Noche especial la de este pasado viernes 23 de junio, festividad de San Juan, en el Principado de Mónaco. Como marca la tradición cada año, el príncipe Alberto II (65 años), su esposa Charlène (45) y los hijos de ambos, el príncipe heredero Jacques y la princesa Gabriella, han inaugurado el verano con una gran fiesta en la que las hogueras han sido las auténticas protagonistas.
Al filo de las siete de la tarde, la Familia Real Monegasca ha salido al balcón del Palacio Grimaldi para ver cómo comenzaban a arder las hogueras de San Juan, que en el Principado reciben el nombre de batafoegu. El fuego ardió en la Place du Palais, ante la atenta mirada de Alberto, Charlène y sus hijos.
Cabe destacar que este festejo está organizado por el Saint Jean Club así como por el Ayuntamiento de la ciudad monegasca, y ha estado amenizado con la actuación del grupo de folclore Palladienne.
En el momento en que ha prendido el fuego, los bailarines, ataviados con los trajes regionales en color rojo y blanco -con guiño a la bandera nacional- han danzado alrededor de las llamas, como también es tradición.
Destacar en este punto que antes de este sublime espectáculo de hogueras y baile, se celebra una ceremonia religiosa en el Palacio Principesco y en la iglesia de San Carlos, en el distrito de Moulins.
Si bien es cierto que la que suele llamar la atención de los medios y las cámaras es Charlène -en los últimos años su salud ha sido centro de preocupación y, de hecho, en 2021 causó baja en esta fiesta-, este viernes, día 23, su hija Gabriella le ha robado el protagonismo.
No solamente por su espontaneidad, curiosidad y divertidos gestos -en todo momento compartió con su padre dudas sobre el festejo-, también por su llamativo look de bailarina. La condesa de Carladès ha confiado para este magno día en Mónaco por un vestido, de color blanco y de encaje, con falda de vuelo y tirantes anchos. No obstante, lo que se ha destacado es su peinado.
Por primera vez aparece la pequeña Gabriella con el rostro despejado gracias al moño alto que ha lucido. Además, ha adornado su cabello con varias perlas. Por su parte, Charlène se ha inclinado, como suele ser habitual en ella, por la sobriedad y la elegancia más regia. La mujer de Alberto ha brillado con una amplia camisa de seda en color crudo -firmada por Zara-, de manga francesa y a juego con un pantalón negro.
Por su parte, el príncipe heredero, Jacques, marqués des Baux, ha seguido la estela estilística de su padre, optando por una camisa azul claro y una chaqueta de traje azul marino.
Charlène y Carolina, juntas
El pasado 10 de junio el Principado de Mónaco también se engalanó para inaugurar la cuarta edición de Sitios Históricos Grimaldi en el Place du Palais. La familia de Mónaco no dudó en acudir en tan insigne día.
No es nada habitual que las princesas de Mónaco, Charlène, Carolina (66) y Estefanía (58), coincidan en un acto público. No obstante, ese día tuvo lugar esa inusual aparición conjunta. Un hecho que fue reseñado con especial intención en los medios de comunicación, pues se ha escrito -y especulado- mucho sobre la supuesta mala relación entre las princesas Charlène y Carolina.
De hecho, hay quien se apoya en este extremo para explicar la ausencia año tras año de Charlène en el Baile de la Rosa, donde Carolina es la gran anfitriona. En el gran día del Principado parece que todo quedó olvidado.