A finales de 2016 se conocía el divorcio de una pareja que llevaba décadas casándolas. Alberto Palatchi y Susana Gallardo, los dueños de Pronovias, ponían fin a 30 años de vida en común, pero también a cinco décadas vistiendo a las novias de medio mundo. No solo se divorciaba el matrimonio abanderado de la jet set catalana y uno de los más ricos de España, se divorciaban el presidente y la vicepresidenta de la compañía.
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En aquel entonces, los mensajes que se lanzaban tanto desde el entorno de los afectados como desde Pronovias eran que este divorcio no afectaría al normal desarrollo de la compañía. Que esa sociedad iba más allá de la matrimonial y que ambos eran conscientes que sus diferencias maritales no podían comprometer a una empresa con un presente y un futuro extraordinario. Pero las primeras consecuencias no han tardado en llegar.
Como el matrimonio, el imperio Pronovias se partió en dos entonces, aunque no se haya visto claro hasta este lunes, al conocerse que el fundador de la compañía vendía el grupo por 550 millones de euros a un fondo británico. De hecho, durante los últimos meses la separación de bienes se estaba ejecutando y se fueron desprendiendo de otras sociedades. Es lo que tienen los divorcios, que al final hay que repartir las cuentas, el patrimonio, las acciones…
En marzo Palatchi dejó de ser consejero de Balema Inversiones. En enero salió del consejo de Red Rock Inves. Sin embargo, su exmujer sigue presidiendo ambas sociedades. No obstante, ella perdió sus cargos en todas las empresas de la firma de novias en las que estaba: Pronovias SL, Pronovias International Group SL, Financiera Pronovias SA, Inmoprisa SL y San Patrick SL. También ha dejado de ser consejera delegada solidaria de otra Sicav.
Se quiso vender que el divorcio no afectaría al imperio Pronovias, ya que el 100% de las acciones era de Palatchi. Pero el tiempo ha quitado la razón. Hay mucho dinero en juego. Y mucho que repartir (un patrimonio de 750 millones de euros, según ‘Forbes’). Y hay veces que es necesario vender para obtener cash. Cuando se hizo público el divorcio, éste ya era un hecho y se habían empezado a dividir ese patrimonio.
Un divorcio tras una boda
Fue Susana Gallardo quien decidió separarse y quien
Ahora él vuelve a estar ilusionado. Hace unos meses se supo que el fundador de Pronovias llevaba varios meses viéndose con Mónica Gómez-Cuétara, hermana de quien fuera esposa de Luis García Cereceda –creador de la exclusiva urbanización La Finca (Pozuelo de Alarcón, Madrid)– y actual pareja del millonario Juan Antonio Pérez Simón.
Palatchi seguirá vinculado a la firma de novias, pues tras vender el 100% de la compañía, recompró un 10%. Así, seguirá siendo miembro del consejo de administración. También continuará ejerciendo de presidente hasta el cierre del ejercicio. Después le revelará Jean Baptiste Wautier. Aún sin Pronovias, su cartera empresarial sigue siendo magnífica.
Gallardo, por su parte, también seguirá contando con presencia en múltiples sociedades. A esto se suma su papel de heredera, junto a sus dos hermanos, de una amplia cartera empresarial. Entre otras cosas, es heredera de Antonio Gallardo Ballart, máximo accionista de los laboratorios farmacéuticos Almirall.