David (47 años) y Victoria Beckham (48) se convirtieron en dos de los invitados a la boda de Sergio Ramos (36) y Pilar Rubio (44) más esperados por la prensa. La noticia de su presencia en el fiestón que el futbolista y la presentadora organizaron aquella noche del 15 de junio de 2019 en la finca La Alegría, propiedad de Ramos en la sevillana localidad de Bollullos de la Mitación, suscitó la curiosidad de muchos desde el primer instante. Obviamente, también lo hizo su comportamiento durante el evento.
Hace poco, el chef Dani García (46), encargado de elaborar el menú principal del evento, reveló públicamente ciertos detalles sobre la acogida que tuvo su creación -que arrancó con un salpicón de bogavante con salsa especial, siguió con espaguetis con guiso de ternera trufado, contó con un plato de rape al estilo del chef y hasta tuvo hamburguesa de Kobe-. "Fue un trabajazo absolutamente brutal, pero que salió genial de no ser por dos comensales que nos dieron la noche un poco", comentó García en El Hormiguero.
Uno de ellos, comentó, fue la ex Spice Girl, que ya de por sí se saltó el protocolo específico de la boda y apareció en la Catedral de Sevilla ataviada con gafas de sol y un vestido blanco -color a evitar según el dress code establecido- con estampado de cadenas de sus colecciones propias.
"Cambió todo el menú", añadió el cocinero. "El menú de ella era totalmente diferente, solo a base de verduritas y tal. Y luego, algo muy curioso que yo no he visto en mi vida… Tenía agua de coco siempre, constantemente, un bol de caramelos de menta, y luego, al otro lado, tenía el gel hidroalcohólico, que ahora es muy famoso pero, en aquella época, todavía no había covid. Fue complejo darle el menú".
La propia Victoria, que nunca toma carne, lácteos, aceite, salsas ni mantequilla, reconoció el pasado mes de septiembre, durante una entrevista para el podcast River Cafe Table 4, que es una "pesadilla" como comensal. Con cierto sentido del humor, su esposo aseveró que está casado "con alguien que ha comido lo mismo durante los últimos 25 años", puesto que su mujer come prácticamente todos los días pescado a la parrilla y verduras al vapor.
"Pocas veces se desvía de eso", aseguró David, algo que a veces resulta duro para alguien como él, que se define a sí mismo como un gran amante de la comida. "La única vez que probablemente compartió algo que estaba en mi plato fue cuando estaba embarazada de Harper y fue lo más increíble. Fue una de mis veladas favoritas. No recuerdo qué era, pero sé que no lo ha comido desde entonces", recordó el que fue capitán de la selección inglesa.
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El gusto de Victoria por las dietas estrictas y el ejercicio físico diario es de sobra conocido, como también lo es su simpatía por la llamada dieta Alcalina, que arrasa entre las celebridades y está basada en la idea errónea de que, para prevenir ciertas enfermedades, uno debe alimentarse a base de verduras, frutas, tubérculos y alimentos integrales.
"Me encanta este libro de recetas sanas", tuiteó en una ocasión Victoria, junto a una imagen del recetario La cocina alcalina, donde la chef vegetariana Natasha Corrett y la nutricionista Vicki Edgson revelan la manera de equilibrar los alimentos alcalinizantes con los acidificantes para mejorar la digestión e incrementar los niveles de energía. A partir de aquella publicación de la británica, las ventas del libro se dispararon.
Lo que algunos desconocen es que Victoria, que con una estatura de 1,63 pesa solamente 48 kilos, tuvo problemas de sobrepeso en su infancia, y que eso la llevó a obsesionarse con su aspecto físico y a iniciar un sinfín de dietas para mantenerse delgada. En su autobiografía, Aprendiendo a volar, publicada en 2001, reconoció que había lidiado con un trastorno alimentario.
En una charla con la revista Harper Bazaar explicó que "no me considero guapa. No, absolutamente no. Pero saco el mayor partido a lo que tengo. Veo mis imperfecciones y defectos y sonrío: soy quien soy y no voy a tratar de cambiar eso. Me ha llevado mucho, mucho tiempo reconocer que a los 45 años, en realidad estoy bien".
En otra conversación mantenida en 2019 en el programa británico This Morning, la británica reconoció que no tiene miedo a envejecer ("No me molesta hacerme mayor y no voy a intentar parecer más joven de lo que soy. Solo quiero lucir bien y sana para la edad que tengo: tratar de convertirme en la mejor versión de mí misma y cuidarme al máximo"), y afirmó ser consciente de que la actividad física tiene un impacto positivo en su salud.
Por otro lado, Victoria lleva décadas soportando burlas y comentarios críticos basados exclusivamente en su físico. En una entrevista con Vogue Australia, denunció ese body shaming y recordó aquel día de 1999 en el que acudió a un programa de televisión conducido por Chris Evans, y éste le pidió que se pesara, allí en directo.
"Acababa de tener a Brooklyn y había perdido mucho peso después", explicó al respecto. "Le pasó a mi madre después de sus embarazos. Eso no significa que tengas un trastorno alimentario. Y me hizo subir a la báscula para que me pesara. ¿Te imaginas hacer eso hoy en día?".
En la misma charla, Victoria abordó la manera en que cierto sector de la prensa se ha burlado de su aspecto físico a lo largo de su carrera: “Me han llamado 'pija rechoncha' y 'pija esquelética'. Después de tener a Brooklyn, publicaron una foto mía que señalaba cada parte de mi cuerpo donde me tenía que centrar en perder peso".
Su aventura como diseñadora tampoco ha estado nunca exenta de polémica, especialmente en Reino Unido, donde Victoria tiene su base de operaciones. En su día corrieron rumores que la acusaban de haber rechazado a varias modelos por no tener índices de masa corporal saludables. Lo que es un hecho es que la excesiva delgadez de las jóvenes modelos que participaron en el desfile que presentó en Nueva York en 2015 llamó la atención de muchos.
"Sabemos que algunas mujeres jóvenes que sufren trastornos alimentarios toman este tipo de fotos y las ponen en la puerta de sus armarios, usándolas como un objetivo que pueden alcanzar", opinó entonces Lorna Garner, portavoz de la asociación benéfica para personas con trastornos alimentarios B-eat. Victoria se defendió de las críticas señalando que su equipo se había asegurado de que todas las modelos que se contrataron mantenían una buena salud. De hecho, tampoco son delgadez y salud corporal términos incompatibles.
El año pasado, los Beckham pasaron la mayor parte de su tiempo en Miami, donde David es copropietario del club de fútbol Inter Miami. “Hay un montón de mujeres con muchas curvas en Miami, y lo llevan perfectamente", ha comentado Victoria a la revista Grazia. "Caminan por la playa de Miami sin mucha ropa y están fantásticas. Muestran sus cuerpos con mucha confianza. Su actitud y su estilo me parecen realmente liberadores. Y como madre, me encantaba que Harper estuviera rodeada de mujeres que realmente celebraban sus curvas y disfrutaban de su aspecto".
Parece que esa experiencia le valió para reafirmar la idea de que estar flaca está pasado de moda ("Querer estar muy delgada es una actitud anticuada"), y que es fundamental que cada uno se sienta a gusto con su propio cuerpo. De momento, la británica anda promocionando estos meses el lanzamiento de la colección, VB Body, y ya ha comentado que “cuantas más curvas tengas, mejor te quedarán mis vestidos VB Body". Veremos si su celebración de la diversidad de cuerpos es trasladada también a sus próximos desfiles de moda.