Seguro que en más de una ocasión te has encontrado con alguna receta que requiere que separes la yema de la clara de un huevo, o de varios. Un ejemplo de ello lo puedes encontrar en la receta de la crema catalana.
Sabemos que esta tarea no es para nada complicada, pero es cierto que se nos pueden romper las yemas o colarse algún trozo de cáscara. Por ello, queremos enseñarte una forma rápida y sencilla para separar las yemas y las claras del huevo sin que ocurra ninguna incidencia.
Composición del huevo
Lo primero que debes tener en cuenta es que son muchas las recetas que requerirán que separemos la yema de la clara, así que no te asustes. Basta con utilizar un sencillo truco para que ambas partes del huevo acaben separadas.
Pero antes de nada, vamos a analizar la composición de las dos partes del huevo por separado. La clara es lo que conforma este alimento, y está constituida entre un 88 y un 90 % por agua. El peso promedio de la clara de un huevo suele rondar los 30-35 gramos, y su textura es muy viscosa y transparente en crudo.
Vitaminas y minerales presentes en un huevo
El huevo es uno de los alimentos más consumidos de la gastronomía española, de modo que se encuentra presente en multitud de recetas. Además, su delicioso sabor y sus increíbles propiedades nos ayudan a adelgazar y también a adquirir masa muscular. Estos son los beneficios más destacados de la clara del huevo:
- Contiene vitamina B, riboflavina, selenio, magnesio, potasio, cobre, ácido fólico, calcio, fósforo, hierro y zinc. Un cóctel de minerales y vitaminas que van directamente a nuestros músculos.
- Por la gran cantidad de proteínas y vitaminas (sobre todo del grupo B y E) este alimento está recomendado especialmente después de practicar ejercicio y para el desayuno.
- Ayuda a mantener la sensación de saciedad.
- La clara de huevo es ideal durante el crecimiento, pues ayuda a la mineralización de los huesos y al correcto desarrollo de los músculos.
- Gracias a la presencia de proteínas, aporta al organismo la energía necesaria para todo el día sin tener que recurrir a las grasas, azúcares o carbohidratos.
- La clara es ideal para ayudar a la recuperación muscular, por eso es perfecto tomar huevos para el desayuno, pues estimulan el metabolismo.
- Ofrece beneficios para el corazón por su contenido en selenio, un mineral muy necesario.
En cuanto a la yema, ese círculo naranja ubicado en la parte central del huevo rodeado por la clara, está compuesta por un grupo de cadenas proteicas conocido como chalaza. Esta reserva de nutrientes es también una fuente importante de sales minerales y vitaminas.
Trucos para separar las yemas y las claras del huevo
Para separar las yemas de las claras del huevo puedes hacerlo de forma manual o bien con la ayuda de ciertos utensilios que pueden ser muy útiles para realizar esta labor. Por ejemplo, existen separadores de claras que funcionan como una especie de colador que permite pasar solo la clara del huevo. Es económico y muy práctico, y los hay de varios tamaños y diseños. No obstante, aquí tienes unos cuantos trucos más para separar las yemas de las claras.
1. Botella de plástico
Servirá cualquier botella de plástico que tengas por casa, y con este truco evitarás que la yema caiga por equivocación en el mismo recipiente que las claras, o que acabe cayendo al suelo y pringando toda la cocina.
Asegúrate de que la botella esté vacía y bien limpia. A continuación, casca el huevo en un bol o un plato y presiona la botella con suavidad acercando el cuello sin el tapón hacia la yema. Afloja un poco la presión y verás que la botella absorbe la yema, quedando esta en la botella y la clara en el plato.
2. Espumadera de madera
Lo mismo que hemos hecho ante con la ayuda de un separador o de una botella de plástico, también podemos hacerlo con una cuchara de madera que tenga agujeros. Esto será de gran ayuda para separar las yemas de las claras del huevo.
En primer lugar, casca el huevo sobre un bol y rescata después la yema utilizando la espumadera o cuchara sopera de madera. Verás que la clara que quede adherida acabará derramándose hacia el bol. También puedes verter el contenido del cuidado directamente sobre la cuchara con mucho cuidado, pero ten en cuenta que debe ser lo suficientemente cóncava para poder albergar la yema. Mueve ligeramente la cuchara y la clara sobrante caerá en el recipiente.
3. Usa la cáscara o cáscalo sobre tu mano
Es probable que los más cocinillas conozcan esta técnica, ya que es la más utilizada. Además, es la más sencilla, pues solo tienes que cascar el huevo sobre tu mano y, con la otra, sujetar el cuenco para dejar caer la clara. Hazlo poco a poco para que la clara se cuele entre tus dedos y la yema se quede en la palma de tu mano.
Por último, y si no quieres tener que manchar tus manos tanto, puedes recurrir a nuestro último truco: la cáscara del propio huevo. Para ello, intenta cascar el huevo con cuidado para obtener dos mitades con la cáscara lo más análogas posible. Ve pasando la yema de una mitad a otra de la cáscara hasta que toda la clara caiga en el bol sobre el que estés trabajando. ¡Objetivo cumplido! La yema quedará bien limpita dentro de una de las mitades de su cáscara.