El príncipe que nunca reinó es la nueva serie royal dirigida por Beatrice Borromeo (37 años) para contar la historia de Víctor Manuel de Saboya (86). Es el jefe de la extinta Casa Real italiana, heredero de los derechos dinásticos del último monarca, Humberto II, y primo de Juan Carlos I (85), quien sin quererlo ha salido salpicado en este proyecto audiovisual.
La miniserie se centra en uno de los episodios más turbulentos de la vida de Víctor Manuel de Saboya: el asesinato de un adolescente alemán del que el príncipe fue acusado en 1978 y que Beatrice Borromeo investigó en su apogeo como periodista de Il Fatto Quiotidiano. En su día, la mujer de Pierre Casiraghi (35) publicó un vídeo en el que el heredero italiano confesaba que había engañado al tribunal que lo había absuelto por la muerte de Dirk Hammer.
Entonces Víctor Manuel de Saboya dijo que el clip estaba manipulado, mientras que su hijo, Manuel Filiberto (51), demandó al periódico y a Beatrice Borromeo, a quienes la justicia dio la razón.
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Beatrice Borromeo lo cuenta en la docuserie, con la participación del jefe de la Casa Real italiana y su hijo. Pero a lo largo de los tres capítulos también revela algunos detalles de la vida privada del príncipe, como la relación con sus padres, sus historias amorosas y otras polémicas que ha protagonizado.
Inesperadamente, el Emérito se convierte en el protagonista del final de la serie, emitida en Netflix, ya que el príncipe italiano lo ataca directamente. "Tengo muchas cosas que contar, pero no puedo. Cosas sobre Juan Carlos", dice Víctor Manuel de Saboya en una escena distendida en la que actúa con naturalidad sin creer que lo están grabando.
"Era muy poco educado con mi mujer y conmigo cuando teníamos desencuentros. Y no sé por qué, porque siempre fuimos muy amables, y él lo sabía", dice el heredero italiano antes de hablar de uno de los episodios más polémicos de Juan Carlos I. "¡Yo estaba allí! Estábamos en el exilio y solíamos dispararles a tarros y botellas en la playa de Cascais", se escucha decir a Víctor Manuel de Saboya mientras se suceden una serie de imágenes de su vida en Portugal.
"Juanito la armó gorda. Le disparó a su hermano y lo mató. Se llamaba Alfonsito. No le disparó directamente, sino a través de un armario. Yo estaba allí. Fue un accidente. Al 100%, ¿eh? Escondí mi arma inmediatamente. Si no, me habrían vuelto a culpa. Después de eso, lo llamó Franco. Franco dijo: lo convertiré en Rey", rememora el príncipe, intentando buscar un paralelismo entre su historia y la del padre de Felipe VI (55).
Y es que la vida de Víctor Manuel de Saboya guarda algunos detalles similares a la historia del Emérito Juan Carlos. El italiano vivió su infancia en el exilio tras la abolición de la monarquía 33 días después de que su padre, Humberto II, comenzara a reinar. La extinta Familia Real italiana puso rumbo a Portugal y más tarde a Suiza.
En 1970 se casó con Merina Ricolfi-Doria, una mujer de la alta sociedad suiza, en Las Vegas. Un año después formalizaron el matrimonio en Teherán por el rito católico y más tarde se convirtieron en padres de su único hijo, Manuel Filiberto.
Tras la muerte de su padre, Víctor Manuel reclamó al Gobierno reconsiderar la Constitución de la República Italiana, que prohibía la entrada a Italia de los descendientes masculinos del último Rey. Sin embargo, no pudo regresar a su país hasta el año 2002, tras casi seis décadas en el exilio y después de que el papa Juan Pablo II ejerciera su influencia sobre el Parlamento.
Su vida, al margen de la disputa que ha enfrentado por el regreso de la monarquía en Italia, ha estado marcada por los escándalos. Fue en agosto de 1978 cuando en la Isla Caballo (Córcega) se produjo un tiroteo tras el robo de un zódiac de una embarcación de su propiedad. El heredero italiano salió en su defensa disparando dos tiros de fusil a los culpables e hiriendo mortalmente a Dirk Hammer. Casi una década después fue juzgado por ello y en 1991, tras 13 años de batalla legal, fue absuelto de algunos cargos.
Otra de sus polémicas más recordadas tuvo lugar en Madrid, antes de la boda de Felipe VI y Letizia (50), celebrada en 2004. En una cena ofrecida por Juan Carlos I con motivo del enlace, el eterno heredero protagonizó una pelea a golpes con su primo Amadeo de Aosta, también pretendiente al inexistente trono italiano.
En Italia, Víctor Manuel de Saboya ha sido protagonista de otros tantos escándalos, relacionados con corrupción, tráfico ilegal de divisas, falsedad en documentos públicos y favorecimiento de la prostitución.