un arco de 300 metros a una velocidad que llega hasta los 150 kilómetros por hora.
Quienes conocen Nueva Zelanda saben que es uno de los parajes más ignotos del mundo, con paisajes gigantes de una vasta naturaleza que avasalla por su inmensidad. Palatchi y Elhadef la han disfrutado en Minaret Station, al norte de Queenston, un complejo alpino, el primero del país, en el que hay un hotel de lujo: casas en medio de la nada en las que uno puede tener la suerte de cruzarse hasta con renos. Además, se pueden sobrevolar las rotundas montañas en un helicóptero.
Tras unos días en tierras neozelandesas, el ya matrimonio puso rumbo a la chilena Isla de Pascua, a donde viajaron desde Auckland. Allí cambiaron el frío por el calor tropical, polinesio, y la casona en la montaña por un lujoso 'lodge' en la playa, entre palmeras, con piscina privada y muchas ganas de pasarlo bien. Pese a la diferencia de edad, Palatchi y Elhadez disfrutan de las aventuras, lo pasan bien tomando cócteles y se ríen en todas las situaciones. Lo destacan quienes les conocen: "Son una pareja que contagia felicidad y ganas de alegría".
Gabriela Palatchi ha pasado de trabajar con su padre en las oficinas de Pronovias a convertirse en una suerte de it girl residente en Estambul que tiene hasta una cuenta en Instagram con sus recetas. Le gusta lucir sus looks en las redes sociales, con una esbelta figura y una gran belleza, pero también disfruta haciendo el 'payaso'. Suele mostrarse en las redes tanto en posturas elegantes e incluso sexys como en posturas imposibles y casi ridículas. Se ríe de sí misma. En el viaje, se vistió con una cazadora vaquera que le habían regalado por la boda en la que se lee en grandes letras "Mrs. Elhadef". Y en lugar de lucirla en plan chic, se calzó una gorra de béisbol del revés y se puso en modo risa. Lo dicho: tienen ganas de pasarlo bien.
En la isla de Pascua, por supuesto, han visitado las estatuas conocidas como moái, esas cabezas que inspiraron la película Rapa Nui, nombre de la etnia de la isla. Y tras el periplo por el medio del Océano Pacífico, han puesto rumbo a Punta Arenas, en la Patagonia chilena.
En Torres del Paine, concretamente, tierra antártica ahora en época de deshielo. Las vistas desde su habitación son el paraíso mismo. Y allí, en el Gran Lago, ante icebergs deshaciéndose, han seguido su ruta.
La luna de miel, sin embargo, deberá seguir en casa. Antes, su último destino, según mostraban ellos mismos este lunes, ha sido el desierto de Atacama. En total, más de 28.500 kilómetros recorridos por la pareja, que pronto tendrá que empezar a hacer maletas para regresar a Estambul, donde viven. El 16 se les espera en casa. Mientras tanto, a disfrutar.