La renuncia a su herencia de Georg de Prusia, sobrino de la emérita Sofía, para mejorar su imagen
Durante décadas el jefe de la casa Hohenzollern ha negociado con el Gobierno alemán la devolución de 10.000 bienes.
21 marzo, 2023 01:40La Familia Real española puede presumir de ser una de las mejor conectadas con Europa por sus lazos de sangre con el resto de casas reinantes. Un curioso honor que se le debe a la reina Sofía (84 años) quien está emparentada, en mayor o menor grado, con todas las coronas del viejo continente, además de con algunas monarquías ya extintas.
Es el caso de Alemania, un país que sigue teniendo herencia noble pese a que se convirtió en República en 1918. En la actualidad, una de las familias más conocidas es la Hohenzollern, pues a ella pertenece el príncipe Georg Friedrich de Prusia (46), sobrino tercero de la emérita Sofía y descendiente más cercano del último emperador Alemán, Guillermo II. La conexión es sencilla: la abuela de la griega, Victoria Luisa de Prusia, era la hermana pequeña del príncipe heredero Guillermo, tatarabuelo de Georg.
En estos días, Georg ha saltado a los titulares de la prensa germana debido a su decisión de renunciar a parte de la herencia que llevaba años reclamando al Estado alemán como actual jefe de la casa Hohenzollern. Una determinación que ha sorprendido, ya que durante décadas ha luchado para recuperar los bienes que le fueron expropiados a sus antepasados durante la ocupación soviética (1945-1949) y que, por ley, se pueden solicitar para su devolución y compensación.
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Según desvela el portal Die Zeit en su versión digital, las posesiones a las que ha dicho que no -un total de 4.000- están ligadas a su bisabuelo, quien en su día apoyó a Adolf Hitler, lo cual supone un problema doble. Por un lado, porque una condición que se debe cumplir para recibir una compensación es que los antepasados del reclamante no estuvieran ligados en episodios de la época nazi, algo que no se cumple con respecto a estos bienes. Por otro lado, porque Georg Friedrich, al insistir en la recuperación de estos artículos durante años, ha visto como su apellido se ha vuelto a ligar con el nazismo, aunque solo haya sido en los artículos periodísticos.
Con su renuncia no solo limpiaría y mejoraría su imagen pública, además sería de ayuda para agilizar el proceso y quizás poder recuperar los otros 6.000 bienes que reclama.
"Las acciones de mi bisabuelo, fallecido en 1951, son relevantes para la devolución de 4.000 de esos más de 10.000 objetos", ha expresado el príncipe al citado medio, marcando distancia con su antepasado y sus ideas políticas. "Cualquiera que simpatice con el extremismo de derecha no tiene cabida en la casa", ha sentenciado, abriendo a la vez la puerta a un "debate sin trabas sobre el papel de mi familia en el siglo XX".
Entre los bienes que reclaman los Hohenzollern, que siguen teniendo un gran peso en la sociedad alemana, no solo se encuentran miles de obras de arte, también varias propiedades. Entre ellas destacan el palacio de Cecilienhof, el castillo de Rheinsberg o Bornstedt Crown Estate, una finca del siglo XIV que fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.