Los duques de Sussex han comenzado el curso con un viaje a Nueva York, una gira que ha supuesto su vuelta presencial a la vida publica y que ha despertado bastantes polémicas. Uno de los últimos asuntos que ha saltado a la esfera pública es que durante este tour, Meghan Markle (40 años) y príncipe Harry (37) han sido protegidos por los guardaespaldas de la cantante Taylor Swift (31), según publica Daily Mail.
Y es que desde que decidieron renunciar a sus atribuciones como miembros activos de la Casa Real británica, la pareja no dispone del personal de seguridad que la institución monárquica les facilitaba. Sin embargo, la relevancia pública de Harry y Meghan continua siendo muy alta y por ello, los duques siguen necesitando un equipo de seguridad, que esta vez se han procurado de otro modo. No ha trascendido si este servicio es un regalo a la pareja por parte de la cantante o los duques han contratado sus servicios.
Entre los efectivos de seguridad que se han visto estos días junto a los duques se encuentra un exoficial de policía de Nueva York, que es el jefe de esta unidad de protección privada. A él se une Jimmy, un hombre que se enfrentó a intrusos y acosadores que pretendían adentrarse en la vivienda de Taylor Swift. A otro de ellos también se le ha visto protegiendo a Swift, por ejemplo, durante su aparición en los VMA de 2019.
Este equipo fue visto en los alrededores del lujoso hotel Carlyle en el Upper East Side, donde se alojó la pareja durante su estancia. Además, siempre que Meghan y Harry acudían a algún compromiso, estos escoltas, que vestían blazers sobre camisas desabotonadas y pantalones chinos, les acompañaban.
Según publica el citado medio, la unidad de seguridad de la cantante vive en un apartamento de cinco millones de dólares anexo al ático de la cantante, valorado en 15 millones de dólares, sito en un edificio de Tribeca (Nueva York). El equipo controla las cerraduras de la puerta principal y están al tanto de quién entra y sale por ella.
Más polémicas
La gira neoyorquina de los duques de Sussex no ha estado exenta de polémica. La mirada ha estado especialmente puesta en Meghan, cuyo vestuario, compuesto de carísimas piezas ha contrastado con algunas de las reivindicaciones, relacionadas con los estamentos sociales más débiles, de las que han formado parte. La maleta de la duquesa en este viaje está tasada en unos 44.000 euros, a tenor de las piezas que ha lucido. Entre todas ellas, una de las que más repercusión ha tenido, ha sido un abrigo granate de cachemira, de la marca Loro Piana.
Sin embargo, no ha sido la única crítica que han recibido Meghan y Harry. Para su regreso a California, hacían uso de un jet privado. Este viaje de vuelta a casa ha liberado, según publica The Sun, 17 toneladas de emisiones de carbono. Un gesto poco empático con el medioambiente que se ha producido tan solo horas después de que Harry y Meghan subieran al escenario para pedir acciones contra el cambio climático. En este evento, los duques, además, solicitaban nuevas leyes que velaran por la ecología, con el objetivo de reducir a la mitad las emisiones en Estados Unidos al llegar 2030.
Los duques de Sussex llegaron a la ciudad de los rascacielos el pasado miércoles 22 de septiembre y regresaron a su residencia de Montecito este lunes 27. La gira ha tenido como acto principal su aparición, el domingo 26, en Global Citizen Live, un evento benéfico que pretende concienciar sobre la necesidad de acabar con el hambre y defender el planeta. La pareja centró su discurso en concienciar a los países del G7 y a la Unión Europea sobre la importancia de adoptar una política de equidad y solidaridad para la vacunación de la Covid-19.
Aunque el viaje no ha tenido carácter oficial ni la pareja ha acudido en representación de ninguna institución, ha habido detalles que han recordado a una visita de estas características. El jueves 23 fueron recibidos por el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio (60) y la gobernadora del Estado, Kathy Hochul (63). Todos ellos visitaron el One World Trade Observatory y el edificio más alto de la ciudad, donde se acercaron hasta el mirador. La pareja también quiso visitar, esta vez sin nadie más, el Memorial del 11 de septiembre.
Otra de las personalidades de la ciudad americana que les recibió fue Linda Thomas-Greenfield (63), la embajadora de ONU en Estados Unidos para discutir temas como la Covid-19, la justicia racial y la concienciación sobre la salud mental. No se olvidaron de los más pequeños y la duquesa leyó su libro, The Bench, ante los escolares de una escuela del barrio de Harlem.
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