Aunque parezca lo contrario, no es cierto que la gente deje para el último momento la celebérrima operación bikini. La mayoría de la gente suele tener la pérdida de peso entre sus buenos propósitos de año nuevo y eso lo saben las revistas, los periódicos, los blogs… lo sabemos todos. Y al tratarse de un tema del momento, pues venga todos a tratarlo. Y de qué manera.
Como alguien que lleva toda la vida luchando contra los kilos, peregrinando de endocrino en endocrino, leyendo y estudiando sobre nutrición para intentar entender por qué mi cuerpo no funciona como el de la mayoría de la gente que conozco bien, me llevo muchos berrinches cuando veo cómo se trata el tema muchas veces, cómo intentan vendernos toda clase de motos con el fin de arañar unas cuantas visitas.
No creo que el tema de adelgazar sea un tema que pueda tratarse a la ligera, como si fuese algo trivial que se solucionase con un remedio de abuela. Pensad que si adelgazar fuese fácil, la obesidad no sería un motivo de salud que preocupase a nivel gubernamental, pero resulta que es la gran epidemia del siglo XXI en algunos países del primer mundo.
Dieta para adelgazar o dieta para recuperar la forma después de las fiestas
Y es que para adelgazar, no todo vale ni para todo el mundo ni de la misma manera. Pensad en personas sanas, deportistas y que cuidan su alimentación. ¿Os parece que un jugador de baloncesto de más de dos metros y casi 100 kg de peso tiene las mismas necesidades nutricionales que un gimnasta de metro sesenta y 50 kg de peso? Parece obvio que no.
Factores como el sexo, la edad, la actividad física o la propia constitución determinan las necesidades nutricionales de cada individuo y la dieta a seguir debe ser acorde a estas. Por tanto, la dieta que a uno le permita mantenerse en su peso, a otro puede hacerle adelgazar e incluso a otro puede hacerle ganar peso.
Si además existe alguna patología que afecte al correcto funcionamiento del metabolismo, estamos ante un tema realmente complejo.
Así que lo primero que debemos tener en cuenta es saber qué es lo que se pretende y, con eso, elegir el mejor método para encontrar la solución.
No es lo mismo querer quitarse de encima ese par de kilos que se cogen en Navidades o en verano porque uno se ha pasado días comiendo de más. Esos kilos no son un problema y, en la mayoría de los casos, puede que acaben por irse solos si uno vuelve a las rutinas previas a las fiestas. Y si se resisten, en la mayoria de los casos, bastará con hacer un poco de autocrítica a lo que se está comiendo para detectar de qué alimento estamos abusando y moderar o eliminar su consumo. En definiva, con llevar una dieta más saludable y sin hacer grandes esfuerzos, esos kilos acabarán por desaparecer. No te dejes engañar por milagros, ni dietas detox, ni dietas del grupo sanguíneo.
Cuando adelgazar no es solo perder los kilos que sobran
Ahora bien, si lo que se pretende es solucionar un problema médico de obesidad o sobrepeso, mucho me temo que no es tan fácil la solución. En ese caso, lo más sensato es acudir a un profesional de la salud, bien a un endocrino o bien a un nutricionista que, aunque por experiencia os digo que no siempre resulta fácil dar a la primera con alguien que te haga sentir cómodo y mentalizarse de que se va a iniciar un camino largo y que en algunos momentos va ser muy duro.
La decisión de adelgazar requiere tener claro que será un proceso que requiere de gran fuerza de voluntad y que ha de suponer un cambio de vida y de por vida, pues en la mayoría de los casos no bastará con seguir a rajatabla la dieta que nos proporcione nuestro médico para perder el peso que nos sobra, sino que también será necesario continuar con una dieta de mantenimiento de por vida que debe seguirse con el mismo rigor que la primera y prácticamente de por vida si se desea evitar el temido efecto rebote.
Insisto en la importancia de dar con un médico que haga sentir cómodo al paciente y que tras un estudio detallado de su caso le diseñe una dieta acorde a sus necesidades. Si das con un médico que nada más verte entrar por la puerta te saca una dieta del cajón y sin hacerte ni un triste análisis te la da para que la sigas, la cosa no pinta nada bien. Mejor busca a otro que muestre un poco más de empatía.
No es lo habitual, pero sí más frecuente de lo que uno cree, que para conseguir la ansiada pérdida de peso, aparte de la ayuda de un endocrino o nutricionista sea también necesaria la ayuda de un terapeuta psicológico, pues en muchos casos el sobrepeso es derivado de problemas psicológicos del paciente y que, una vez que han sido convenientemente tratados, los problemas de sobrepeso son más fáciles de solucionar.