Estas fiestas van a ser diferentes para los miembros de la familia real danesa, aunque poco a poco las aguas vuelven a su cauce. El príncipe Joaquín (53 años) y su esposa han asistido a la inauguración del bazar navideño anual en la iglesia Frederikskirken de París, ciudad en la que residen. Dura tres días y el templo se transforma en un mercado con puestos de comida y adornos.
En esta nueva aparición pública, el hijo de la reina Margarita II (82) ha tenido que enfrentarse de nuevo al tema recurrente de los últimos meses: la retira de los títulos de príncipe a sus cuatro descendientes por parte de su madre. Mucho más conciliador que en ocasiones anteriores, ha evidenciado que las cosas se van solucionando y que, pese a no tener planes de pasar la Navidad en Dinamarca, el enfado inicial ha dado paso a la comprensión.
"Hay mucho por trabajar. Lo que faltaba era comunicación. Ahora nos hemos encontrado y estamos en el camino correcto", dijo Joaquín en tono conciliador ante la prensa congregada en el evento. La princesa Marie (46), muy elegante con un look de aire masculino formado por un abrigo de Max Mara y pantalones sastre de Maje, también tomó la palabra para refrendar las palabras de su marido. "En la familia estamos de acuerdo en que debe haber una mejor comunicación en el futuro", confesó con una gran sonrisa.
La pareja real afronta un futuro incierto, pues parece que el trabajo del príncipe en la capital francesa podría llegar pronto a su fin. A este respecto, el conde de Monpezat no quiso dar demasiados detalles y se limitó a comentar: "La decisión la tomaremos cuando llegue el momento". Esperará hasta que tenga la confirmación para comunicar públicamente si regresan a Dinamarca o no, tal y como precisó Marie.
Lo que sí tienen claro ambos es que la Navidad no la pasarán en palacio, pues tienen un viaje programado al extranjero, en el que estarán acompañados por sus hijos. Los mayores, fruto del matrimonio de Joaquín con Alexandra Manley (58), también se unirán en esta escapada familiar para celebrar las fiestas.
Mientras ellos mantienen la incógnita sobre el destino, en Dinamarca la soberana ya está volcada con la preparación de los adornos navideños. Como cada año, Margarita II se ocupa de elaborar las manualidades que se van colocando por las diferentes estancias del palacio, tanto en el interior como en los jardines. Próximamente la soberana se trasladará al Castillo de Marselisborg, donde disfrutará de estas fechas tan señaladas junto a su hermana, Benedicta (78), y algunos amigos. El príncipe heredero Federico (54), y su esposa no la acompañarán este 2022, pues viajan a Australia para estar con la familia de Mary (50).