Amontillado Secular, uno de los vinos míticos de Alvear, la tercera bodega más antigua de España
Van a cumplir 300 años, y esta pujante bodega de Montilla está más en forma que nunca.
7 septiembre, 2023 02:00Alvear es una firma histórica, tan histórica que fue fundada en 1729, a seis de cumplir 300 años, en el centro de la ciudad de Montilla, por Diego de Alvear y Escalera, y que se mantiene en manos de la misma familia después del paso de ocho generaciones. Todo un logro envidiable.
Como no les apetece entrar en polémicas, admiten la clasificación oficial de tercera bodega más antigua de España y primera de Andalucía, lo que deja atrás a todo el mundo si se tiene en cuenta que en 1730 se funda Domecq, en 1772 Osborne… y así el grueso de las grandes firmas de Jerez.
La bodega más antigua de España se considera a Codorniú, donde disponen de un documento fechado en 1551 que habla de su actividad vinícola. En el año 1659, Anna de Codorniú la “pubilla” o heredera de la bodega se casó con Miguel Raventós que siglos más tarde serían los grandes impulsores de los espumosos en Cataluña, pero la firma se siguió llamando Codorniú, casi 500 años después.
El segundo del ranquin es bodegas Chivite, en Navarra, que también disponen de un documento de 1647 en donde se acredita su actividad vinícola, como grandes productores y vendedores de vino.
Ya la tercera es Alvear, que no exhibe documentos tan antiguos, pero que en 1729 empezaron a poner ladrillos y levantaron un edificio en plena Montilla, llamada desde entonces “La Casa” y de cuya “sacristía”, o parte especial donde se guardan los vinos más viejos, procede este Amontillado Secular.
Alvear, junto con otras magníficas bodegas de la zona, forman parte de la denominación de origen Montilla-Moriles, en Córdoba, y aunque con su marca elaboran también vinos tranquilos y cuentan con una bodega en Extremadura, Palacio Quemado, que hace unos tintos y blancos de mucha personalidad y muy recomendables, su especialidad son los vinos generosos. Elaboran finos, amontillados, olorosos, dulces… en una gama muy buena con la que miran a los ojos sin pestañear a sus equivalentes, los grandes generosos de Jerez. Las diferencias más señalables entre ambas zonas es que en Montilla-Moriles no encabezan sus vinos con alcohol vínico, ya que el sol de Córdoba se encarga de darle a cada vino el grado que necesita; y que mientras en Jerez utilizan la uva palomino para hacer sus vinos, en Montilla-Moriles utilizan la pedro ximénez, una uva blanca decididamente elegante.
No hay que confundirse, porque en Jerez se utiliza la pedro ximénez para hacer dulces, y tras vendimiar las uvas las tumban sobre esteras al sol, para que se pasifiquen, pierdan agua, se queden sobre todo los azúcares, y hacer los dulces. En Montilla-Moriles se usa esta uva para todo y también sólo se pasifica para los dulces.
El Amontillado Secular es un vino muy especial. Como hemos comentado otras veces, el mosto, tras su fermentación, se introduce en barricas cubriendo dos tercios de su superficie bajo una espesa levadura de flor, que la llaman, como una nata que protege el vino de la oxidación. Es lo que se conoce como crianza biológica. Al cabo del tiempo el vino se embotella y se saca al mercado. Esto es lo que se comercializa como fino. Otros, seleccionados, cuando se cae la levadura de flor, en lugar de embotellarlos se trasladan a otra barrica y se le trata como un vino normal, con la barrica llena hasta arriba. Este es un amontillado y la segunda parte de su crianza en esa otra barrica se llama crianza oxidativa.
Este vino se extrae de la primera criadera de la escala de amontillados de la 'sacristía', considerado por la firma como un vino mítico. Y desde luego es un espectáculo. La nariz es un homenaje al fruto seco con presencia de avellanas, nueces, almendras, junto a finas maderas y tonos especiados. Una naríz compleja, pero fina, elegante y de una gran intensidad aromática. Como todo buen amontillado es un vino de meditación, para disfrutar despacio de esa nariz tan especial. En boca es muy salino, muy seco, tan potente como sabroso y extraordinariamente largo. Su precio está en 36,50 euros. Barato para su calidad.
Dentro de seis años cumplirán tres siglos, y se les ve cargados de proyectos e ideas nuevas. Al frente hay un miembro de la familia Alvear, y dentro de unos años vendrá la novena generación. Y siempre haciendo buen vino; si no, hace tiempo que ya no existirían.