La vida extramatrimonial del rey Juan Carlos (82 años) vuelve a saltar a la primera línea de la actualidad informativa. Tras la polémica entrevista de Corinna Larsen (56) a Paris Match, ahora ha sido la escritora Lucía Etxebarría (53) quien ha puesto de nuevo el foco en otra de las furtivas aventuras de alcoba del que fuera el jefe del Estado en España durante casi cuatro décadas. Si no la más controvertida, quizá sí la más oscura.
Etxebarría ha hablado del presunto idilio amoroso del actual rey emérito con Sandra Mozarowsky, una joven actriz del destape, y que llegó a su fin en el momento en el que ella muere, embarazada de cinco meses y a la edad de 18 años, tras precipitarse por un balcón. La hipótesis del suicidio nunca se llegó a confirmar.
Desde el momento en el que se destapó la enorme lista de amigas entrañables del padre de Felipe VI (52) con el nombre Mozarowsky figurando en ella, la muerte en extrañas circunstancias de la actriz ha sido vinculada al rey Juan Carlos por algunos escritores, a pesar de que nunca ha existido indicio y mucho menos una prueba de ello.
Cuando se cumplen exactamente 43 años de este trágico suceso que conmocionó a España, la Premio Planeta ha publicado una serie de tuits que a su vez han sido recogidos por Nius. Este diario pertenece al grupo de comunicación Mediaset España donde los asuntos más íntimos del rey Juan Carlos suelen ser abordados de manera habitual. No sería de extrañar que en las próximas semanas, algunas de las personas del entorno de la fallecida -como su hermano o una de sus mejores amigas, Inma de Santís- participasen en alguno de sus programas.
En los mencionados tuits de Etxebarría, la escritora aporta datos biográficos de la actriz, cita a algunos autores de libros donde se recogen la supuesta relación entre la joven y el emérito e incluso habla de su misteriosa muerte como "una historia de novela".
Etxebarría recoge obras donde se ha abordado alguna vez todo este turbio asunto. Entre ellas, Escrito en un libro de Pablo Blas, Dos novelas de Sánchez Dragó, Mario Conde, La Reclusión del Éxito de Javier Bleda o Juan Carlos I. La biografía sin silencios de Rebeca Quinstans.
Sobre todos estos nombres, destacan dos: el de Clara Usón, la escritora que más investigó este caso y que lo puso negro sobre blanco en El asesino tímido y el de Andrew Morton, el biógrafo oficial de Lady Di, que en Ladies of Spain habló de Sandra Mozarowsky como una mujer a la que se relacionaba con el rey Juan Carlos "en los círculos de Madrid".
Sandra Mozarowsky, hija de diplomático ruso y actriz
Alexandra Elena Mozarowski Ruiz de Frías, conocida popular y artísticamente como Sandra Mozarowsky -cambió la -i de su apellido por una mucho más moderna --y- nació en Tánger, Marruecos, en 1958. Sandra era la hija de un matrimonio formado por una mujer española y un diplomático ruso, de ahí su apellido, su tez pálida y sus impresionantes ojos claros. Siendo una adolescente, empezó a trabajar en el conocido como cine del destape. "Era una actriz realmente conocida", señala Lucía Etxebarría, quien también arroja títulos de películas donde participó como El otro árbol de Guernica (1969), La noche de las gaviotas (1975) El espiritista (1977), Abortar en Londres (1977) o la última, El ángel negro (1978).
Sandra comenzaba a despuntar como una actriz de éxito, pero en agosto de 1977, a punto de cumplir los 19 años y embarazada de cinco meses cayó desde la terraza de su casa, un cuarto piso ubicado en el número 3 de la calle Álvarez de Baeza de Madrid. Si bien en un principio quedó en estado vegetativo, pocos días después falleció.
Según el relato de la también Premio Nadal, "la ventana estaba demasiado alta como para que pudiera haber caído por accidente. Tampoco había plantas que pudiera haber estado regando. El informe de la autopsia desapareció misteriosamente".
El entorno familiar de Mozarowsky, como su hermano o su íntima amiga Inma de Santís, jamás creyeron que Sandra quisiera precipitarse voluntariamente por aquella ventana. Sin embargo, sí que admiten su obsesión por estar delgada y comer lo mínimo posible, por lo que pudo haber sufrido un mareo o desvanecimiento.
Como en otros muchos sucesos donde el suicido no queda claro, se abrió la hipótesis del asesinato. El hecho de que la figura de la actriz estuviera relacionada sentimentalmente con el entonces rey de España y el rumor de que Sandra tuviera la intención de contar en una entrevista exclusiva a una revista italiana ha provocado más de cuatro décadas de rumorología y que jamás se ha podido demostrar.
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