El tiempo expira en el cronómetro personal de la reina Letizia (46 años). Para su desgracia, es imposible frenar el déjà vu que vivirá en apenas unas horas. Si nada lo impide y pese a la falta de confirmación por parte de Casa Real -se escudan en que es un acto privado y no de agenda oficial- la esposa de Felipe VI (51) volverá junto a su marido, sus hijas, Leonor (13) y Sofía (11); y su suegra, la reina emérita Sofía de Grecia (81), al escenario más amargo de su vida; el lugar donde erró y donde tuvo lugar la secuencia de imágenes que pusieron de manifiesto las evidentes tensiones personales del núcleo duro de la Familia Real española.
Este domingo 21 de abril se hará la fotografía más esperada: ¿de familia o de escándalo? Todos los integrantes de la Familia Real -se desconoce aún si el rey Juan Carlos viajará hasta la capital balear- volverán a la Catedral de Palma de Mallorca un año después del rifirrafe de las Reinas. Un desencuentro entre Reina y Reina, entre suegra y nuera, que copó titulares en los periódicos más rigurosos del Planeta y marcó un antes y un después no solo en el devenir de la monarquía española sino en la imagen pública de sus componentes.
La Plaça de la Seu, lugar donde se erige la imponente Catedral de Palma de Mallorca, ya está preparada para recibir tan ilustre visita en la celebración de la tradicional Misa de Pascua del Domingo de Resurrección; todo un clásico con el que concluye oficialmente la última semana de Cuaresma del calendario católico. Pero, ¿cuál será la actitud de Letizia en esta ocasión? ¿Mostrará más tranquilidad, calma y sosiego? ¿Habrá vuelto a programar algún gesto de falsa complicidad con la reina Sofía para cerrar definitivamente el capítulo más negro de su historia como miembro de la Casa del Rey?
La actuación pública más polémica de la Familia Real
A grandes rasgos, a la salida del templo tras la homilía de Pascua del Domingo de Resurrección de 2018, la reina emérita Sofía intentó llamar la atención del fotógrafo de Casa Real, Francisco Gómez, agarrando entre sus brazos a las infantas Leonor y Sofía para que el gráfico inmortalizase una instantánea familiar junto a sus nietas.
Percatada de la situación y entre el bullicio de la gente, Letizia se interpuso entre el objetivo del cámara y la estampa que debía retratar. En una extraña coreografía, Sofía intentó zafarse del obstáculo que suponía su nuera. Entre tanto, el rey Felipe agarraba tímidamente del brazo a su esposa; y al fondo, el emérito, asistía atónito a la desapacible escena.
En aquel entonces y para arrojar luz a la indescifrable situación, JALEOS contactó con un experto en lectura de labios, que desveló qué palabras se intercambiaron Sofía y Letizia. Al principio de las imágenes se puede observar a la emérita despidiéndose de los asistentes a la Catedral: "Hasta luego". Mientras tanto agarra a sus dos nietas por los hombros para captar una instantánea familiar, a la vez que dice a Leonor y a Sofía: "Ahora, ahora. Mirad ahí, ahí, ahí (en dirección al cámara)".
Sin embargo, es en ese instante cuando Letizia se sitúa delante de Sofía y de sus hijas, impidiendo así que se tome la anhelada imagen. Ante esta situación, la emérita espeta a su nuera: "Déjalo, por favor", a la vez que Leonor intenta apartar el brazo de su abuela, en un gesto tan debatido como reprobado.
En el momento justo que estalla la tensión, Felipe trata de interceder entre su esposa y su madre, pidiendo a ambas que zanjen la 'discusión': "(A Letizia) Por favor, déjalo" mientras la agarra del brazo tímidamente, para dirigirse finalmente a su madre con tono de resignación casi rogándole, "déjalo ya...".
El comportamiento de Letizia
La actitud de la reina de España levantó ampollas con cicatrices abiertas hasta estos días; su comportamiento desató la tormenta con el gesto desabrido de "una beoda camorrista". "Si el rosetón de la Catedral de Palma, el más grande del mundo en el estilo gótico, pudiera hablar confesaría que el Domingo de Resurrección se puso rojo. Su gigantesco ojo de 13 metros de diámetro, con sus 1.236 cristales repartidos divinamente en sus 150 metros cuadrados, no daba crédito a lo que contemplaba más abajo, en el mundo de los Reyes y los plebeyos, mortales todos)".
Su posición, un año más tarde, no deja de ser la que fue; parece que el rencor permanece y que su arrepentimiento está lejos de materializarse. Cabe recordar que hace apenas unos días, el pasado 3 de abril, momento en que se cumplía un año exacto de la viralización de las citadas imágenes, la reina Letizia consideraba apto presidir un coloquio sobre 'Medios de Comunicación y Salud Mental' en la agencia EFE luciendo el mismo outfit que aquella maldita mañana de primavera que terminó dando la vuelta al mundo.
Ahora sí, el rosetón de la Catedral de Palma ya tiene día y hora para su reencuentro con las Reinas. Las nueve campanas de la iglesia repicarán tan fuerte como los disparadores de las cámaras de fotos congregadas a la orilla de la bahía insular. En su papel habitual, la Reina podría volver a exhibir protocolo, decoro y tranquilidad. Por el contrario, como acusó Marie-Chantal Miller (50), Letizia podría "volver a mostrar su verdadera cara".
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