El 60 cumpleaños de la infanta Elena quedará para el recuerdo. No solo por haber reunido a la Familia Real, casi al completo, sino también por el simbólico momento que la primogénita de los Eméritos protagonizó con su padre, el rey Juan Carlos (85).
Fue después de la comida, a las puertas de Pabú, el restaurante en el que tuvo lugar la celebración, donde se produjo la anécdota. La Infanta despidió al Emérito -el segundo en marcharse tras Felipe VI (55) y Letizia (51)- con dos cariñosos besos y una reverencia. Casi al mismo tiempo, ambos se hicieron mutuamente la señal de la cruz en la frente, un gesto que indica protección y que no tardó en viralizarse, copando titulares y abriendo Informativos.
Fue Juan Carlos quien comenzó a realizar la señal de la santa cruz en la frente a su hija y segundos después fue ella la que repitió el gesto en la frente de su padre.
La señal de la cruz, no obstante, no es un gesto nuevo entre los Borbones. De hecho, la infanta Cristina (58) ha hecho lo mismo con su hijo Pablo Urdangarin (23) en alguna ocasión.
El pasado marzo, la hija mediana de los Eméritos y Pablo Urdangarin también llevaron a cabo este ritual tras despedirse en la puerta de un hotel de Barcelona. Entonces, madre e hijo se dijeron adiós con dos besos, un cariñoso abrazo y la señal de la cruz.
Aunque en su momento no se hizo viral, este mismo gesto también se evidenció el pasado 1 agosto, cuando el Rey emérito abandonó Sanxenxo tras participar en las regatas. En aquel momento, la infanta Elena acompañó a su padre hasta la puerta del avión y, tal y como hizo este pasado miércoles tras su celebración de cumpleaños, le dio dos besos, le hizo la reverencia y ambos se intercambiaron la señal de la cruz en la frente.
Así, aunque no se aprecie con frecuencia, ha quedado demostrado que este gesto religioso es más que un hábito entre algunos de los Borbones. En el catolicismo la señal de la cruz consiste en 'dibujar' una especie de cruz con los dedos, como símbolo de protección y cuidado a quien se dirige.
Este pasado miércoles, Elena y Juan Carlos también añadieron a su despedida un saludo con las manos que no duró más de 10 segundos. Otra especie de rito, al margen de la señal de la santa cruz, en la que ambos unieron sus manos y comenzaron a realizar unos movimientos. La despedida terminó con los dos colocando la palma de su mano en el lado derecho del pecho de cada uno.
la infanta Elena y el rey Juan Carlos hicieron este rito con total normalidad y agilidad, lo que confirmaría que llevan años efectuándolo pese a que esta vez se viralizó como nunca antes.
Previo a su marcha, el Emérito aprovechó para desearle una "Feliz Navidad" a quienes se encontraban congregados en las inmediaciones del local y que simultáneamente gritaban "'Viva el Rey".
Esta fue la séptima visita del Emérito a España desde que abandonase el país y se trasladase a Abu Dabi en 2020 tras la polémica que suscitó sus irregularidades fiscales y su conducta personal. Como viene siendo habitual en sus últimas ocasiones, solo pasó unas horas en Madrid al no poderse alojar en el palacio de La Zarzuela.
Este pasado miércoles, en el cumpleaños de la infanta Elena, el Emérito pudo compartir con casi toda su familia al completo, a excepción de sus nietas Leonor (18) y Sofía (16). La heredera continúa con su formación militar. La benjamina de los Borbón Ortiz, según el calendario del UWC Atlantic College, ya está de vacaciones, pero no acudió a la cita familiar para celebrar a su tía.