Ernesto de Hannover (68 años) vive sumido en una polémica constante. Si hace unos días EL ESPAÑOL desvelaba en exclusiva que había sido expulsado de un hotel de lujo madrileño tras un altercado con uno de los empleados del establecimiento, este martes 22 de marzo se ha conocido que el príncipe alemán ya tiene fecha para el juicio que le enfrentará a su hijo mayor, el príncipe heredero Ernst Augusto de Hannover.
Una disputa antigua y cuyo fin parece cada vez más próximo, pues este jueves 24 de marzo padre e hijo se enfrentarán en la primera de las vistas -de carácter oral- para resolver el conflicto y conocer a cuál de los dos le corresponde la herencia de los Hannover.
Si bien estaba previsto que la cita tuviera lugar el pasado 25 de noviembre, la audiencia fue pospuesta tras la dimisión del abogado de Ernst Augusto y después de que la nueva persona encargada de su defensa pidiera retrasar el juicio para poder preparar el caso.
Cuatro meses después, según informa ¡HOLA!, parece que ya no hay impedimentos para la celebración del juicio en el que el actual jefe de la casa Hannover descubrirá si puede o no recuperar los bienes que cedió a su primogénito de manera voluntaria entre los años 2004 y 2007 mediante una sucesión anticipada. Del mismo modo, también se averiguará si su hijo, tal y como él asegura, tomó decisiones equivocadas conscientemente en detrimento del legado familiar.
"Se apropió en términos graves de los derechos, bienes e intereses del demandante", se podía leer en el comunicado de la demanda, en el que Ernesto precisaba que su hijo trató a sus espaldas de hacerse con el control de la fortuna de la casa de Hannover. Además, añadía en la demanda que el príncipe heredero llevó a cabo su destitución como presidente de la fundación familiar y planeó la donación del palacio de Marienburg al estado federado alemán de Baja Sajonia, en contra de la voluntad de su padre.
Asimismo le acusaba de hacerle firmar "a ciegas" un poder que anulaba el derecho del demandante a revocar su donación como constaba anotado originariamente en el registro de bienes raíces. También aseguraba que Ernst se habría apropiado de forma indebida de obras de arte y antigüedades del patrimonio familiar procedentes de la Biblioteca duque Augusto de Wolfenbüttel y del Museo de Historia de Hannover, en concreto de pinturas, carruajes históricos y una colección de esculturas, según el demandante.
Por todo esto, además de la devolución de todo lo donado, Ernesto de Hannover pretende conseguir una cantidad de unos cinco millones de dólares.
Las disputas entre padre e hijo vienen de lejos y se hicieron más fuertes tras la decisión del heredero de casarse con la diseñadora rusa Ekaterina Malysheva. Ernesto de Hannover nunca aprobó su matrimonio, lo que les distanció tanto que a día de hoy no conoce a los tres hijos de la pareja, sus nietos, Elisabeth, August y Eleonora.
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