Adoraba a sus mascotas, siempre la acompañaban y fueron para ella un bálsamo de paz para mitigar el dolor de la muerte de su marido. Ahora que Isabel II ya no está, el destino de sus dos perros corgi era una incógnita que se ha resuelto de forma esperada pero no por ello menos emotiva. Ha sido su hijo favorito, el príncipe Andrés de Inglaterra (62), quien se ha hecho cargo de ellos.
Tiene toda la lógica, pues fueron él y sus hijas quienes se los regalaron en vida. Se llaman Muick y Sandy y ya se han trasladado a casa del hermano del rey Carlos III (73), que reside en Royal Lodge. El edificio, que fue residencia oficial de la reina madre hasta su muerte en 2002, pertenece a la corona y él paga un alquiler. No vive solo, su exmujer, Sarah Ferguson (62), también ocupa una parte de la residencia por lo que también se hará cargo de los perros.
Pese a su ruptura, la relación de la pareja es excelente y ella no sólo le ha apoyado en los momentos duros, también ha mantenido vivos los lazos con su familia política. La muerte de la reina de Inglaterra ha supuesto un duro golpe para Fergie, que se despedía de ella en Instagram con un sentido mensaje.
"Estoy desconsolada por el fallecimiento de su Majestad la reina. Ella deja un legado extraordinario: el ejemplo más fantástico de deber, servicio y constancia, y una presencia constante como nuestra jefa de estado durante más de 70 años. Ha entregado toda su vida desinteresadamente a la gente del Reino Unido y la Commonwealth. Para mí, era la suegra y amiga más increíble. Siempre le estaré agradecida por la generosidad que me mostró al permanecer cerca de mi incluso después de mi divorcio. La extrañaré más de lo que las palabras pueden expresar", escribía junto a una foto de la soberana.
Ahora, puede seguir recordándola a diario ayudando a Andrés a cuidar de estos dos perros corgi, que tenían un significado muy especial para Isabel II. Muick llegó al castillo de Windsor a principios de 2021, su hijo se lo regaló para que la acompañara a ella y al duque de Edimburgo durante el confinamiento. Tras la muerte de su marido, la soberana tuvo que enfrentar en solo unas semanas el fallecimiento de otra de sus mascotas, un cachorro llamado Fergus. Fue entonces cuando el duque de York y sus hijas, Beatriz (34) y Eugenia (32), le regalaron a Sandy con motivo de su 95 cumpleaños.
El amor de la monarca británica por esta raza de perros le venía de su juventud. Fue su padre, el rey Jorge, quien le entregó su primer corgi cuando alcanzó la mayoría de edad. De esta perrita llamada Susan descendían la mayoría de los que tuvo a lo largo de su vida y que han sido testigos de muchos momentos históricos. Ahora, el príncipe Andrés se ocupará personalmente de que no les falte de nada, un gesto más del amor incondicional y eterno hacia su madre.