Todas las miradas estaban puestas en ella. Y es que no es habitual que la salud de hierro de la que siempre ha hecho gala la reina Isabel II de Inglaterra (90 años) se resienta. Los británicos no están acostumbrados a las ausencias de Su Graciosa Majestad, de ahí que estas navidades los rumores de su verdadero estado de salud llegaran incluso hasta el punto de especular con su muerte.
Pero nada más lejos de la realidad. La reina reaparecía, al fin, este domingo, y lo hacía rodeada de parte su familia en el servicio religioso de St. Mary Magdalene -cercano a Sandringham, su residencia de vacaciones-, tal y como revela The Guardian.
Tras plantar al resto del clan Windsor en las misas de Navidad y Año Nuevo debido a "un fuerte resfriado" que le obligó a permanecer recluída en su residencia de vacaciones -así lo especificó Buckingham en un comunicado oficial-, Isabel II llegaba a la iglesia en un Bentley, en lugar de caminando, como solía hacer tradicionalmente. Lo hacía vestida de azul y acompañada de su marido, el duque de Edimburgo.
Una vez allí, fue recibida por una pequeña multitud de personas, tras lo cual su séquito la acompañó hasta la entrada del templo.
Otros miembros de su familia quisieron estar también con ella en el servicio religioso, entre ellos los duques de Cambridge, aunque lo hicieron sin sus dos hijos. Pero no acudieron solos: los Middleton al completo quisieron acompañar a la reina Isabel en su reaparición pública tras su ausencia mediática durante el período navideño.
De hecho, no se la veía en público desde su discurso navideño, y aunque protagonizó un acto oficial en Fin de Año, lo hizo dentro de su residencia.
La familia de Kate Middleton (35), que este lunes celebra su cumpleaños, ha disfrutado de la Navidad junto a los duques de Cambridge. Por eso no es de extrañar que hayan aparecido con ellos en la celebración de este domingo.