La boda entre Kitty Spencer (30 años) y su prometido Michael Lewis (60) ha sido uno de los acontecimientos más esperados por el mundo y en especial por Inglaterra. La que se casaba era la sobrina de la recordada Diana de Gales y a pesar de que el enlace se ha celebrado en Italia, se ha seguido con especial interés en su país de origen.
Como no podía ser de otra forma, uno de los aspectos que más expectación ha denotado ha sido el vestido de la novia. El estilo de la aristócrata es seguido por cientos de fans fieles a la tradición de la moda inglesa, reconocida por sus estampados de flores y sus coloridos diseños. Por eso se esperaba que el diseño con el que Kitty diera este importante paso fuera de lo más especial. Las apuestas estaban al alza y la sobrina de Lady Di no ha defraudado.
La joven ha puesto en manos de Dolce&Gabbana uno de sus proyectos más personales: la creación del vestido con el que ha caminado hacia el altar. El resultado ha sido un diseño que mezcla la tradición británica de la novia, con la italiana de los diseñadores: "Kitty está enamorada de nuestro hermoso país y de su rica historia, arte y cultura", asegura la firma italiana a la revista Tatler. Aunque en esta misma publicación el dúo asegura que no se ha olvidado el país de origen de la protagonista: "Aunque también es una chica muy apegada a sus orígenes, a Inglaterra; a su herencia de la gran época victoriana. Y como todos los ingleses, tiene una gran pasión por todo tipo de flores".
La creación llama la atención por su patrón clásico que se ciñe a la cintura, desde donde despega una falda de princesa con mucho volumen. El cuerpo se entalla tomando forma de corsé y se presenta una elegante manga larga que cobra volumen en los hombros, a la que se añade también cuello alto. Todos estos detalles recuerdan inevitablemente al diseño que llevó su madre, Victoria Lockwood (55), en su boda con Charles Spencer (57), en 1989. De esta manera, su hija le ha querido rendir un sentido homenaje en uno de los días más importantes de su vida.
Todo el vestido está cubierto de encaje floral, lo que denota ese gusto tan inglés al que hacía referencia la marca, y ha sido creado entre la fábrica de bordados de la firma italiana y su atelier. También ha trascendido que la novia solo tuvo cuatro pruebas de vestido, momentos que los creadores han calificado de "hermosos y emocionantes". Como resumen de todos ellos, la marca ha publicado en su cuenta de Instagram un vídeo en el que se ven los bocetos y algunos momentos de la prueba de los vestidos.
Sin embargo, la aristócrata no se conformó con este impactante vestido de princesa. Al diseño nupcial se sumaron cuatro vestidos más que también fueron ideados por Dolce&Gabbana: "Para este evento único hemos creado una serie de vestidos hechos a mano, cada uno celebrando la belleza de la novia, la pasión por la Alta Costura y la plena felicidad del momento", explica la firma.
Estos cuatro diseños posteriores están inspirados en el estilo personal de la novia, lleno de color y estampados florales. Detalles como los brocados, los volúmenes a base de pliegues, las flores confeccionadas en telas y añadidas en forma de aplicaciones en tres dimensiones y los lazos corroboran que los diseños respiran la esencia de Kitty.
Para nadie ha sido una sorpresa que el dúo italiano estuviera a cargo de este trascendental proyecto. A Kitty le une una relación de amistad con Domenico y Stefano y además es imagen de la marca. Por otro lado, ellos fueron los encargados de vestirla en una de las ocasiones de más relevancia pública para la sobrina de Lady Di: la boda de Meghan (39) y el príncipe Harry (36).
Una boda de cuento
Aunque Kitty no ostente el título de princesa, como sí lo tenía su tía, su boda fue digna de alguien con tal distinción. La fiesta tuvo lugar en la lujosa villa Aldobrandini en la ciudad de Frascati, provincia de Roma. Gracias a algunos de los invitados se han podido conocer detalles de tal especial velada, como los fuegos artificiales para celebrar la unión de la pareja. Y a pesar de que la tradición marcó las nupcias hubo detalles que hicieron de esta boda algo diferente. Por ejemplo, la novia no fue hacia el altar de la mano de su padre como es habitual, sino que caminó flanqueada por sus hermanos, Louis Spencer (27), vizconde de Althorp y Samuel Aitken.
Fue una boda que no contó con presencia real. Se desconcocía si tanto los duques de Cambridge, como los de Sussex, primos de la novia, iban a asistir al enlace. Finalmente, se confirmó que ninguno de los hijos de Carlos de Inglaterra (72) se desplazó hasta Italia para la ceremonia.
[Más información: Así es Louis Spencer, sobrino de Lady Di y uno de los solteros más deseados de la aristocracia inglesa]
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