La Casa Real danesa vive este verano su annus horribilis. Como ocurriera con la monarquía británica en 1992 -año del divorcio de Carlos de Inglaterra (68 años) y Lady Di- o con la española en 2012 -año de Botsuana y el Caso Nóos-, los royal daneses no iban a quedarse sin su particular crisis. La decisión del príncipe Enrique (83) de negarse a ser enterrado junto a su mujer, la reina Margarita (77) y sus posteriores ataques asegurando que la monarca le toma "por tonto" acaparaban estas semanas los titulares de numerosos medios de comunicación europeos.
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Sin embargo, éstas no han sido las únicas salidas de pata de banco protagonizadas por los miembros de la Familia Real danesa, que este fin de semana veía interrumpidas sus vacaciones de nuevo debido al ingreso hospitalario del príncipe Enrique debido a un fuerte dolor en la pierna derecha. La operación quirúrgica a la que se sometió el pasado mes de julio ha sido la causante del último disgusto de familiar, aunque no del único.
Las perlas y los plantones del príncipe
Al igual que sucede con Felipe de Edimburgo (96), el príncipe Enrique es proclive a las declaraciones polémicas. De sobra conocida es su frase acerca de que las mujeres "no tienen trabajo a tiempo completo y que el hombre es el que manda en casa". Aunque, sin duda, sus palabras más criticadas tenían más que ver con la crianza de los hijos que con la labor de las féminas. "Los niños son como los perros o los caballos. Deben ser domesticados con el fin de tener una buena relación con ellos. Yo mismo he recibido alguna bofetada de vez en cuando y no sufrí daño alguno", señaló en una controvertida entrevista.
La rebeldía de Enrique va más allá. No han sido pocas las ocasiones en las que ha dejado plantada a su esposa en actos y viajes oficiales, tal y como recoge Dagbladet.
Perros que atacan a los empleados
Pese a sus creencias acerca de la educación de los niños y el adiestramiento de los perros, lo cierto es que el príncipe no suele ponerlo en práctica, a juzgar por varios sucesos que tuvieron lugar en los alrededores de su vivienda. Hasta en cuatro ocasiones, sus canes han mordido a los jardineros que se encargan de cuidar las residencias reales. En una de ellas, hubo que recurrir a las vacunas contra el tétanos y el empleado en cuestión estuvo de baja.
Adulterios y prostitutas
Aficionado a la carne de perro, el príncipe Enrique también ha protagonizado episodios relacionados con el pago a cambio de sexo. Llegó a confesar que utilizó dinero de su padre en el pasado para contratar los servicios de una prostituta.
No fue el único miembro de la Familia Real al que se relacionó con señoras de compañía. Ya el año pasado, la revista danesa Her & Nu afirmó que el príncipe Federico (49) había sido infiel a su mujer, Mary (45) con una prostituta de lujo anónima que aseguraba haberse acostado con el heredero al trono a cambio de 50.000 coronas (unos 7.000 euros).
Los royals daneses también han sido víctimas de las infidelidades. En concreto, Joaquín de Dinamarca (48), hijo menor de la reina Margarita, tuvo que presenciar cómo la que era su todavía mujer, la princesa Alexandra, viajaba a Tailanda con un fotógrafo con el que se casó tras el divorcio real y del que se separó hace un par de años en medio de los nuevos rumores de infidelidades y deudas.
Alcohol, clubes nocturnos y exceso de velocidad
El príncipe Joaquín tiene un largo historial de escándalos. Meses antes de casarse con su segunda mujer, Marie (41), quien guarda gran parecido con su cuñada Mary, el príncipe copó titulares por sus juergas en locales de ambiente de Copenhague y su afición al alcohol. Por si eso fuera poco, el hermano del futuro rey fue denunciado en varias ocasiones por conducir de forma temeraria a 170 kilómetros por hora.
Polémica cacería
Otro de los episodios que más escandalizó a la sociedad en su momento fue la decisión de Federico y Mary de llevar a sus hijos a la tradicional cacería de Grib. Los niños fueron testigos de los trofeos obtenidos durante la jornada y pasearon entre los cadáveres de los animales cazados, lo que espantó a los daneses y al resto de europeos. La asociación PETA criticó duramente a la Familia Real por considerar la caza como una exhibición en la que participaron los más pequeños de la Casa Real.
Un retrato 'terrorífico'
Por si quedaba alguna duda de la peculiar personalidad de los royals daneses, existe una prueba gráfica que vendría a confirmar las excentricidades de la reina Margarita y los suyos. En 2009, la monarca encargó a un pintor del país que retratara a todos los miembros de la Familia Real. Y lo hizo no sin polémica, pues cuatro años después dio a conocer el resultado de su trabajo, que no dejó indiferente a nadie.
A unos les recordaba a la Familia Adams, mientras que otros pensaron que se encontraban ante el cartel de una película de terror. En cualquier caso, el hiperrealista cuadro, el primero que se realizaba en 125 años, se granjeó numerosas críticas por lo tétrico de la obra titulada La Casa Real, aunque bien podría ser La Casa de los Horrores.