Cómo hacer mejillones a la marinera para la cena de Nochevieja
Esta receta de marisco destaca por su fácil y rápida preparación. Ya que la salsa se elabora con la misma agua de cocción de los mejillones.
29 diciembre, 2021 14:59De cara cena de Nochevieja, los mejillones a la marinera son un entrante muy socorrido y económico con el que contentar a todos. Ya os explicamos cómo limpiar y cocinar mejillones para facilitaros la tarea. Ahora no tenéis excusa para preparar esta o cualquiera de las muchas otras recetas con mejillones.
La salsa es la propia de los mejillones a la marinera, de la que existen variaciones ya que admite muchos ingredientes, pero su sabor y su textura debe ser siempre ligera y suave. Os dejamos con una receta con todo el sabor a mar, sencilla e ideal para que vuestro menú de Nochevieja luzca lo máximo posible sin tener que pasaros tres días cocinando.
Ingredientes para 4 personas
- 3 Kg. de mejillones
- 7 hojas de laurel
- 3 cebollas pequeñas picadas
- 1 cucharada de pimentón de la Vera
- 3 cucharadas de harina de trigo
- 1 vaso de vino blanco (a ser posible gallego, un ribeiro o un godello)
- 1 vaso de caldo de cocción de los mejillones
- Un manojo de perejil fresco picado
- Sal (al gusto de cada casa)
- Aceite de oliva virgen extra
El mejor truco para limpiar mejillones a toda velocidad
Previo a la elaboración propiamente dicha, el trabajo más laborioso es la de lavar bien los mejillones. Por eso hoy te facilitamos la tarea.
- Para limpiar los mejillones rápidamente colócalos en un escurridor y mójalos con agua fría del grifo, removiendo suavemente con la mano. Si has encontrado algún mejillón abierto, golpéalo con suavidad sobre la mesa y espera a que se cierre. Si no lo hace, deséchalo junto a aquellos que huelan mal o tengan la concha rota. Una vez remojados, sácalos del recipiente y corta sus barbas con unas tijeras o con un cuchillo deslizando hacia el punto de unión de las valvas, evitando así desgarrar su carne.
- Seguidamente, limpia su concha raspándola con un estropajo de alambre hasta dejarla lisa. Una vez despojados de hilos y restos orgánicos, vuelve a pasarlos por el agua dos veces más antes de ponerlos a cocer. Solo así desprenderán cualquier resto de arena.
Preparación de los mejillones a la marinera
Una vez lavados comenzamos con la preparación. Para ello colocamos los mejillones en una cazuela con muy poca agua, sal y las hojas de laurel. Tapamos la cazuela y la llevamos a ebullición. El olor de este primer paso es realmente agradable. Dejamos hasta que las conchas estén abiertas (un minuto aproximadamente) y retiramos del fuego.
El siguiente paso es separar las conchas. Pasamos la parte que tiene el mejillón a otra olla y reservamos. Si tenemos una cocina de gas podemos colocarlas sobre una cazuela de barro. Tiramos las conchas vacías. Colamos el agua de cocción con la ayuda de un "colador chino" y la guardamos para usar más adelante.
Preparación de la salsa marinera
Ahora vamos con la salsa. Ponemos un poco de aceite en una sartén y añadimos la cebolla picada. Cuando esté dorada se incorpora el perejil picado y se remueve. Seguidamente espolvoreamos las cucharadas de harina, removemos y dejamos que tome color.
A continuación vertemos el caldo de la cocción del marisco, el vino blanco y con la ayuda de una cuchara incorporamos el pimentón. Mezclamos bien todos los ingredientes y dejamos cocer unos 5 minutos, removiendo de vez en cuando.
Vertemos la salsa en la olla en la que tenemos los mejillones, y dejamos que cueza unos 1 ó 2 minutos a fuego medio, meneando de vez en cuando para que la salsa espese y no se pegue al fondo.
Antes de servir el plato dejamos unos minutos para que la salsa repose. Si la hemos preparado en una cazuela de barro podemos presentarla directamente en ella. En nuestro caso la servimos en una fuente regando bien los mejillones con la salsa que queda en el fondo.
Con qué acompañar los mejillones a la marinera
Con una salsa tan potente como la de estos mejillones a la marinera, lo mejor con lo que acompañarlos es un buen pan. Dependiendo de si lo servimos como aperitivo o como entrante, una ensalada de hojas verdes es un gran acierto, junto con un vaso de vino blanco bien fresquito.