¡Ya es Navidad en Mónaco! Como marca la tradición, este viernes 3 de diciembre la Familia Real monegasca inauguró la temporada con un Christmas Village, instalado en el puerto de Hércules del Principado. Hasta allí se trasladó el príncipe Alberto (63 años), quien presidió el evento sin su mujer, Charlène (43), como ocurrió en años anteriores.
A esta jornada tan especial, sí asistieron sus hijos, los mellizos Jacques (6) y Gabriella (6), quienes se han convertido en el mejor apoyo de su padre durante la ausencia de la exnadadora sudafricana. También estuvo Carolina de Mónaco (64), sustituta de Charlène en los últimos meses, y sus hijos Pierre Casiraghi (34) y Alejandra de Hannover (22). Además, Beatrice Borremeo (36) y sus vástagos.
Bien protegidos del frío y siguiendo con rigurosidad las medidas sanitarias, la Familia Real monegasca disfrutó de la decoración y las atracciones que forman parte del pueblo navideño. Entre ellas, un enorme tobogán de nieve, la pesca del patito, el tradicional tiovivo, la pista de patinaje sobre hielo y las enormes bolas navideñas a las que se subieron Jacques y Gabriella. Aunque se trataba de un plan muy divertido para los niños, los mellizos no demostraron mayor felicidad. En todo momento se mantuvieron con gestos serios y únicamente se limitaron a aplaudir.
Quien reflejó mayor felicidad fue Carolina de Mónaco. Aunque la mascarilla ocultó su sonrisa, sus ojos desvelaron algo más de alegría. Tal y como ha ocurrido en los últimos siete meses, en los que la princesa Charlène ha estado ausente por un problema de salud, la hija de Grace Kelly se mantuvo al lado de su hermano. Desde el pasado verano, la madre de Carlota Casiraghi (35) ha recuperado parte de su vida institucional. Esa que se vio mermada a partir de 2011, cuando Alberto II contrajo matrimonio con la exnadadora sudafricana.
Para la ocasión, Carolina de Mónaco escogió un pantalón de terciopelo verde, uno de los colores tendencia de la temporada, que completó con un abrigo clásico tres cuartos en color negro, a tono con sus guantes. Su nuera, Beatrice Borromeo, también se mostró muy elegante, con un look de Dior, la firma de la que es embajadora.
De esta manera, y con la marcada ausencia de Charlène, los Grimaldi dieron inicio a las Fiestas, que este año vuelven con más fuerza después de un 2020 marcado por la crisis sanitaria. Tal y como han explicado en las redes sociales del Principado, el recorrido del Christmas Village incluye un bosque de abetos naturales y 37 chalés tradicionales que invita a residentes y turistas a disfrutar de una simulación de las provincias canadienses. Entre otras cosas, grandes y pequeños serán testigos de la mascota del carnaval de Quebec o viajarán en el mítico tren canadiense. El mercado navideño estará abierto hasta el 2 de enero de 2022.
La ausencia de Charlène
La mujer de Alberto de Mónaco se ha perdido esta tradición, ya que se encuentra en un exclusivo centro en los Alpes Suizos, donde se recupera de un problema de salud que en los últimos seis meses la ha mantenido alejada de su marido y sus hijos.
Fue el pasado mes de mayo cuando Charlène de Mónaco contrajo una grave infección de nariz, oídos y garganta tras someterse a un levantamiento de senos paranasales. Un delicado revés que le fue detectado en Sudáfrica -país al que viajó por una labor centrada en la conservación de la fauna salvaje y en la lucha contra la caza furtiva- y que la obligó a pasar por quirófano hasta en tres ocasiones. Tras seis meses en su lugar de origen, a comienzos de noviembre la exnadadora regresó al Principado, pero no a sus labores institucionales.
Aunque se esperaba que la Princesa retomara su agenda pública más pronto que tarde, la situación fue otra. El Principado anunció que se retiraba temporalmente para comenzar un "período de calma y descanso". "Está mejor, pero todavía necesita descanso y paz. Hay fatiga, no solo física, que solo se puede tratar con un periodo de descanso y seguimiento", explicó en su momento Alberto de Mónaco, quien hoy sigue al frente del Principado junto a sus hijos y sus hermanas.
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