Henri Bouschet fue un viticultor francés que se dedicaba, entre otras cosas, a 'hibridar' diferentes tipos de uvas para conseguir una, que sería una especie de mezcla, un híbrido, que reuniera las mejores propiedades de las dos que había juntado. En 1885 uniendo una uva llamada Petit Bouschet, que ya había creado su padre antes, con la variedad Alicante, que es la garnacha tinta, sacó una uva conocida mundialmente como Alicante Bouschet, y en España llamada más habitualmente como garnacha tintorera.
La gracia del invento es que la pulpa de la uva es tinta. Si se coge cualquier uva tinta, una tempranillo o una cabernet sauvignon, por ejemplo, y le quitamos el hollejo o piel, veremos que la pulpa y el zumo son de color claro. Los compuestos químicos naturales que la hacen tinta están en la piel, así como muchas más de sus características. Por eso, se puede hacer como en champagne, vinos blancos de uvas tintas, simplemente quitándoles la piel. En el caso de la garnacha tintorera eso es imposible.
El éxito de esta uva y el motivo por el que se ha extendido por el mundo es que tiene muchísimo color y se puede mezclar con otras uvas que tienen menos, y conseguir vinos muy tintados. El color es muy importante en los vinos y es una de las grandes preocupaciones de los enólogos a la hora de elaborarlos. Fijar ese color y que no decaiga con el tiempo. Mezclando o usando la tintorera ya no hay problema. La venta de garnacha tintorera a granel a zonas de Francia, norte de Italia o Alemania, con uvas tintas muchas veces deficitarias de color, es un excelente negocio que han sabido explotar muy bien algunas zonas de España.
Esta uva está bastante extendida por el país, pero su centro neurálgico y donde está perfectamente asentada es en la pequeña denominación de origen Almansa, situada en la provincia de Albacete. Higueruela es un pueblecito dentro de la denominación y tiene su término municipal cubierto de garnacha tintorera. En total unas 1.500 hectáreas. Una parte importante de los vecinos del pueblo, que tiene unos 1.200 habitantes, se dedica al vino y constituyeron una cooperativa, Santa Quiteria, se llama, con 225 socios locales. La economía y la vida de los habitantes de Higueruela gira de forma importante en torno a la producción de vino.
Les va bien por aquello de la exportación a granel, pero hace tiempo que decidieron poner en marcha una marca para vinos embotellados, con los que competir también en este mercado, y nació la firma Tintoralba. Utilizan los viñedos situados en las zonas más altas, sobre los 1.000 metros de altura, y están a menos de 100 kilómetros del Mediterráneo, que marca su influencia. Aun así, el clima es extremado, con inviernos decididamente fríos y veranos muy calurosos, aunque por la noche refresca por la altura, lo que es excelente para la maduración lenta de sus uvas y de la calidad de las mismas.
La firma cuenta, además, con un enólogo de mucho prestigio, Pedro Sarrión, un especialista en garnacha tintorera que elabora vinos muy ricos con la marca Tintoralba y que encabeza un nuevo proyecto que se llama Alquería, de vinos especiales, cien por cien de garnacha tintorera, los de alta gama de la casa. De momento tienen dos en el mercado que llaman la atención.
El primero es Tintoralba Piedras Coloradas 2022. Han seleccionado viñedos ecológicos, le han dado la calificación de 'vino de pueblo' y lo han elaborado con una crianza de tres meses en barrica y luego afinado en depósitos de hormigón. Lo primero es fijarse en ese color violeta oscuro espectacular. Luego, en nariz, parece una maceración carbónica por su frescura, muy frutal, tonos florales, recuerdos de la madera y tonos minerales. Boca con potencia, estructura, pero con una buena acidez que lo hace fresco. Su P. V. P. es de 8´25 euros.
El segundo, que sería el alta gama de la casa, se llama Tintoralba Cerro del Buey 2022. Pertenece a una parcela determinada, se le define como “vino de paraje”. Una parte del vino envejece en barrica de roble francés de 500 litros durante seis meses y otra en depósitos ovoides de hormigón. El resultado es un vino que aparte del espectacular color, tiene una nariz marcada por frutas rojas maduras, tonos balsámicos, un final fino y algo salino. La boca que es carnosa y concentrada está muy equilibrada. Su P.V.P. es de 11´20 euros.
Saber aprovechar una variedad de uva tan especial, es una de las grandes virtudes de la denominación de origen Almansa, en general, y de los vinos excelentes de Tintoralba en particular.