El de Corinna Larsen (59 años) no es el único pódcast relacionado con la realeza, otro acaba de salir a luz con un protagonista muy importante que habla en primera persona. Guillermo de Holanda (55 años) se convierte en todo un pionero eligiendo este formato tan en boga actualmente para celebrar sus 10 años en el trono. Lleva por título A través de los ojos del rey y en él se confiesa ante el conocido locutor de radio holandés Edwin Evers.
Fue grabado en el palacio Huis ten Bosch y en cada episodio, que tiene una duración de 20 minutos, el monarca trata uno a uno los años de su reinado, haciendo referencia no sólo a cómo vive sus deberes institucionales y a momentos claves, también aportando datos nuevos de su vida familiar y de su personalidad. Por el momento se han publicado tres que ya están acaparando titulares en los medios del país.
El pódcast empieza con una experiencia a paranormal que el rey Guillermo dice haber experimentado el día de su coronación celebrada el 30 de abril de 2013: "Me paré allí, Wilhelmus (el himno nacional) fue cantado en el Nieuwe Kerk. Así que tuve un poco de experiencia fuera del cuerpo. Como si estuviera flotando sobre mí mismo. '¿Qué demonios estás haciendo? ¿Quién crees que eres?', pensaba. Me vi parado ahí abajo y realmente pensé que era bonito. Todavía me pregunto todos los días: '¿Quién crees que crees?, ¿por qué se me permite hacer esto?'. Lo encuentro muy útil".
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No ha pensado en la abdicación ni mucho menos, porque está en plena forma, pero sabe que tiene la responsabilidad de ayudar a su primogénita, la princesa Amalia (19), para que algún día ocupe su puesto. "Le deseo un muy buen y largo tiempo de preparación. Para ella misma, para formar su propia familia o lo que quiera hacer, y prepararse bien para su futuro. Y luego también decidiremos un momento para la abdicación, como pasó con mi madre. Esa es realmente una consulta conjunta entre Amalia y yo, en un futuro lejano".
Por supuesto, el nombre de su esposa, Máxima (51), es recurrente en sus declaraciones. Guillermo confiesa que adora la personalidad de la Reina, cercana y emocional. "Cuando veo a otras personas llorar, realmente de tristeza, dolor y sufrimiento, me cuesta mantenerme frío. En ese sentido, creo que puedo estar bastante feliz de vivir en el siglo XXI, donde mostrar emociones se ve como algo menos débil que en el pasado. Me alegro de que en el siglo XXI realmente se vea de otra manera. Que mostrar emociones esté permitido. Tampoco me avergüenzo, debo decir. También tengo eso con una latina como mujer, que también puede ser muy emocional. Compartimos eso, eso es genial".
En cuanto a sus tres hijas, Amalia, Alexia (17) y Ariane (15), el monarca asegura que están en el mundo real y no viven en una burbuja: "No son ciegas ni sordas, ven todo en las redes sociales, leen todo, escuchan todo. No las aislamos de nada. Y hablan de ello. Les afecta". De sus palabras se deduce que los constantes comentarios sobre el físico de la heredera están implícitos en este comentario.
Como anécdota curiosa de su vida familiar, el locutor le comenta que ahora que se ha dejado barba su imagen lo coincide con la que aparece en las monedas y le pregunta si su mujer tiene algo que ver con su nuevo look o si le ayudan a cuidársela. "Una moneda es atemporal, debería durar más que una barba -empieza diciendo-. Yo me encargo de mi barba, tengo mi afeitadora a mano. Puede que a ellas les guste eso", finaliza con una sincera carcajada.
Este pódcast es sólo uno de los detalles de las celebraciones de sus diez años en el trono, que también contará con una cena con cuidadanos anónimos votados por su propia comunidad como vecinos ilustres y que tendrán la oportunidad de departir con Guillermo de Holanda. Aún faltan siete episodios más que se irán publicando cada jueves y donde el Rey seguirá repasando los acontecimientos más importantes de su vida, entre ellos las amenazas vividas por su hija mayor por parte de la mafia.
No ha pasado por alto en los primeros la trágica muerte de su hermano, el príncipe Juan Friso, que falleció pocos meses después de su ascenso al trono. Asegura que pudo entender perfectamente el dolor de los familiares de las víctimas del vuelo MH17 cuando en 2014 se reunió para ofrecer sus condolencias: "Nunca olvidaré las emociones que volaron por la habitación. Los familiares estaban allí, con preguntas".