El pódcast Corinna y el Rey sigue siendo fuente inagotable de sorprendentes revelaciones. Este miércoles, 7 de diciembre, EL ESPAÑOL ha tenido acceso al avance del séptimo capítulo de la serie, en el que Corina Larsen (58 años) continúa relatando los detalles más insospechados de su larga relación con Juan Carlos I (84), con quien compartió casi una década de su vida.
En Un alma oscura, como se llama el episodio, la empresaria germano-danesa revela la parte final de su contacto con el rey emérito, de quien sigue desvelando una faceta desconocida para la gran mayoría. Una forma de ser que para ella también supuso una gran sorpresa en su momento y es que, como revela en esta ocasión, se quedó sin palabras al descubrir que el Rey formaba parte de un grupo de WhatsApp tan curioso como extraño.
Sobre todo porque en aquel momento ya había cortado su última conexión con él. O eso pensaba ella. Todo sucedió cuando empezó a notar un comportamiento extraño en su hijo Alexander (20), quien si bien se encontraba en plena adolescencia, tenía muy malas maneras para con ella.
Según se revela en el teaser al que ha tenido acceso este medio, el joven comenzó a llamar mentirosa a su madre, a contestarla "en un tono horrible" e incluso a ignorarla cuando le pedía que hiciera sus deberes del colegio. Corinna, que en un principio no sabía a qué se debía este cambio, ya que "nunca esperó que Juan Carlos fuera a por sus hijos", pareció entenderlo todo al cuando se entera del grupo de WhatsApp "en el que están todos".
"Se hacen llamar The Pride, La Manada, como en una manada de leones", se la escucha decir en el pódcast. "Y en este grupo de WhatsApp están Juan Carlos, mi primer esposo, Philip; mi segundo esposo, Casimir y mis dos hijos", añade.
Los tres hombres más importantes de su vida, aquellos que habían jugado un papel clave en un momento u otro, decidieron unirse y formar un grupo en la aplicación de comunicación en el que, además, también formaban parte los dos hijos de Corinna. No solo a Alexander, también a Anastasia Adkins (30), fruto de su relación con Philip Adkins.
Tal y como se destapa en el mismo clip, tras poner punto final a cualquier contacto con Juan Carlos, las cosas se pusieron difíciles. "Hice literalmente todo lo que pude para apaciguar al hombre. Y, por supuesto, nada funcionó", narra la germano-danesa, que en aquel momento tenía su reputación personal totalmente destruida.
Y sigue: "En ese punto, les habían comido la cabeza a muchos de mis contactos, a todos mis clientes, exmaridos, amigos cercanos y ahora iban tras mis hijos. A todos les habían dicho que era una ladrona, que era desleal y que no era digna de confianza", desvela Corinna.