El primer encuentro que tuvieron el pasado martes 28 de junio Jill Biden (71 años) y su anfitriona en Zarzuela, la reina Letizia (49), ha permitido descubrir una de las partes hasta ahora desconocidas del despacho de la mujer de Felipe VI (54). Nunca había sido fotografiada antes, pero ahora se han abierto sus puertas para inmortalizar la reunión con la primera dama estadounidense, dejando ver algunos detalles importantes.
Observando el estilo de decoración y la disposición del mobiliario se podría decir que la reina es seguidora de la filosofía Feng Shui, proveniente de China que consiste en la ocupación consciente y armónica del espacio, con el fin de lograr una influencia positiva sobre las personas que lo ocupan. Así, se puede observar que ha elegido un sofá blanco con patas metalizadas, donde se sentó la primera dama estadounidense, y una butaca a juego, que ocupó ella, colocándose en un lateral, sin apoyar la espalda.
Frente a ellas una mesa, también blanca, baja, con forma ligeramente ovalada, sobre la que se había colocado un centro con flores silvestres en colores suaves, blanco y azul. La alfombra, en tonalidad teja, rompiendo la monocromía pero sin estridencias. El Feng Shui recomienda tonos muy suaves, como el blanco o el beis, y lo hace basándose en varios principios. Primero porque es muy luminoso y simboliza la pureza, la confianza y la tranquilidad. Además, propicia la objetividad, la concentración y el trabajo intelectual. Da sensación de amplitud y de limpieza.
Las paredes y el techo también son blancos, algo que siempre destaca esta filosofía milenaria a la hora de crear espacios de trabajo. La luz que entra por los enormes ventanales es otro de los detalles que se ajusta totalmente a sus principios. Las plantas siempre mejoran la energía positiva de los espacios, y en esta zona del despacho de Letizia están muy presentes, ya que se ve el frondoso jardín a través de los ventanales. Al abrirlos, quedaría discretamente integrado.
Cabe destacar que el lugar de trabajo de la Reina lo había ocupado anteriormente la reina emérita y ella le cambió completamente la decoración transformándolo en una estancia minimalista y moderna. Está situada en el edificio principal del Palacio de La Zarzuela, en la primera planta, en el ala derecha. Hasta ahora se habían fotografiado únicamente su mesa de trabajo, que suele utilizar para las reuniones.
Es redonda que, según el Feng Shui, favorece la creatividad y el flujo de ideas. Las sillas, blancas, cómodas con tejido acolchado y brazos y patas metálicas, de los diseñadores Charles y Ray Eames. No hace falta luz artificial, pues los encuentros suelen ser de día y tiene mucha luz natural.
Sorprende que no haya fotos a la vista, ni otros adornos; la esposa de Felipe VI (54) opta por la sencillez. Nada que ver con el despacho de otra reina, Máxima de Holanda (51), mucho más tradicional y abigarrado. Su mesa, redonda de marquetería, va a juego con sillas de madera labrada. Parte de las paredes están empapeladas con motivos de palmeras, hay vitrinas con recuerdos y estanterías llenas de libros y fotos. Ha sido la propia esposa del rey Guillermo (55) quien se encargó de decorarlo, de acuerdo con sus gustos, durante la reforma del Palacio de Huis Ten Bosch.