Desde la época precolombina la medicina popular chilena, el boldo es una de sus plantas medicinales más empleadas. Originaria de las regiones montañosas y secas de Chile, las propiedades y beneficios del boldo son ya conocidas en las regiones mediterráneas y del norte de África.
Los primeros que utilizaron este arbusto fueron los mapuches indígenas para tratar diversas enfermedades. El boldo es una planta propia del cono sur del continente sudamericano. Su presencia se da sobre todo en países como Chile, Argentina y el sur de Perú, en especial en zonas silvestres y templadas de las regiones andinas de estos países.
Para qué sirve el boldo
Una de las propiedades más significativas del boldo es que es una planta capaz de reducir los niveles de colesterol. Es capaz de depurar el hígado de la bilis, ayudando a su vez a eliminar las grasas del organismo. Muy recomendable para personas que padezcan de ictericia, cirrosis e hígado graso.
El boldo es una de las plantas medicinales más empleadas en recetas herbolarias para tratar los problemas en el hígado y la vesícula biliar. No en vano, contiene un alcaloide como la boldina, la cual estimula el funcionamiento de la vesícula biliar y posee propiedades beneficiosas para el hígado. Además, el consumo de boldo nos permite cambiar la composición química de la bilis. A su vez, es una planta que previene la formación de cálculos biliares o piedras en la vesícula.
El boldo también posee efectos tonificantes para el sistema digestivo gracias a su fragancia y su aroma. El aceite esencial cineol con el que cuenta funciona es un protector estomacal. Es por eso que se considera una planta ideal para el dolor y las molestias estomacales y capaz de ayudar a mejorar las digestiones.
En este sentido, otro de sus aceites esenciales, el ascaridol, posee un efecto antiflatulento, sedante y analgésico. Esto hace que el boldo venga muy bien para aquellas personas con problemas de gases o vientre hinchado. Otro de los aceites esenciales del boldo, el eucaliptol, tiene propiedades expectorantes y ayuda a mejorar los catarros, la tos y las infecciones respiratorias. En el mercado podemos encontrar jarabes de boldo para tratar la congestión de pecho. Sus propiedades antibióticas y antiinflamatorias están más que demostradas.
El boldo también tiene propiedades diuréticas, por lo que resulta un ingrediente esencial dentro de las dietas para bajar peso. Acompañada de una dieta sana y equilibrada, la planta puede ayudar a reducir la acumulación y la retención de líquidos. Por último, el boldo favorece la eliminación de ácido úrico, mejora la mala pigmentación de la piel y ayuda a combatir las enfermedades infecciosas vaginales.
Cómo tomar el boldo
La forma más frecuente de tomar esta planta es mediante infusiones.
No obstante, en el mercado actual ya se puede encontrar en otro tipo de presentaciones. Tenemos boldo en extracto seco en forma de cápsulas, en aceite esencial, en jarabe o extracto hidroalcohólico para tomar luego disuelto en algún líquido.
La infusión de boldo se prepara de la misma manera que otras infusiones de hojas secas. La proporción más adecuada es de una cucharada pequeña por cada taza de agua. Se añade el agua hirviendo sobre la hierba, se tapa y se deja reposar durante unos 10-15 minutos. Luego se cuela y ya está lista para beber. Si no nos gusta su sabor, le podemos añadir un poco de miel.
También se puede preparar un té de boldo utilizando un par de cucharadas de sus hojas secas que se infusionarán en el agua. Ponemos una olla en el fuego con un litro de agua en el interior. Justo antes de que el agua empiece a hervir, ponemos las hojas secas de boldo y dejamos hervir luego durante unos tres minutos más. Pasado este tiempo, apagamos el fuego y cubrimos la olla con la tapa o con un paño de cocina. Por último, lo dejamos en reposo durante unos dos minutos, colamos luego la infusión y ya estará lista para servir y tomar.
Las dosis recomendables en cada caso deben ser prescritas por un especialista.
Contraindicaciones al consumir boldo
El consumo de boldo no está indicado para aquellas personas con problemas de obstrucción de las vías biliares y enfermedades hepáticas graves. Tampoco se aconseja en los pacientes con enfermedades renales. No es aconsejable consumir bolso durante el embarazo, especialmente en los que se refiere a los tres primeros meses de gestación.
Por último, el tratamiento de boldo no debe tener nunca una duración de más de cuatro semanas.