Victoria Federica (21 años) ha dado la bienvenida a su familia a un animal de características muy especiales. Fue esta misma semana cuando de manera inesperada la hija de la infanta Elena (58) y Jaime de Marichalar (58) compartió una publicación en sus Stories en la que escribía la palabra "Bebé" sobre la fotografía de un adorable perro tumbado al sol. La presentación pública de su nueva mascota recordaba a una ocasión pasada y cargada de polémica en la que posó en sociedad con un cerdo en mitad de una fiesta.

En junio de 2019, aún sin cumplir los 18 años de edad, la sobrina mayor de los Reyes celebró su puesta de largo en compañía de más de 300 invitados. Algunos de ellos, un grupo de sus amigos, decidieron regalarle a Victoria un cerdo vietnamita. Entonces, la primera royal influencer de nuestro país presumió del animal en sus redes sociales sosteniéndolo en sus brazos envuelto en una bandera de España, que iba a juego con su vestido rojo pasión diseñado por Lorenzo Caprile (54).

La imagen de la hermana de Froilán (23) con el gorrino desató una gran polémica, ya que la mascota está catalogada como especie exótica invasora, según el Comité Científico de 2016, porque representa un riesgo sanitario y medioambiental. Por este motivo, Victoria Federica tenía la obligación legal de registrar la tenencia de este animal, tal y como estipula el Real Decreto del 29 de marzo de 2019 aprobado por el Consejo de Ministros y debía hacerlo a través de la Comunidad de Madrid y antes del ya pasado 1 de enero de 2022. Si no lo ha hecho, está cometiendo un grave delito, ya que la compra, venta o tenencia de esta especie está prohibida por ley.

Ahora, tres años después, la nieta de los reyes eméritos Juan Carlos I (84) y Sofía (83) está de nuevo en el punto de mira por la mascota a la que ha dado la bienvenida esta misma semana. Victoria Federica presume de su perro lobo checoslovaco, un esbelto animal que proviene de un experimento llevado a cabo en 1955 en un laboratorio de Checoslovaquia.

Primeramente se crearon 48 ejemplares de este híbrido canino, y para ello mezclaron pastores alemanes con lobos europeos. Lo que se buscaba con esta prueba artificial era crear una especie con la astucia y las capacidades del pastor alemán y el temperamento, la fuerza y la resistencia de los lobos más salvajes. Tras un periodo de polémica inicial, por el riesgo y el temor que se les suponía, finalmente, en el año 1999 se oficializó como raza canina, y dejó de ser un híbrido de origen científico.

Además, su aspecto de lobo y sus colmillos, los más grandes de toda la especie canina, a menudo han suscitado debate sobre si deberían estar dentro de la lista oficial de perros potencialmente peligrosos. No se encuentran en ese listado legal, pero sí se hace mención a esta raza en su documento anexo.

En esta ocasión, y por segunda vez, la royal ha recibido la mascota de manos de un amigo. Santi Serra Camps es el hombre que ha conseguido que Victoria sume a su vida este bello animal. Él es un profesional de los shows con caballos, y de hecho, los instruye para participar en producciones de diversos tipos, desde series, películas hasta espectáculos con público.

Serra Camps gestiona un negocio en el que está en contacto directo con los animales y posee, además, una perra, Atina, que ha dado a luz recientemente. Es de esta camada de donde desciende el nuevo "bebé" de Victoria Federica. Este pasado fin de semana, la hija de la infanta Elena acudió a los establos de su amigo para que su mascota se divirtiera con su madre y sus hermanos.

La propia Vic -como le gusta que la llamen los que la conocen- compartía el tierno momento en sus redes sociales. La manada de perros lobos jugaba en las inmediaciones de las cuadras, bajo la atenta mirada de su dueña y sin poder casi diferenciarse los unos de los otros porque han heredado la idéntica figura y el pelaje blanco y plateado de su madre.

Otro dato curioso del modo en el que la sobrina de los Reyes ha presentado públicamente a su nueva mascota, es que cuando mostró la primera fotografía de él, el animal lucía una fina correa con los colores de la bandera española. Un guiño que recordó al instante en el que posó con el cerdo hace tres años envuelto en el emblema rojigualdo. Días después, las nuevas fotos del perro no lucen esa correa, por lo que parece una costumbre de Victoria para bautizar públicamente a sus nuevos miembros de la familia.

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