Las formas del bebé en esta semana de embarazo van adquiriendo, cada vez más, la apariencia de un recién nacido, y lo podremos ver en las ecografías de estas semanas de gestación. Nuestro bebé está en pleno proceso de autonomía.
En otro artículo sobre el embarazo semana a semana, ya hablamos de la evolución del bebé y de los cambios físicos de la mujer durante la semana 23 de embarazo. Ahora nos centraremos en la semana 24.
Cómo está un bebé de 24 semanas de embarazo
En la semana 24 de embarazo nuestro bebé se mueve ya con mucha frecuencia dentro del útero, flotando en el líquido amniótico, y es capaz de dar volteretas, de bostezar o estirarse, aunque pasa la gran mayoría del tiempo, unas 20 horas diarias, durmiendo. Mide unos 24 centímetros, y pesa en torno a los 600 gramos.
Su piel ha empezado a desarrollar una capa exterior protectora, que contiene queratina, y que ayuda a reducir la cantidad de agua que pierde el bebé en el líquido amniótico. Aunque sus pulmones no están preparados para salir al mundo exterior, se están desarrollando y cada vez funcionan mejor, produciendo ya surfactante, una sustancia que ayuda al funcionamiento correcto de sus pulmones, y que aparece en las ramificaciones.
Debemos saber que la semana 24 de embarazo es la edad legal de viabilidad del feto, lo que significa que, a partir de esta semana, el bebé es viable y que si naciera de forma prematura, los médicos tienen la obligación legal de aplicarle todos los cuidados y tratamientos orientados a salvar su vida.
Los cambios en las madres en la semana 24 de embarazo
En la semana 24 de embarazo se siguen produciendo cambios en las madres gestantes. Muchas zonas de nuestro cuerpo están experimentando una acusada distensión de los tejidos, como el pecho, los glúteos o la tripa. Por esta razón, suele ser bastante habitual que aparezcan las estrías, que se pueden prevenir mediante la gimnasia diaria, una alimentación controlada, y el uso de cremas anti-estrías específicas.
Es probable que se experimenten sofocos, y también notaremos que sudamos con más frecuencia. Pero estos dos factores no tienen ninguna importancia, simplemente se trata de que nuestro cuerpo está soportando más peso y que el riego sanguíneo es más copioso. Esta situación suele hacerse más incómoda en épocas de más calor, como la primavera y el verano, por lo que sudaremos más, y también será necesario que nos refresquemos de forma habitual, y que nos demos duchas más frecuentes para estar más frescas y cómodas.
Es importante que nos mantengamos siempre hidratadas, para recuperarnos de los episodios de sudor copioso, y que nos lavemos y sequemos con frecuencia los pliegues que se pueden producir en las ingles y debajo de los pechos, para evitar que estas zonas puedan irritarse por causa del sudor. Es probable que en esta etapa nos encontremos algo más cansadas y tengamos mucho sueño, y en muchas madres se producirá anemia, un síntoma muy habitual en esta etapa, ya que los niveles de hierro en sangre van a experimentar una bajada porque el bebé demandará más hierro para su desarrollo normal.
Cómo cuidaros en la semana 24 de embarazo
Una de las principales preocupaciones de las madres en la semana 24 de embarazo es saber hasta cuándo pueden viajar en diversos medios de transporte, y qué precauciones tomar durante los viajes. No está contraindicado viajar en avión, tren, barco o coche, pero sí hacerlo en moto, aunque pueden aparecer las náuseas en determinados medios de transporte, y lo ideal sería evitarlos en la medida de lo posible.
En el caso en el que debamos viajar en avión, será necesario solicitar información al respecto, ya que cada compañía aérea tiene su propia normativa de viajes para mujeres embarazadas. Y en el caso de viajar en coche, no nos olvidemos de que el cinturón de seguridad es absolutamente obligatorio. Ya habremos notado que el centro de gravedad se va desplazando de forma progresiva hacia adelante, a medida de que el embarazo va avanzando.
En la semana 24 de embarazo, aproximadamente,este centro de gravedad se encuentra en el abdomen, que a su vez produce una ligera curvatura en la espalda para aguantar el peso del bebé, y que puede provocar ciertas molestias y dolores de espalda. En estos casos, es muy recomendable practicar deportes suaves de aquagym, ya que el agua es un medio de relajación muy recomendable, y quizás nos animemos a practicar algo de yoga o pilates, que reportan muchos beneficios físicos, entre otros, un mayor control de la respiración cuando llegue el momento del parto. Si queréis hacer pilates y ahorraros a la vez dinero, os mostramos algunas posturas para realizarlas en casa.
Hacer estiramientos también resultará muy útil para atenuar las posibles molestias en la espalda, que pueden ir en aumento a medida de que avance el periodo de gestación y hasta el nacimiento de nuestro bebé. Como en todas las etapas del embarazo, es conveniente llevar una dieta sana y equilibrada, rica en fibra, frutas y verduras, y por supuesto prescindir de los embutidos y carnes y pescados crudos, por el riesgo del parásito de la toxoplasmosis, que se puede transmitir al feto.