Cocaína, sobornos y grifos reventados: las historias que atesora Sierra Towers, el lujoso edificio de las estrellas
Matthew Perry le compró a Elton John en 2005 un apartamento de poco más de 150 metros cuadrados y seis años después lo vendió por 2,85 millones.
2 noviembre, 2023 00:53Marcado para siempre por su papel de Chandler Bing en Friends, la muerte de Matthew Perry a los 54 años ha puesto de manifiesto el abultado patrimonio inmobiliario que tuvo la estrella de televisión. De forma inteligente, al igual que han hecho Jennifer Aniston (54) y Courteney Cox (59), supo invertir el millón de dólares que cobraba por capítulo para comprar en las zonas más elitistas de California. Una de ellas fue en West Hollywood, concretamente, en el edificio de las celebridades llamado Sierra Towers.
Inaugurado como edificio residencial en 1966 aún está considerado como el edificio de apartamentos más altos de Los Ángeles. Desde el principio atrajo a actores, miembros de la alta sociedad y cantantes, entre ellos, David Janssen de la serie El fugitivo y la estrella de hockey Willie Shoemaker.
Matthew Perry le compró a Elton John (76) en 2005 un apartamento de poco más de 150 metros cuadrados, con dos habitaciones y dos baños ubicado en la planta 22 por 3,2 millones de dólares y seis años después se lo quitó de encima por 2,85 millones. Pero el actor y el cantante no han sido las únicas celebridades en disfrutar de los lujos de este bloque que cuenta con aparcacoches, servicio de vigilancia de última generación, chefs privados, conserjería las 24 horas, piscina, jardines, lavandería…
Imagínense que a uno de nuestros lectores les hubieran invitado a pasar una velada en uno de esos pisos. En cualquier momento en el ascensor se podían haber encontrado a Lili Collins (31), Lindsay Lohan (37), Cher (77), Sidney Poitier, David Geffen (80) e incluso a la mala malísima de Dinastía Joan Collins (90), quien tenía por vecina a su rival en la serie Diahann Carroll. Vamos, una situación de infarto.
Eran muchos los rostros conocidos que adquirían una propiedad en el condominio no solo como inversión, sino también por comodidad ya que al acabar su jornada laboral estaban tan agotados que no les apetecía recorrer decenas de kilómetros para llegar a su inexpugnable. Un lugar para dormir en la ciudad les resultaba mucho más cómodo. Recientemente éste ha sido el caso de Ozzy (74) y Sharon Osbourne (71), quienes hace seis meses pusieron en venta su nidito por 4,8 millones de dólares. Sin embargo, otras fuentes aseguran que compraron la propiedad adyacente el año pasado por 2,3 millones con la intención de ampliarlo.
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Cher vendió en 2013 su apartamento de 215 metros por 5,25 millones y Courteney Cox (59) -compañera de Matthew en Friends- hizo lo propio el año pasado con su propiedad ubicada en la planta 24 por 4,5 millones de dólares. Mientras unos se van, otros vienen para quedarse, como ha sido el caso de Katy Perry (39) que el pasado mayo adquirió un penthouse en la planta 32 de 280 metros cuadrados con tres habitaciones y tres baños y unas vistas inmejorables a las montañas que rodean la ciudad por 11 millones de dólares.
Tras vender su mansión de Beverly Hills, la actriz Joan Collins alquiló durante un tiempo hasta que decidió adquirir en 2007 por 2,7 millones de dólares un apartamento esquinero en la planta 25 con una superficie de 210 metros que puso a la venta en 2017 por 4,5 millones porque estaba harta de que se le inundara la propiedad. En una ocasión, mientras estaba de vacaciones en su villa de Saint-Tropez, uno de los grifos que goteaba ensució su apartamento y después una tubería reventó en un apartamento de al lado provocando que el agua se filtrara hasta inundar la propiedad. La máxima preocupación de la diva eran sus vestidos y las pieles.
A la agente de bolsa y personalidad televisiva Nikki Haskell (81) no le faltaba razón cuando afirmaba que "tienes que ir completamente maquillada en todo momento, sobre todo, cuando subes al ascensor porque nunca sabes con quién te vas a encontrar". Aunque de puertas para afuera las celebridades se ríen las gracias, en privado se cruzan los cuchillos y, en especial, las mujeres de Hollywood son tremendamente críticas las unas con las otras en cuestión de arrugas y peso.
Hace unos años, la revista Hollywood Reporter explicó una anécdota que le ocurrió a principios del año 2.000 a un agente inmobiliario con el excantante Eddie Fisher, quien en los cincuenta acaparó los titulares más escandalosos tras abandonar a Debbie Reynolds para casarse con Elizabeth Taylor. El artista estaba acompañado de sus hijas Joely y Tricia que acudieron a visitar un apartamento en la planta 31. De repente, a Eddie le vinieron unos recuerdos que creía olvidados. En aquel momento comentó a los presentes que solía ir de fiesta al edificio en numerosas ocasiones con Yul Brynner donde consumían cocaína. Finalmente, la estrella, fallecía en 2010 a los 82 años.
Sierra Towers también ha sido pasto de los rumores a lo largo de todo este tiempo. Se llegaron a propagar historias de sobornos del crimen organizado a vecinos de casas cercanas que se quejaban de que la altura del edificio les había arruinado las vistas y también otra que tenía como protagonista a Frank Sinatra, de quien se dice que ayudó a financiar el bloque tras un patrón en la construcción porque quería un gran apartamento para que viviera su madre. Si las paredes hablasen…