Si hay un lugar en el mundo en el que Carmen Lomana (73 años) se siente feliz y en paz, ese es Marbella. La empresaria ha viajado toda la Semana Santa a la casa que tiene en propiedad en la Costa del Sol y allí, como no podía ser de otra manera tratándose de ella, ha visitado la pop-up que la firma francesa Chanel ha abierto por segundo año consecutivo en el Marbella Club Hotel hasta octubre.

Lomana se rinde ante la belleza y si hay una maison que tiene prendas increíbles no es otra que Chanel. Allí, en el último día de sus vacaciones en Andalucía, Carmen ha lucido la chaqueta perfecta, capaz de elevar cualquier look sobrio en una noche de primavera, como es su caso. También es apta para un brunch o un cóctel a plena luz del día: versátil para cualquier instante.

Se trata de una prenda de silueta cropped, manga ancha y varios botones joya, dando protagonismo al escote cruzado. Su precio, según consta en el sitio web de la casa de moda gala es de 5.600 euros. Carmen la combinó con unos pantalones de tiro alto y estrechos hasta el tobillo en color negro y sus zapatos de Dior -890 euros-.

Lo más curioso de esta prenda es que no es la primera estrella patria que ha llevado. El pasado mes de diciembre, Penélope Cruz (47) viajó a Nueva York para promocionar la película por la que fue nominada al Oscar a Mejor Actriz, Madres Paralelas, e hizo una parada en el exitoso programa de Jimmy Fallon (47 años), The Tonight Show Starring Jimmy Fallon.

Una vez más, Penélope Cruz eligió Chanel, la emblemática firma de la que es embajadora desde hace años. Al contrario que Lomana, la intérprete seleccionó el traje de chaqueta perteneciente a la colección Chanel PV22 completo, con sus dos piezas en amarillo y realizadas en tweed, la tela más característica de la marca.

La falda de Penélope guardaba un secreto que se pudo ver en las imágenes en movimiento de las redes sociales del programa y de la propia actriz, aunque no así en el show mientras se grababa la entrevista y se emitía en falso directo.

La pieza inferior de este increíble dos piezas guardaba una pequeña capa por detrás que rompía con la estética clásica de los trajes de tweed de Chanel. ¿Se animará Carmen Lomana a comprarse también la falda? ¿O es que ya la tiene guardada dentro de sus impresionantes vestidores presididos por una camelia para identificar que ahí dentro duerme Chanel?

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