Marina Cicogna, condesa y reina del cine europeo, falleció en Roma este pasado sábado, 4 de noviembre, a los 89 años, tras una larga enfermedad. Considerada la primera gran productora de cine italiano, será recordada por haberse convertido en un icono del inconformismo en la gran pantalla y dentro de la jet set. Descendiente de las dinastías Cicogna Mozzoni por el lado paterno y Volpi di Misurata por parte materna, la italiana frecuentaba los círculos más exclusivos de la sociedad. En su lista de amigos figuraban nombres como el de Valentino (91 años), Ennio Morricone o el rey Juan Carlos I (85).
Aunque su gran historia de amistad y amor fue con Franco Rossellini, Maria Cicogna marcó un hito en su generación por ser una de las primeras mujeres en Italia que no escondió su bisexualidad. Mantuvo una relación de 20 años con la actriz brasileña Florinda Bolkan y en la última etapa de su vida estuvo con Benedetta Gardona.
Al Emérito lo conoció durante su infancia en Lausana, Suiza, donde muchas familias de la aristocracia y la realeza europea escaparon de la II Guerra Mundial.
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"Jugábamos de niños en Lausana. Su primo Alfonso, que después se casó con Carmen [Martínez-Bordiú], fue mi primer novio. Adoro la compañía de don Juan Carlos, es muy espontáneo y animado. La gente así puede parecer desenfadada, pero es un hombre muy serio. Le admiro, ha hecho muchas cosas bien y le considero extremadamente inteligente. Pero: nadie es perfecto", dijo Marina Cicogna a Vanity Fair en 2016. Entonces la condesa viajaba a España para acudir a la fiesta de la mencionada revista junto a Carolina Herrera (84) y su marido, Reinaldo.
Horas antes de aquella celebración, según ella misma revelaba, había comido con el rey Juan Carlos en Casa Lucio, confirmando que su amistad seguía intacta.
A Marina la pasión por el cine le venía por herencia. Era nieta del conde Giuseppe Volpi di Misurata, ministro de Finanzas, presidente de la Bienal de Venecia, e ideador del Festival de Cine de Venecia; mientras que su padre comenzó como coproductor de obras como Ladro di Biciclete, de Vittorio de Sica. Además, en los años 60 su madre se hizo cargo de la productora y distribuidora Euro International Films, de la que la fallecida condesa pasó a ser propietaria en 1967 junto con su hermano menor, Ascanio.
Después del suicidio de su hermano Ascanio y de la crisis financiera de la productora, Marina Cicogna trabajó durante un breve período en la Paramount, antes de cerrar definitivamente la productora y mudarse a los Estados Unidos.
"El cine siempre ha estado en mi vida, fue el amor loco de mi vida", le gustaba repetir a la que llamaron 'la condesa de Cinecittà'.
De su historia no solo destacan sus grandes éxitos en la gran pantalla. Marina Cicogna rompió esquemas y se convirtió en un icono 'rebelde' de su generación por hablar públicamente de su bisexualidad. Su vida fue llevada a la gran pantalla a través del documental Marina Cicogna. La vida y todo lo demás, de Andrea Bettinetti, y contó con una autobiografía Ancora Spero. Una storia di vita e di cinema.