¿Arrancar la viña vieja o defenderla? Así es como un gran vino de Murcia se enfrenta a la sequía

¿Arrancar la viña vieja o defenderla? Así es como un gran vino de Murcia se enfrenta a la sequía

Vinos

¿Arrancar la viña vieja o defenderla? Así es como un gran vino de Murcia se enfrenta a la sequía

Aires de Arriba, una nueva generación que avanza sin miedo a las dificultades.

12 septiembre, 2024 07:00

“El objetivo es hacer un proyecto diferenciador. Defender ese patrimonio que representan nuestras tierras y nuestras viñas”. Esto plantea Ángela Castaño, treintañera, elaboradora de los vinos Aires de Arriba, donde busca la originalidad y la singularidad, ligada a la fuerza de su tierra.

Es un miembro más de una nueva generación que está tomando el relevo en una zona vinícola histórica, que está amenazada de muerte. Se trata del Altiplano Murciano, el 'Reino de la Monastrell', defendido por las denominaciones de origen de Jumilla y Yecla.

Tres años seguidos de sequía en una zona estrepitosamente de secano, es muy duro para muchos viticultores que ven que sus viñas más viejas dan tan poca producción que tienen la tentación de arrancarlas, y poner en su lugar otras nuevas, o cualquier otra cosa. Y son precisamente esas viñas viejas las que trasportan la mejor calidad de los vinos, las que defienden a degüello, entre otros, esta nueva generación.

Ángela Castaño, elaboradora de los vinos Aires de Arriba.

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Ángela pertenece a la tercera de la familia Castaño, los elaboradores más reconocidos e importantes de la Denominación de Origen Yecla; aunque ella hace los vinos Aires de Arriba en la de Jumilla. Ambas D.O.s tienen prácticamente las mismas características climáticas, de alturas y de variedades de uvas. Les diferencia una línea administrativa que separa los términos municipales.

Yecla era, hasta la llegada de las denominaciones de origen de pago, la única de España que se circunscribía a un sólo término municipal. Jumilla es mucho más vinícola, y además cuenta con otros siete pueblos productores ubicados en la provincia de Albacete, que pertenecen a la denominación.

Desde la epidemia de la filoxera en Francia, hacia finales del siglo XIX, se hincharon a vender graneles a toda Europa que salían desde el puerto de Alicante. Es hacia la última década del Siglo XX cuando a esa larga y primera generación de “granelistas”, da paso a una segunda que embotellan con sus marcas y que durante varias décadas han luchado para sacarse de encima la imagen de vinos duros. Y lo han conseguido. Vinos con las máximas puntuaciones en las más prestigiosas guías internacionales, con reflejo en la exportación; aumento del consumo en el territorio nacional, apoyado básicamente en parámetros de calidad, han obrado el milagro.

Fue en 1950 cuando Ramón Castaño comienza a elaborar vinos a granel, a comprar viñedos y a expandirse. Años después le siguen sus hijos Ramón, Juan Pedro y Daniel, que se lanzan ya al vino embotellado, modernizan las instalaciones y arrancan con la exportación, primero; y el mercado nacional, después. Elaboran muchos tipos de vinos, algunos tan reconocidos como Casa Cisca, de alta gama, y otros como Hécula, ecológico, excelentes, que ponen a Yecla en el mapa vinícola. También tienen terrenos en Jumilla, con Viñedo el Cuadrado.

En 2016 aparece Ángela, la hija de Ramón. Ha estudiado enología y hecho prácticas en el Ródano, en Chile y Nueva Zelanda, y se incorpora al negocio familiar. En elaboración hace de segunda de Mariano López, él enólogo de la casa de toda la vida; y en el campo de responsable de viticultura y viñedo.

En 2017 ya hace un primer vino de garnacha tintorera en la bodega en Yecla; y es en 2021 cuando en el Viñedo el Cuadrado, en Jumilla, plantea utilizar algunas parcelas para hacer eso, vinos de parcela, especiales, de pequeña producción y muy personales.

“Es un proyecto en el que estoy sola, explica, y busco una expresión especial del Altiplano”. La familia Castaño no se opone en que en esas zonas haga sus vinos especiales; aunque, comenta entre risas Ángela, que tiene que esperar a que el abuelo, fundador de la saga, que tiene 90 años y sigue en forma, se vaya de vacaciones a Alicante, para podar las viñas y tirar uvas sin que él lo vea, para que las que queden en la cepa absorban la mejor calidad.

Aires de Arriba monastrell.

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Los vinos se llaman Aires de Arriba, un término que utilizan en el Altiplano para referirse al aire que viene del norte refrescante y limpiador. Aquí elabora tres vinos, un monastrell, un syrah y un petit verdot, que se da bien es esa tierra, y luego una garnacha que sí hace en Yecla.

Aires de Arriba petit verdot.

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Son vinos modernos buscando la mejor expresión de los terruños de donde proceden. Todos pasan un año en barrica y son directos, sinceros, una buena posibilidad de reconocer esas variedades del Altiplano. Su precio va desde los 16´50 euros la monastrell, hasta los 18´50 euros la garnacha.

Aires de Arriba syrah.

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Estamos en peligro de extinción” comenta Ángela, ante la sequía persistente. Pero tampoco se dejan desanimar. Sequía y secano ha habido siempre en esta tierra, donde en un yacimiento arqueológico se encontraron unos pendientes de oro de hace 2.500 años, en forma de racimo de uvas, pertenecientes a la cultura ibera, lo que demuestran que ya hacían vino en aquellas épocas. Y, además, ahí está la variedad monastrell, aclimatada por siglos a los rigores de este Altiplano, dando la cara, como siempre.