Han pasado 13 años desde que falleció Luciano Pavarotti. Fue el 6 de septiembre de 2007 cuando el tenor dejó viuda a Nicoletta Mantovani (50 años), quien en los últimos días se ha convertido en la protagonista de la prensa italiana por haber encontrado una nueva ilusión. Este fin de semana, la italiana y su pareja, Alberto Tinarelli (52), formalizaron su relación y se dieron el 'sí, quiero', en una iglesia en Bolonia, la ciudad natal de la productora de cine.
"No tenemos ninguna razón para casarnos más allá de un deseo loco de hacerlo. Decidimos hacerlo por la Iglesia, porque para mí, como creyente, es importante declarar nuestro amor ante el Señor", comentó Nicoletta el pasado mes de agosto, en una conversación con la revista Chi, en la que anunciaba la fecha de la boda. Un enlace en el que estuvieron rodeados de sus familiares y amigos más cercanos. Entre ellos, Alice (16), hija de Nicoletta Mantovani y Luciano Pavarotti o el cantante el Neck, quien interpretó el tema Hallelujah durante la ceremonia.
Para la ocasión, la italiana dejó a un lado el clásico blanco y apostó por un elegante vestido de manga larga y pedrería en color azul. Por su parte, Alberto Tinarelli lució un traje negro con corbata y llegó a la iglesia con el ramo de la novia en sus manos. Tras la ceremonia eclesiástica, los recién casados celebraron su unión en Villa Dei Marchesi Scarano, un espacio en el que todos los invitados pudieron disfrutar de una fiesta al aire libre.
Hasta ahora, son pocos los datos que se conocen del nuevo marido de Nicoletta. Lo único que se sabe es que, hasta su matrimonio con la viuda de Pavarotti, nada tenía que ver con la crónica social. Y es que, a nivel profesional, se ha dedicado a los negocios. Alberto Tinarelli es consultor financiero y dirige algunas empresas de la ciudad de Bolonia.
Hechos el uno para el otro
Nicoletta Mantovani y Alberto Tinarelli se conocieron gracias a una amiga en común, la escritora Grazia Verasani (56), hace poco más de nueve meses. Tiempo suficiente para que la pareja decidiera dar un gran pasado en su relación. "Alberto me hace revivir una gran alegría. El nuestro es un amor profundo, una verdadera magia", aseguraba al citado medio italiano.
Aunque Nicoletta ya ha comentado que lo suyo fue "amor a primera vista", fue durante los meses de confinamiento que se dieron cuenta de que estaban hechos el uno para el otro. Teniendo claro el cariño que se tienen y contando con la aprobación de la hija de Pavarotti y su viuda, la pareja decidió pasar por el altar. "Es tan especial que después de pedirme que me casara con él me dijo que si no veía segura a Alice no nos casaríamos, por eso le preguntó a ella también, y Alice explotó de alegría. Ahora somos una verdadera familia", aseguró la productora de cine.
A pesar de haber recuperado la ilusión en otro hombre, Luciano Pavarotti sigue ocupando un lugar especial en el corazón de Nicoletta. "Pavarotti siempre será una persona importante en mi vida y continuaré recordándolo como se merece un gran artista como él. Pero como Luciano siempre me decía, la vida hay que vivirla en cada momento al máximo, tratando siempre de tener una sonrisa", aseguró a Chi.
Hace un año, en su visita a Madrid, Nicoletta ya dejaba claro una de las lecciones que había aprendido del tenor. "Cuando murió me pasé mucho tiempo en una especie de limbo, sin saber muy bien qué hacer, pero entendí que lo único que podía hacer es lo que habría querido Luciano: afrontar mi futuro con la misma pasión que él desprendía", dijo en una entrevista con Vanity Fair.
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