Meghan, la 'nuera pródiga': el príncipe Guillermo levanta el veto de Carlos III a la esposa de Harry
Desde su salida de la Familia Real, la duquesa de Sussex acusó de "racismo" a un pariente de su marido, el príncipe Harry de Inglaterra.
11 septiembre, 2022 01:31Cuando el 4 de agosto de 1981, Doria Raglan (66 años) dio a luz en la ciudad de Canoga Park, California, a una niña a la que puso de nombre Rachel Meghan (41 años), jamás hubiera imaginado que ese precioso bebé, tres décadas después, iba a poner en jaque a una institución tan recta, primitiva e inaccesible como la monarquía británica.
Meghan Markle, actriz de profesión y conocida sobre todo por protagonizar la serie de Netflix Suits, se enamoró del díscolo príncipe Harry de Inglaterra (37) después de que el hijo de Diana de Gales y el recién proclamado rey Carlos III (73), viviera un durísimo periplo por el alcohol y las drogas tras la trágica muerte de su madre.
Harry por fin sentaba la cabeza, el gran deseo de toda la familia. De cara a la galería, como suele suceder en todas las familias reales del mundo, todo era un cuento de hadas. Pero en el corazón de Meghan había un negro penar.
Según desveló a posteriori ella misma en un sinfín de entrevistas, nadie le enseñó nada sobre protocolo, su boda no fue más que una enorme pesadilla cargada de presión y su cuñada, Kate Middleton (41), pocos días antes del día de su gran día le hizo llorar.
Otra de las grandes polémicas al conocerse que estaba embarazada de su primer hijo, la preocupación de algunos de los parientes de Harry era "el color de piel que tendría Archie" dado que Meghan es mestiza y con raíces afroamericanas. Además, se les dijo que su primogénito no tendría título, pese a que le correspondería hasta que Carlos asumiera el trono británico. Tampoco recibiría el pequeño la protección del palacio de Buckingham, tal y como contó Markle en su controvertida entrevista con Oprah Winfrey (68).
Pese a no desvelar el nombre del "racista" de Buckingham, sus palabras acapararon todos los titulares de la prensa internacional y generaron un enorme disgusto en la Corona. Mientras que la reina Isabel II calificó de "preocupante" esta acusación, el príncipe Guillermo, muy enfadado, aseguró que los Windsor no son "una familia racista".
Ahora Meghan Markle regresa como la nuera pródiga, a pesar del rechazo y la negativa del recién proclamado rey Carlos III. En Balmoral y junto a su hermana, la princesa Ana (72), el entonces heredero, con su madre al filo de la muerte, llamó al príncipe Harry, que se encontraba por casualidad en Londres, para informarle de que su abuela, la Reina, vivía sus últimas horas y que Meghan no era bien recibida.
"Carlos le dijo a Harry que no era correcto ni apropiado que Meghan estuviera en Balmoral en un momento tan profundamente triste", expresó una fuente cercana a la familia a The Sun. "Se le indicó que Kate Middleton no iría -aquella mañana sus tres hijos empezaron el colegio y hay fotografías del feliz momento- y que las visitas realmente debían limitarse a la familia más cercana. Carlos dejó muy, muy claro que Meghan no era bienvenida", concluye el informante.
Pero el recién nombrado príncipe de Gales, por su abuela y por la institución ha levantado el veto a su cuñada, Meghan Markle, este sábado 10 de septiembre. La familia sigue dividida, pero la Corona está por encima de sus rencillas y ambos hermanos, hijos del nuevo rey, han salido al exterior del Castillo de Windsor para agradecer y saludar a la gente allí congregada que quería expresar el pésame por la muerte de Isabel II.
Vestidos de riguroso luto, incluidas las medias en el caso de ambas royals, los nuevos príncipes de Gales y los duques de Sussex, miraron las flores, las tarjetas y dibujos de niños depositados ante el Castillo, antes de acercarse a la multitud allí reunida. Se trata de la primera vez en más de un año que los dos hermanos son vistos juntos, después del escándalo provocado en la Familia Real por la decisión de los duques de apartarse de la monarquía, a principios de 2020, para vivir en Estados Unidos y ser financieramente independientes.
El 8 de enero de 2020 quedará para siempre marcado en el calendario de la Familia Real británica como uno de los momentos más duros de su historia contemporánea, uno de los golpes más bajos que podría haber recibido la reina Isabel II. Los duques anunciaron en un comunicado que tenían intención de dar "un paso atrás" en sus funciones como miembros de la "primera línea" de la Familia Real con el objetivo de ser "económicamente independientes".
En el escrito, Meghan y Harry detallaron que "tras muchos meses de reflexión y discusiones internas" tomaron una "decisión" para "hacer la transición" y "comenzar a forjar durante [este] año un nuevo rol" al tiempo que subrayaron su "completo apoyo a Su Majestad la Reina". A partir de entonces, los duques de Sussex dejaron de contar con su asignación anual, con su oficina en el palacio de Buckingham y pasaron a estar representados por un equipo de su fundación sin ánimo de lucro.
Hoy viven en una impresionante mansión en la exclusiva ciudad de Montecito, en California, tienen dos hijos, Archie Harrison y Lilibet Diana Mountbatten-Windsor (2) -cuyo nombre hace homenaje a la reina Isabel II y a Lady Di- y hacen su vida alejados de la pompa y el boato de la Corona.
La aparición de Meghan este sábado podría haber sido una prueba para medir el sentir del pueblo y los medios de comunicación habida cuenta que el próximo lunes, 19 de septiembre, se celebrará el funeral de estado por la muerte de la Reina. El protocolo del palacio de Buckingham todavía no sabe siquiera dónde la sentará.