El viaje de cooperación de la Reina muestra su perfil menos regio, alejado completamente del boato que suele rodear a la institución. Vestida con su uniforme de trabajo y con el pelo recogido en una coleta de nudo, Letizia (49 años) se ha mostrado más cercana y cariñosa que nunca con las mujeres de Mauritania en las primeras horas de su estancia. Y es que la población femenina del país y la problemática que les afecta ha tenido mucho peso en los actos del miércoles 1 de junio.
Su primera parada tras reunirse con los representantes de la oficina de cooperación española fue desplazarse a las afueras de la capital, Nuakchot, para visitar la plataforma logística de la Sociedad Nacional de Distribución de Pescado (SNDP), uno de los proyectos emblemáticos que España puso en marcha en 2012 con cinco millones de euros.
A su llegada, la esposa de Felipe VI (54) saludó afectuosamente a las personas que la esperaban y no dudó en estrechar la mano de algunas mujeres mauritanas, con las que compartió confidencias. El gesto de llevarse la mano al pecho como saludo también fue habitual, al igual que su permanente sonrisa.
Relajada y muy involucrada en su labor, Letizia se informó puntualmente de esta iniciativa, recorriendo el lugar e interesándose por las distintas especies de pescado. Acompañada por la esposa del presidente de Mauritania, Mariem Fadel Dah, visitó la sala frigorífica donde se conservan los paquetes y también subió al camión en el que se apilan posteriormente para su transporte.
La Reina también saludó a algunas de las familias a las que les llega el pescado, todas sentadas con sus túnicas tradicionales bajo una jaima junto a una pancarta en la que se leía: "Las beneficiarias del SNDP dan la bienvenida a Su Majestad". Escuchó con atención algunos de los testimonios, como el de un hombre llamado Chibikl, padre de doce hijos y ataviado con un boubous, la indumentaria local, que aseguró que esta iniciativa de cooperación "ha cambiado la vida de muchas personas". Aún así, precisó que se necesita incrementar el volumen de producción para que llegue a más gente.
A la vista del éxito del proyecto, que ha permitido aumentar el consumo de pescado de cuatro a 16 kilos por persona y año en Mauritania, el Gobierno asumió hace tres años el control de la iniciativa, si bien España sigue aportando financiación para mejorar la red logística. También ha contribuido a generar trabajo en torno a la pesca y la industria logística con el fin de que los jóvenes empleen los cayucos para ganarse la vida con las redes en vez de emigrar a bordo de ellos a otros lugares.
La segunda parada de la jornada fue una visita al Proyecto Integral de Atención a Víctimas de Violencia de Género. Letizia estuvo acompañada por la Comisaría Especial contra la Violencia de Género, por la ministra de Acción Social, Infancia y Familia, Safia N'Tahah y observó, sobre paneles, el proyecto que comprende atención policial, médica, psicológica y judicial a las víctimas.
Las mujeres han tenido una importante presencia en la jornada inaugural del viaje de la reina en el país africano. Sus coloridas túnicas y velos contrastaban con la sobriedad del estilismo real, vestida de blanco, como a su llegada, y con el consabido chaleco rojo de cooperante. Letizia sólo cambió el calzado y el peinado, recogiendo su melena. Por cierto, no se quitó su anillo de Karen Hallam.
[Más información: Letizia vuelve a lucir el chaleco de cooperante en Mauritania: así ha sido su curioso recibimiento]
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