La gala de los Premios Oscar es mucho más que cine. Aunque es el séptimo arte lo que da pie a su celebración, cada año, en el Dolby Theatre de Los Ángeles confluyen otros tantos temas, ligados a la moda y la crónica social. Han sido más de 90 años de triunfos, glamour y un sinfín de anécdotas que ahora, ante la inminente celebración de su 96º edición, vuelven a la actualidad.
Hollywood es un ambiente en el que coexisten la estética, el lujo y el estilo con el séptimo arte. Pero también en el que se mezclan las vivencias más emotivas y románticas con alguna polémica. Podría parecer una película, pero todo esto ocurre fuera de la gran pantalla.
La noche del 27 de marzo de 2022 -la madrugada del día 28 en España-, permanece en la memoria de muchos por la inesperada bofetada que Will Smith (55 años) dio a Chris Rock (59) después de que el comediante hiciera un desacertado chiste sobre la alopecia de Jada Pinkett Smith (52), entonces mujer del afamado actor. Ocurrió en mitad de la gala de los Oscar y empañó la elegancia y el glamour que suele rodear a esta cita en la meca del cine mundial.
Precisamente, por temas de estilo y moda también son recordadas ciertas galas de los Premios Oscar. En 2007, Penélope Cruz (49) protagonizó la anécdota de aquella edición cuando le falló la cremallera de su vestido de John Galliano -para Dior- y se vio obligada a elegir un Versace con una exuberante cola de volantes en rosa pálido que la convirtió en la mejor vestida de la noche.
Siete año más tarde, la de Alcobendas volvió a ser protagonista tras ser confundida con su gran amiga Salma Hayek (57). El error surgió en el portal de la Academia, pero no tardó en viralizarse en redes sociales tras aparecer de forma breve en su cuenta de Instagram.
La Academia publicó una foto de Penélope Cruz y Robert de Niro (80) manteniendo una conversación antes de presentar uno de los galardones, que describieron de la siguiente manera:"Hayek y De Niro preparándose". Pero Salma no tenía ninguna participación en la instantánea. En lugar de la mexicana aparecía la intérprete madrileña.
Como anécdota glamourosa, también es recordado el impresionante collar que llevó Lady Gaga (37) en la gala de 2019, cuando ganó la estatuilla a Mejor canción por Shallow e interpetó el tema sobre el escenario junto a Bradley Cooper (49). De aquella joya cuelga el diamante amarillo más grande del mundo. Es de Tiffany & Co, requirió medidas de seguridad secretas y lo lució Audrey Hepburn durante la promoción de Desayuno con diamantes, en la década de los 60.
A lista de momentos memorables también se suman las caídas de Jennifer Lawrence (33). En 2013, segundos antes de recoger su premio a Mejor actriz por El lado bueno de las cosas, la intérprete sufrío una caída en las escaleras. Casi al instante, recibió la ayuda de Hugh Jackman (55). Al año siguiente, la intérprete estadounidense protagonizó una escena similar, pero esta vez en la alfombra roja.
A lo largo de los premios Oscar también se han producido momentos muy conmovedores y alguno con pinceladas románticas. Han sido muchas las lágrimas derramadas en el Dolby Theatre de Los Ángeles por la emoción de ganar un galardón o escuchar algún discurso.
También muchos los besos que se han intercambiado las estrellas, desde su paso por la alfombra roja hasta su subida al escenario. Uno de los más apasionados, el que Rami Malek (42) dio a su novia de aquel momento, tras escuchar que había ganado el premio a Mejor actor por dar vida a Freddy Mercury en Bohemian Rapdosy.
Las relaciones de amistad también han quedado patentadas en el majestuoso teatro, en el que este próximo domingo, 10 de marzo, se volverán a dar cita las grandes estrellas. "And the Oscars goes to... ¡Pedroo!", pronunció una orgullosa Penélope Cruz en el año 2000, cuando abrió el sobre que indicaba que Todo sobre mi madre, el largometraje de su gran amigo Pedro Almodóvar (74), había ganado el Oscar a Mejor película extranjera.
Un año antes se produjo una sitaución similar cuando Sophia Loren (89) le entregó el mismo galardón a Robberto Begnini (71) por La vida es bella. "And the Oscars goes to... ¡Robberto!", exclamó la actriz con una enorme sonrisa en el rostro, subiendo los brazos y agitando el sobre.