Con la llegada del verano a España, todos nos lanzamos a la playa para disfrutar de unos días de relax. Un buen lugar, sin duda, para estar con la familia o los amigos y darse un chapuzón refrescante. Sin embargo, la playa nos expone muchas horas al sol, con las consecuencias que esto puede suponer para nuestra piel. Es por eso que necesitas conocer y aplicar algunos consejos para protegerse del sol.
Cómo protegerse del sol
La organización mundial de la salud (OMS) ofrece todos los años una serie de recomendaciones generales para protegerse de los rayos del sol. Hay ciertas medidas protectoras básicas, como por ejemplo limitar el tiempo que se pasa al sol al mediodía, preferir la sombra y usar prendas protectoras o gafas de sol que se antojan fundamentales. Junto a estas, hay otros consejos para protegerse del sol que puedes tener en cuenta.
Evitar tomar el sol a mediodía
Las horas centrales del día (12.00 a 16.00 horas) son las más perjudiciales para tomar el sol, ya que en ellas las radiaciones solares son mucho más fuertes. Uno de los consejos para protegerse del sol más habituales es evitar la exposición al sol durante estas horas. Lo mejor, sin duda, será permanecer a la sombra, bien hidratado y con la protección solar adecuada en el cuerpo.
Estar a la sombra
Nada tan sencillo como estar a la sombra para protegerse del sol en la playa. La sombrilla es uno de los accesorios que no pueden faltar en tus vacaciones. En caso de no llevar, es obligatorio el uso de un sombrero que al menos nos proteja el cuero cabelludo del sol, sobre todo entre las 10.00 y las 16.00 horas. Alternar entre el sol y la sombra es uno de los consejos para protegerse del sol básicos que debes cumplir, sobre todo si vas con niños.
El protector solar y su uso
El protector solar es una de las barreras principales que debes usar para evitar los efectos perjudiciales de los rayos del sol. Es por eso que resulta muy importante saber elegir una crema solar adecuada a tu tipo de piel. La organización mundial de la salud recomienda usar un protector solar SPF 30 o superior o una crema capaz de proteger frente a los rayos ultravioletas A y B.
Además de elegir el protector solar adecuado, hay que usarlo de manera correcta. Se estima que una persona adulta debería usar unos 35 gramos de crema en cada aplicación. Aunque, en realidad, más que la cantidad lo verdaderamente importante es que toda la piel quede bien cubierta.
Para que la crema solar sea eficaz y penetre en la piel, se debe aplicar unos 20-30 minutos antes de ponerte al sol. A partir de aquí, es necesario aplicar protector solar cada dos horas o nada más volver del agua.
Proteger bien todo el cuerpo
En este sentido, hay que proteger no solo el rostro, la espalda, los brazos y las piernas, sino también el cuello, los labios, los ojos y el cuero cabelludo. Para una mayor protección, se pueden usar un protector facial específico, un bálsamo labial con propiedades bloqueadoras del sol, unas gafas de sol y un sombrero.
Las gafas de sol ayudan a proteger los ojos y la piel sensible que los rodea. Debes asegurarte que las gafas protejan suficientemente los ojos contra la radiación UV. Lo ideal es usar unas gafas de sol que bloqueen entre el 99% y el 100% de los rayos UVA y UVB o que ofrezcan una absorción de los rayos UV de hasta 400 nm.
La ropa como protección frente a los rayos solares
Junto con la crema solar, no hay mejor protección frente al sol en la playa que la ropa. Dependiendo del material que esté fabricada, puede ser más o menos resistente al sol. No obstante, existen en el mercado actual camisetas para protegerse del sol. Son de una lycra liviana, un tejido sintético muy fino que se seca fácil y es muy cómodo tanto para estar al sol como para meterse en el agua y seguir protegidos.
Estas camisetas para protegerse del sol están disponibles tanto para niños como para adultos y pueden ser de manga larga o manga corta. Las fibras con las que están fabricadas pueden ofrecer una protección solar 50 y bloquean el 98% de los rayos UBA y UB del sol.
Estar hidratados y comer fruta
Durante el verano, el cuerpo tiende a perder mucha humedad. En la playa, sin ir más lejos, estás expuesto al sol, por lo que resulta necesario estar bien hidratado bebiendo agua y líquidos frescos de vez en cuando. Al beber, ayudas a que tu piel permanezca suave e hidratada para afrontar la exposición al sol.
Comer frutas frescas también te ayudará a mantenerte hidratado. Llevar a la playa frutas como melón, sandía, mango, papaya, uvas o melocotones es ideal para que puedas hidratar el cuerpo y sentirte más fresco.
Siguiendo estos consejos para protegerse del sol no tendrás problemas con las quemaduras que se suelen producir cuando vas a la playa. Es fundamental utilizar una crema solar adecuada, evitar exponerse al sol en las horas de mayor radiación, ponerse a la sombra y permanecer hidratados.
El uso de camisetas para protegerse del sol, sombreros y gafas de sol ayudarán a mantener mucho más segura la piel.