Isabel II (96 años) no podrá pronunciar este martes, 10 de mayo, el llamado Discurso de la Reina, con el que inaugura tradicionalmente el año parlamentario en la Cámara de los Lores, tras la decisión adoptada junto a sus médicos.
"La reina sigue experimentando problemas episódicos de movilidad y, en consulta con sus doctores, ha decidido a su pesar que no participará en la apertura del Parlamento", señaló el Palacio de Buckingham en un comunicado.
En su lugar, será su hijo y príncipe heredero, Carlos de Inglaterra (73), quien leerá el discurso en el que el Gobierno detalla sus prioridades para el año parlamentario que comienza este martes. En la ceremonia, además del Príncipe de Gales, también estará presente el nieto de la reina, Guillermo, duque de Cambridge (39).
Será la primera vez desde 1963 en que la soberana británica falta a esta ceremonia, una de las más solemnes y representativas del ejercicio monárquico.
Hasta el último momento su presencia se mantuvo en duda, dado que el deseo de Isabel II era participar en el discurso. Sin embargo, ya se había avisado de que el príncipe Carlos sería su reemplazo en caso de necesidad.
En los últimos meses, la monarca también se ha perdido otros actos importantes de su agenda, debido a sus crecientes problemas de movilidad. Sus apariciones públicas son cada vez menos frecuentes y cumple la mayoría de sus compromisos de forma virtual. No obstante, sí se espera que pueda participar de alguna forma en los fastos previstos para la primera semana de junio, cuando se conmemorará su Jubileo de Platino, el 70 aniversario desde que fue coronada, lo que la convierte en la monarca más longeva de la historia del Reino Unido.
Problemas de salud
En sus 70 años de reinado, Isabel II se ha mostrado como la monarca más fuerte y valiente de la historia. Aún en sus momentos más complicados, la soberana ha dado la cara por la Corona y se ha mantenido al frente de un rol que asumió con apenas 25 años. Ese gran coraje, sin embargo, ha mermado en los últimos meses. No por voluntad propia, sino por los problemas de salud que arrastra, propios de la edad.
Desde el pasado mes de octubre, la Reina británica usa bastón para caminar, ha limitado su ingesta de alcohol por recomendación de los médicos, no ha podido pasear a sus corgis por encontrarse "demasiado frágil" y hasta llegó a confesar a dos mandos militares durante que "no se podía mover". Sus dificultades para moverse, de hecho, ha modificado el curso de la Familia Real y ha obligado a la Corona a hacer varios cambios para garantizarle todo tipo de comodidades.
A raíz de sus problemas de movilidad, Isabel II ha comenzado a delegar sus funciones en quienes tienen previsto estar a la cabeza de la monarquía británica, apartándose, incluso, de sus actos más especiales. Una serie de modificaciones, hasta hace un año insólitos en el reinado de la jefa del Estado.
[Más información: Harry y Meghan volarán a Reino Unido para el Jubileo de Isabel II, pero la Reina los ha vetado en el balcón]
Noticias relacionadas
- Isabel II no asistirá a la tradicional fiesta de los jardines reales de Buckingham
- El príncipe Carlos y su mujer, Camilla, presiden la misa de Jueves Santo ante la notable ausencia de Isabel II
- Isabel II confiesa que se encuentra "muy cansada y exhausta" tras superar la Covid: su insólita revelación