La fecha ya ha sido marcada en rojo en el calendario real: 11 de mayo de 2017. Ese día tendrá lugar el funeral en memoria de Alicia de Borbón, tía del rey Juan Carlos (79 años) y madre del que fuera duque de Calabria, Carlos de Borbón Dos Sicilias.
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Las exequias se llevarán a cabo en el Palacio Real y no en el monasterio de El Escorial, como ocurrió con este último, aunque el acto será casi una réplica del anterior funeral regio, que se celebró con honores en otoño de 2015. La razón no es otra que la condición de infante de España de Carlos de Borbón Dos Sicilias, que ocupaba el undécimo puesto en la línea de sucesión al trono patrio y cuyos restos se depositarán en el Panteón de los Infantes de El Escorial cuando pase 25 años en el Pudridero del monasterio, como ocurre con otros miembros de la realeza. Aunque en el caso de Alicia de Borbón, el funeral tendrá lugar en el Palacio Real por dos razones: primero, por la discreción, y en segundo lugar, porque será enterrada en Austria, de donde era originaria.
Esta vez se espera que se repita la pauta con Alicia de Borbón, cuñada de María de las Mercedes y que pudo haberse convertido en reina si Alfonso XII no hubiera tenido descendencia. Pese a que la Casa Real no ha confirmado aún qué miembros de la Primera Familia acudirán al responso, lo más probable es que el monarca emérito haga acto de presencia, aunque es poco amigo de asistir a este tipo de actos. Lo mismo ocurrirá con la reina Sofía (78), los reyes actuales y las infantas Elena (53) y Cristina (51) -sin su marido-, como ya sucedió en el funeral del anterior duque de Calabria.
De cumplirse todos los pronósticos, se produciría el ansiado reencuentro entre los dos hermanos, Felipe VI (49) y la exduquesa de Palma, después de más de un año y medio sin coincidir en un acto público. La última vez que lo hicieron, de hecho, fue en las exequias de Carlos de Borbón Dos Sicilias en El Escorial, aunque en aquel momento se aseguraron de que la infanta Cristina -que acudió sin Iñaki Urdangarin- permaneciera a una distancia prudencial de los monarcas a fin de evitar que se les inmortalizara juntos. Tampoco saludó en el acto a ningún otro miembro de su familia directa que no fuera su hermana Elena.
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Tampoco posaron durante el funeral de Kardam de Bulgaria, meses antes, ni durante el ingreso hospitalario del monarca emérito en el hospital Quirón San José de Madrid en 2012. En aquella ocasión coincidieron en el interior del centro médico, pero la esperada imagen de los entonces príncipes de Asturias con los exduques de Palma no se produjo. Fue una de las últimas veces en las que Iñaki Urdangarin (49) apareció en eventos familiares. Meses después, Felipe VI despojó a Cristina y su marido del título de duquesa de Palma y la entente cordiale que se había mantenido hasta entonces se esfumó. En su lugar apareció una nueva estrategia que a modo de cortafuegos marcó las relaciones venideras entre los dos hermanos: nada de posar juntos, nada de coincidir en actos públicos y ruptura de relaciones.
Este funeral, no obstante posibilita ese reencuentro de Felipe VI y la infanta Cristina, aunque no se escenificará públicamente. Ambos mantienen una estrecha relación con la familia De Borbón Dos Sicilias. El actual duque ha formado parte durante años del círculo íntimo del rey y de la infanta Cristina. La pasada Semana Santa, de hecho, acogió en su finca de Ciudad Real a los exduques de Palma y a sus hijos. La sintonía se hace extensible a todos los hermanos De Borbón Dos Sicilias, sobre todo a Cristina, amiga íntima de la infanta, que viaja a menudo a Ginebra a visitarles. Del mismo modo, la hermana del monarca suele hospedarse en casa de Cristina de Borbón Dos Sicilias y Pedro López Quesada cuando viaja a Madrid, como sucedió el pasado fin de semana.