El 22 de mayo de 2004, la entonces princesa Letizia Ortiz (49) llegaba al Palacio Real vestida de blanco para darle el "sí, quiero" a Felipe de Borbón (54 años). Son muchas las anécdotas de la boda real, empezando por la intensa lluvia que cayó ese día o la patada que Froilán (23) propinó a su prima pequeña, Victoria López-Quesada y Borbón-Dos Sicilias (23).
Pero uno de los aspectos más comentados de la boda fue, como no podía ser de otra manera, el vestido de la novia. El traje de Letizia es, hasta el día de hoy, el más austero de la realeza europea. El precio que se pagó por él fue simbólico.
El diseño de Pertegaz era una pieza clásica, de cuello chimenea, con bordados en hilo de plata y oro, y terminado en una cola decorada de 4,5 metros de largo y un perímetro de 16 metros.
Letizia pagó 6.000 euros por el impresionante vestido, aunque los expertos aseguraron que el verdadero precio ascendería a unos 45.000 de la época. Y aún así, es el más barato comparado con otras princesas y reinas europeas de ayer y hoy, desde Isabel II (96), pasando por Lady Di y la duquesa de Cambridge. Ellas sí tiraron la casa por la ventana.
El que lució la Reina británica, por ejemplo, costó nada menos que 34.000 euros, una cifra que para aquellos años (la boda se celebró en 1945) era un dineral. Se lo hizo su modisto real, Norman Hartnell, y era de seda salpicado de perlas y strass. También fue costoso el de Grace Kelly para su enlace con Rainiero de Mónaco, que es uno de los looks de novia reales más icónicos de la realeza. En aquel entonces su precio era de unos 60.000 euros, aunque hoy rondaría los 200.000.
Las royals del siglo XXI han seguido esta misma línea. Meghan Markle (40), que acaba de celebrar su cuarto aniversario de boda, desembolsó más de 120.000 euros por su vestido de Givenchy Alta Costura. Un diseño que nada tiene que ver con el de Letizia, ya que la esposa de Harry (37) optó por un estilo mininal, en cadí de seda blanco, con escote barco y velo bordado con 53 flores que representaban la flora de los países de la Commonwealth.
Su cuñada, Kate Middleton (40), recurrió a Sarah Burton, directora creativa de Alexander McQueen, para darle el "sí, quiero" a Guillermo de Inglaterra (39) en 2011. Brilló con un vestido con escote, espalda y mangas de encaje, 58 botones cubiertos de seda con aplicaciones de organza, falda princesa y una cola de tres metros. Casi 300.000 euros fue la factura a abonar. Como accesorio estrella, la tiara Cartier Scroll, con cerca de mil aplicaciones de diamantes.