La tercera visita que está realizando el rey emérito Juan Carlos (85 años) a su querida Sanxenxo, si bien es de considerable perfil bajo, no está pasando inadvertida en cuanto a detalles y anécdotas se refiere. Nada más pisar el Real Club Náutico el pasado jueves, los medios de comunicación, y los periodistas allí agolpados, no dudaron en subrayar tanto el buen ánimo del Emérito como su evidente delgadez y problemas de movilidad.
No obstante, así como hace un tiempo se analizó exhaustivamente el bastón en el que se apoya el padre de Felipe VI (55), en este viaje a España muchos han puesto el foco y la atención en otro complemento que luce Juan Carlos I, en apariencia sin importancia: un misterioso anillo que porta en el dedo corazón de su mano izquierda.
Parece tener colección y a lo largo de los años ha estrenado muchos en su dedo meñique. No obstante, la alianza de la que no se separa en este 2023 poco tiene que ver con la coquetería, algún regalo personal o el afeite personal del marido de la emérita Sofía (84). En esta ocasión, se trata de un anillo inteligente que mejora la salud de Juan Carlos, como ha podido averiguar EL ESPAÑOL.
[El misterioso anillo del emérito Juan Carlos del que no se separa en su última visita a Sanxenxo]
De acuerdo a los datos que se manejan, el Emérito lleva en su dedo corazón el modelo Oura, un diseño inteligente capaz de medir el sueño, las calorías quemadas, la frecuencia cardíaca y otras métricas importantes relacionadas con la salud.
Este dispositivo saltó a la fama hace unos años, en 2020, y multitud de famosos y jugadores de la NBA lo comenzaron a usar para intentar mejorar su estado físico, así como posible detector de la Covid-19.
El anillo es obra de la compañía finlandesa Oura Rings, especializada en bienestar. Dispone de una tecnología puntera. Además, está fabricado con titanio ultraligero y cuenta con un revestimiento resistente a cualquier percance, ya que está pensado para estar las 24 horas del día en el dedo del usuario. Del mismo modo, es resistente al agua hasta 100 metros.
Los diferentes anillos tienen un precio que parten de los 300 euros -sin importar el tamaño- y asciende hasta los 1.000 euros. "El anillo Oura se ha diseñado con la precisión en mente, por eso hace sus lecturas en el lado del dedo de la palma de la mano, donde la señal del pulso es más fuerte y fácil de medir que en la muñeca (si los médicos toman el pulso en el dedo es por algo)", se puede leer en la página web de la firma.
Juan Carlos I no es la única personalidad que lo ha lucido. Otros rostros conocidos, de diferentes esferas sociales, han confiado en la inteligencia del dispositivo, como el rey Carlos III (74), el príncipe Harry (38), el actor Will Smith (54), deportistas como Shaquille O'Neal (51) o el cofundador de Google, Larry Page (50).
Sabida es la suerte de obsesión o pasión que siente el que fue jefe del Estado en España por los anillos. Los ha llevado en diferentes dedos. Eso sí, siempre en su mano izquierda y, preferiblemente, en su dedo meñique, como se puede demostrar en la hemeroteca.
Este diseño inteligente ya lo lució en el marco de la graduación de su nieta Irene Urdangarin (18). Aquel 16 de junio, el monarca se dejó ver con el mismo anillo en el dedo corazón. Eso sí, a diferencia de estos días en Sanxenxo, Juan Carlos lo combinó entonces con otro plateado en el meñique.
De la predilección de Juan Carlos I por los anillos se ha escrito mucho. Más allá de aquellas piezas que el Emérito ha regalado a su esposa y a familiares y amigos -renglón aparte merece el impresionante anillo del que habló Corinna Larsen (59) en su explosivo pódcast-, a Juan Carlos le apasiona lucir este complemento.
Jaime Peñafiel (91), periodista experto en Casa Real, ya habló de esta cuestión en un artículo titulado Historia del anillo de su dedo meñique. En ese texto se aclara que Juan Carlos nunca llevó puesto el anillo de casado. Las piezas lustrosas que siempre ha lucido en el dedo meñique de su mano izquierda nada tienen que ver con la alianza matrimonial.
La sorpresa de Elena
Este pasado sábado 29 de julio de 2023, el rey emérito ha podido disfrutar, sin complicaciones meteorológicas, de su primer día de regatas en Sanxenxo. Se ha tratado de una mañana muy emocionante para él.
Más allá de la felicidad que le supone poder participar de una de sus grandes pasiones, Juan Carlos ha recibido una visita inesperada. La infanta Elena (59) se ha reencontrado este sábado con su padre en el pantalán del Real Club Náutico de Sanxenxo, donde el monarca se va a embarcar en el Bribón para afrontar una regata.
Unas 200 personas han sido testigos del reencuentro, y al lado del Bribón otra embarcación ha reproducido por su sistema de sonido el himno de España. Desde el espigón del náutico, ha habido, además, proclamas de '¡Viva el rey!' y '¡Viva España!'.
Esta visita, qué duda cabe, le ha traído buena suerte a Juan Carlos: su embarcación, El Bribón, ha finalizado segunda la primera jornada del XXIV Trofeo Hotel Carlos I Silgar, después de imponerse en la segunda manga del día, por delante del Alibabá II de Miguel Lago, primer líder de la categoría 6M.