Por si alguien tenía dudas, Letizia (50 años) ha viajado a Alemania con la intención de darlo todo. Las expectativas eran enormes y ella no ha querido defraudar a un público germano que la sigue en gran cantidad y con mucha devoción.
Si en la mañana de este lunes, 17 de octubre de 2022, en la ceremonia de bienvenida ha dado toda una lección de estilo gracias a un vestido casi vintage de Carolina Herrera, esta noche ha sacado, para la cena de gala en su honor y en el de Felipe VI (54), una verdadera joya de su armario: un vestido que lució hace mucho y que pensamos que no volveríamos a ver y que nos ha hecho muy felices al vestirlo esta noche en Berlín.
Para nosotros ha pasado una eternidad desde el día que lo vimos por primera vez. Todo ocurrió el 30 de abril del 2017, en La Haya, Holanda, durante la celebración del 50 cumpleaños de su amigo, el rey Guillermo (55). A la salida de su hotel, acompañada por Felipe, Letizia dejó a todos sin palabras al aparecer con un vestido capa firmado por Stella McCartney (51) -el mismo que unos meses antes había elegido la mismísima Karlie Kloss (30) para la alfombra roja de los Oscar-.
[El lookazo de Letizia con un vestido de Carolina Herrera customizado expresamente para ella]
En un vibrante, rabioso y hasta descarado rojo encendido, dio la vuelta al mundo por convertirse en el look royal más de estrella de cine de todas las mujeres de la realeza europea. Quizás este haya sido -junto con el inevitable recuerdo de aquel Lorenzo Caprile que lució en la boda de Federico de Dinamarca (54) y Mary Donaldson (50) en 2004- uno de los pocos outfits de Letizia en los que crítica y público han coincidido en un aplauso, y la clave está en que el patrón de la prenda merece los mismos elogios que el tono.
Es un vestido de la modista británica que deja atrás y en el olvido los cortes de princesa, las decoraciones excesivas, los encajes y las pedrerías con las que nos tiene habituadas la Reina en sus looks de noche. Este diseño es minimalismo en estado puro, en el que el corte depurado queda demostrado hasta en la capa, que parece nacer sola y de forma natural de uno de los hombros.
Y casi que lo que más nos alegra es habernos equivocado en el tema de las joyas, ya que un vestido así necesita unas piezas al nivel. Nosotros que esta mañana nos atrevíamos a asegurar que los pendientes elegidos serían unos sencillos, tenemos que rectificar al ver en las orejas de Letizia el increíble diseño de diamantes y rubíes cuya firma no conocemos. Esta noche ha lucido la pulsera que tiene a juego, que ya habíamos visto, pero nunca a la vez que los pendientes.
En lo que sí nos da la razón es en el recogido. La primera vez que llevó este vestido se dejó la melena suelta, al más puro estilo Hollywood, sin embargo, hoy ha preferido llevar el pelo recogido, lo que dejaba ver los increíbles pendientes.
El que desentonaba en todo esto era, sin duda, el anillo de Karen Hallam. Los complementos, tanto el bolso como los zapatos, eran en tono dorado. Las sandalias doradas son de Jimmy Choo y el tacón es de 12 centímetros. Con ellas, claramente, Letizia ha plantado cara a su dolencia en los pies.
Así, por fin, hemos vuelto a ver uno de nuestros looks favoritos desde que Letizia Ortiz entró en Zarzuela, lo que nos hace preguntarnos: ¿volverá a ponerse el modelo de Caprile con el que conquistó España y Europa hace casi 20 años?