Este martes, 22 de noviembre de 2022, al filo de las siete y media de la tarde -hora local de Londres-, el Palacio de Buckingham se ha engalanado, por primera vez desde la muerte de la reina Isabel II, para acoger la cena de Estado que el flamante rey de Inglaterra, Carlos III (73 años), ha ofrecido al presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa (70), y a su mujer, Tshepo Motsepe (69), durante su viaje de Estado al país londinense.
Una magna cena de gala que se celebra en el marco del 135 aniversario de la Cámara de Comercio de España en Reino Unido, y que ha contado, además, con la presencia del rey de España, Felipe VI (54), quien en esta ocasión ha viajado sin la compañía de su mujer, la reina Letizia (50).
Se ha tratado, pues, del primer acto oficial del monarca británico en una visita de Estado, desde que accedió al trono el pasado septiembre, tras el fallecimiento de su madre, Isabel II.
No solamente ha sido especial la noche de este 22 de noviembre para el rey Carlos III y su mujer, la reina consorte Camilla Parker Bowles (75) -la cual se ha convertido en una de las grandes protagonistas de la jornada-, también ha estado marcada en rojo en el calendario de los flamantes príncipes de Gales, Guillermo de Inglaterra (40) y su esposa, Kate Middleton (40).
Para la Princesa, ha sido una velada llena de significado, pues es la primera vez que asiste como mujer del heredero al trono y con vestido de gala y tiara. Por lo tanto, todas las miradas, así como la atención y el interés de medio mundo, se han concentrado en ella, con el permiso de la reina consorte.
Si bien horas antes, para la recepción en suelo británico del presidente de Sudáfrica, Kate se decantó por estrenar un vestido en color berenjena de la firma Emilia Wickstead -que combinó con el broche de plumas Princesa de Gales y pendientes de Lady Di de perlas y diamantes-, en la cena de Estado tampoco ha defraudado.
Como suele ocurrir en este tipo de cenas, repletas de fastuosidad y elegancia, se puede decir que Kate Middleton se ha estrenado como princesa de Gales apostando por lo seguro y luciendo su mejor versión. La cuñada de Harry de Inglaterra (38) ha impactado con un vestido de estreno de la diseñadora inglesa Jenny Packham, una de sus marcas fetiche.
El diseño, según reza la página web de la firma, supera los 5.000 euros. En concreto, es el vestido Elspeth, realizado con crepe blanco, de cuello barco, hombros estructurados, pedrería y lentejuelas en forma de estrellas bordadas.
De su vestido, Kate ha portado, colgada, la banda de la Real Orden Victoriana. Sujetando la banda estaba el broche que Kate estrenó recientemente, en el Día del Recuerdo. De entre todos sus complementos, la duquesa de Gales ha brillado especialmente al decantarse por una joya de gran valor sentimental y familiar: la tiara Lover's Knot. O lo que es lo mismo: el nudo de los enamorados.
Se trata de la diadema favorita de Diana de Gales, un diseño neoclásico realizado en 19 diamantes, brillantes y perlas. La Lover's Knot es una tiara, además, con historia propia. Fue un regalo de bodas que Isabel de Inglaterra quiso hacer a Lady Di en 1981. Es una pieza propiedad de la reina Mary, esposa del Rey Jorge V, creada por Garrard en 1914. Lo más curioso de su diseño es que está realizada en plata y fue aderezada con diamantes y perlas propiedad del joyero privado de la abuela de la reina Mary.
No es la primera vez que Kate decide lucir esta valiosa joya. La última vez que se la vio fue en 2016, cuando acudió a una recepción con su marido, Guillermo. Tras el divorcio de Diana de Gales y el príncipe Carlos, esta exclusiva pieza no había vuelto a ser utilizada, hasta que Middleton optó por desempolvarla del joyero real en 2015.
Ahí no se han detenido los homenajes que Kate le ha hecho a su suegra este importante 22 de noviembre de 2022: los pendientes que ha lucido también eran de Diana de Gales. De diamantes y perlas, estas piezas, bautizadas Herradura y Laurel por su diseño, presentan una doble curva de varios cortes de diamantes, con un grupo de piedras de talla marquesa en el centro.
En lo que respecta a la reina consorte Camilla, la mujer de Carlos III ha optado por un vestido de noche de encaje azul real de Bruce Oldfield. También ha lucido tiara, como marcaba el protocolo. En esta ocasión, Parker Bowles ha querido acordarse de Isabel II al lucir una diadema que le perteneció, de zafiros y diamantes.
El selecto menú
En el que ha sido el primer banquete de Estado presidido por Carlos III de Inglaterra no se ha dejado nada al azar. No en vano, en esta cena ha estado el Rey trabajando durante meses. Tras una intensa jornada, la agenda de este martes, 22 de noviembre, ha concluido en el palacio londinense, donde se ha degustado una selecta cena en El Salón del Baile.
La mesa, con forma de herradura y ocupada por un total de 150 comensales, ha sido vestida con una cubertería de plata dorada de Jorge IV, que fue creada para rivalizar con la colección de Napoleón Bonaparte.
Un total de más de 4.000 piezas, entre las que se incluyen todos los utensilios imaginables. Cada comensal ha dispuesto de dos cuchillos y dos tenedores, una cuchara de postre y un pequeño tenedor. A la izquierda del plato, se han situado un pequeño plato con mantequilla y un cuchillo para servirla.
Además, se les ha dado uso a seis copas diferentes para el agua, el vino tinto, el blanco, el vino del postre, el champán y el oporto. En lo que respecta al menú, se ha servido parrillada con setas y trufa, faisán relleno de alcachofas, selección de zanahorias y col rizada.
Para servir esta cena se cuenta con un total de 80 empleados, divididos en 20 equipos de 4 personas. Los chefs de Buckingham han preparado un dulce inspirado en la flor nacional del país africano, la protea. Las han creado con azúcar y colorantes comestibles, creando un dulce muy realista que se servirá junto a los pasteles y el café. Los asientos de cada uno de los invitados también se han ordenado siguiendo el protocolo real, según el cual Carlos III y a Camilla Parker-Bowles han presidido la cena.
La primera visita de Estado
El rey Carlos III del Reino Unido ha recibido este martes, 22 de noviembre, al presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, al comienzo de una vista de Estado encaminada a impulsar el crecimiento económico y la inversión en proyectos de infraestructura entre ambos países.
Se ha tratado del primer acto oficial del monarca británico en una vista de Estado desde que accedió al trono el pasado septiembre, un acontecimiento en el que ha estado acompañado por su esposa, la reina consorte Camilla.
En la ceremonia de bienvenida a Ramaphosa, celebrada en Londres, ha estado presentes también el jefe del Gobierno del Reino Unido, Rishi Sunak (42), y el alcalde de la capital, Nicholas Lyons (52).
En este sentido, el Ejecutivo británico ha aprovechado esta visita de Estado para presentar la siguiente fase de la llamada Alianza de Infraestructura Reino Unido-Sudáfrica. Sudáfrica es la segunda mayor economía del continente y el mayor socio comercial del Reino Unido en África. El desfile en honor al presidente de Sudáfrica ha tenido lugar en Whitehall, una de las arterias principales de la ciudad por donde han vuelto a circular carrozas tiradas por caballos y han desfilado los ejércitos bajo las banderas de Reino Unido y la del país visitante.
Antes de la llegada del presidente de Sudáfrica, este pasado lunes 21 Carlos III mantuvo un encuentro privado en Clarence House, la residencia oficial del nuevo monarca británico, con Felipe VI. Ha sido la segunda ocasión en la que ambos Reyes se ven desde que Carlos III sucedió a su madre Isabel II en el trono a su muerte el pasado 8 de septiembre.